La noticia comenzó a circular en diferentes grupos y redes sociales, pero la información por demás preocupante, llamativamente no fue confirmada por ningún organismo oficial ni medio periodístico, sino hasta el día de la fecha.
El primer texto, -reenviado muchas veces-, refiere a un llamado al 911 realizado el jueves 31 de diciembre de 2020, a través del cual el abogado Andrés Glucksmann denuncia el fallecimiento de su hermano de 68 años de edad, Gerardo David Glucksmann, quien ejercía como Médico Legista y Auxiliar Nivel “E” en la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.
En la comunicación registrada el Dr. Andrés Glucksmann no solo hace mención a la muerte de su hermano, sino que “advierte al operador del 911” que su familiar había participado como voluntario de la “vacuna experimental contra el SARS-COV-2”, por lo cual consideraba importante alertar a las Autoridades Sanitarias, Policiales, y Miembros de la Institución que cooperaron con las pruebas recibiendo inoculaciones.
En el mismo sentido el letrado afirmó que según le confió oportunamente su hermano, “le habrían suministrado dos dosis de una vacuna contra el Coronavirus”, -la primera el 11 de noviembre y la segunda el 13 de diciembre de 2020-, y que no se trataría de la cuestionada “Sputnik V” de origen ruso, sino de procedencia china, por lo cual podría tratarse de la desarrollada por la Farmacéutica Estatal China Sinopharm y el Instituto de Productos Biológicos de Pekín, -comúnmente conocida como “Sinopharm”-, representada por Laboratorios Elea (y cuyos ensayos clínicos se realizan en la Fundación Huésped), o la producida por “CanSino Biologics Inc.”, representada en el país por la Fundación Huésped.
Al consultar al entrevistado si existían antecedentes que pudieron hacerlo presumir del sorpresivo desenlace, éste aclaró que su hermano gozaba de perfecta salud y que justamente por ese motivo se ofreció y fue aceptado como voluntario para probar la vacuna, y hasta que tomó conocimiento del triste desenlace no supo jamás de ningún efecto colateral o adverso que pudiera relacionarse con la medicación suministrada.
Lo cierto de todo lo dicho, es que luego de los insistentes llamados (sin respuestas) de sus hijos y familiares al departamento 7º “C”, de la calle Rosario 39 de la Ciudad Autónoma, el miércoles 30 de diciembre por requerimiento de la hija del Dr. Gerardo David Glucksmann, el cuerpo de bomberos derribó la puerta de ingreso al domicilio del mencionado, donde lo hallaron tendido en la cama sin vida.
Según el parte redactado por el SAME luego de la intervención directa de la Dra. Evelin Garbin, Glucksmann habría fallecido, -sin entrar en mayores detalles-, por un “infarto agudo y fallas multiorgánicas”.
La tarde del 01 de enero de 2021 el hijo del occiso, Juan Ignacio Glucksmann, se hizo presente en la Comisaría Vecinal 6-B a los fines de radicar la denuncia por “Averiguación de Causales de Muerte”, la cual por decisión del magistrado interviniente a cargo de la Fiscalía Nº 23, Dr. Estévez, fue derivada a la Comisaría Vecinal 7-C de la Policía de la Ciudad.
Consultada al respecto la Biotecnóloga y Farmacéutica investigadora del CONICET, Dra. Sandra Pitta, indicó que “en el caso que durante el estudio se manifestara alguna reacción adversa seria e inesperada, el investigador a cargo tiene la obligación de reportarla de inmediato al Comité de Ética, como así también al Patrocinador del Estudio y la Autoridad Sanitaria competente, para verificar o descartar que la vacuna en ensayo sea causa de lo observado. Este procedimiento, que puede interrumpir temporal o definitivamente el ensayo, garantiza la seguridad de los estudios clínicos”.
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