La discusión es si ingresa por el Senado o por la Cámara de Diputados, pero lo que está decidido por el Gobierno es enviar en Sesiones Extraordinarias el proyecto de ley para reformar el sistema de salud.
El presidente de la comisión de Salud en Diputados es del Frente de Todos, Pablo Yedlin quien era candidato al Ministerio, pero fue reemplazado por Gines González Garcia.
A otra posibilidad es que se presente en la comisión de Salud del Senado cuyo presidente es el radical de Cambiemos, Mario Fiad, pero uno de los vocales es la senadora por Mendoza, Anabel Fernandez Sagasti quien en su momento presentó el proyecto para la expropiación de la cerealera Vicentin.
El proyecto
El primer aspecto es el más importante está relacionado con la llamada “integración” de los sistemas de salud estatal provincial y municipal con el privado, para instrumentar un nuevo esquema de financiamiento para solucionar el gasto ineficiente en salud.
El segundo aspecto, el que más hace ruido en el sindicalismo peronista es la intención de achicar el número de obras sociales sindicales que en la actualidad llega a unas 250. El problema es la baja prestación que estos realizan a sus afiliados que son trabajadores que además de aportar al Estado también tiene que hacerlo a la obra social de su sindicato.
Por contrapartida, la central obrera reclama que se fije una “canasta prestacional” que reemplace al Programa Médico Obligatorio (PMO), que hoy le genera un rojo de aproximadamente $1.500 millones mensuales a la caja sindical más importante. A las obras sociales les cuesta $2.600 por mes por persona tener cubierto el PMO, cuando el ingreso promedio del sistema de salud es de más o menos $1.820.
Por lo que pudo saber la Agencia Nuevas Palabras la reforma abarcaría cinco aspectos donde están invulocrados el ministerio de Salud y otros tres organismos del estado nacional que son la ANSES, el PAMI, y la AFIP y el IOMA de la provincia de Buenos Aires.
Los empresarios señalan al viceministro de salud bonaerense el camporista Nicolás Kreplak al ex director del PAMI Luciano De Cesare y al presidente del IOMA Homero Giles ambos integrantes de la Fundación de Soberanía Sanitaria como autores del proyecto.
Las posiciones
La semana pasada Yedlin fue el primer legislador que se mostró a favor de la reforma. En diálogo con Radio Provincia, remarcó que “hay que reformar el sistema de salud, es muy complejo y no es contra de nadie. Se necesita de muchos actores para mejorar la salud de los argentinos”.
El diputado aclaró que “nadie sobra en el sistema, lo vimos con la pandemia, pero no puede ser que la salud sea negocio para algunos e inequidad para muchos”.
Yedlin señaló que Argentina “es un país federal y el sistema de salud se financia con parte de con rentas generales, en parte con obras sociales y con las prepagas. Podría tener mejores resultados”.
En ese sentido aseveró que el objetivo de una reforma sanitaria sería “que haya equidad en el sistema. Tenemos que levantar la mirada y ver los problemas estructurales en el sistema. Por ejemplo, con más de 300 obras sociales en el país, la mayoría hoy son deficitarias”.
La medicina prepaga un negocio que mueve unos $ 800.000 millones y ha puesto en guardia a los llamado “Gordos de la CGT” por el futuro de unas 250 obras sociales sindicales la mayoría de ellas totalmente quebradas que se reunirán este lunes para analizar el futuro.
La probable llegada de la santacrucena Beatriz Korenfeld a la estratégica Superintencia de Seguros de Salud ha puesto en guardia a los principales sindicalistas como Hugo Moyano de Camioneros, José Luis Ligeri de Obras Santitarias y Hector Daer de Sanidad.
Korenfeld reemplazó al polémico Héctor Capaccioli tras el triple crimen de General Rodríguez y el escándalo de la efedrina. Cristina Kirchner la nombró el año pasado en la Direccion de Ayuda Social (DAS), la obra social del Congreso de la Nación para revisar todos los papeles que firmó su antecesora, Gabriela Michetti.
Con ese objetivo, intervino por seis meses la obra social de los empleados del Congreso. En la comisión fiscalizadora se investiga el convenio firmado con Omint, la prepaga que está a cargo de brindar servicios de salud.
En el segundo mandato de CFK Korenfeld ocupó el lugar que había dejado el hombre fuerte del ex jefe de gabinete y actual Presidente, Alberto Fernández, Héctor Capaccioli manejaba esa caja y la recaudación de la campaña CFK-Julio Cobos que terminó en una escandalosa investigación judicial.
Korenfeld, en esos tiempos, también estaba detrás de las cuentas en Suiza de Hugo Moyano cuando la guerra con el camionero se había desatado luego del fallecimiento de Néstor Kirchner.
La investigación
Por otro lado esta semana se conocerán los principales detalles de una auditoría de la Sindicatura General de la Nación (Sigen) a cargo del Carlos Montero donde se habrían detectado irregularidades y debilidades de control en la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación durante el gobierno de Mauricio Macri.
Entre otras cosas, el organismo de control alertó sobre “fallas severas en el control de obras sociales y empresas de medicina prepagas”. También pone en duda los aumentos del 330 por ciento que obtuvieron las empresas en el periodo de Mauricio Macri cuando la súper intendencia de Servicios de Salud estuvo a cargo del ex futbolista Nicolas Neuspiller.
En el informe de la Sigen se detallaría la falta de auditorías económicas y financieras en 34 de estas empresas y obras sociales, en las cuales se encontraron irregularidades en la aprobación de los balances y “un alto grado de morosidad en la entrega de los estados contables que deben efectuar las entidades de medicina prepaga”.
Entre esos aspectos se destacaría que, a partir de las presentaciones puntuales de algunas empresas, se autorizaron aumentos generales a todas las entidades de medicina prepaga, sin considerar la normativa vigente, por la cual, cada empresa debe hacer de manera individual su pedido.
El factor CFK
A mediados de diciembre, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner encendió las alarmas en todo el espectro relacionado con las obras sociales sindicales y en los referentes de la CGT que días antes se habían reunido con el presidente Fernández y con Gines González Garcia.
En el Estadio Único de La Plata, CFK planteó que el primer desafío que tiene Argentina para 2021 es la situación sanitaria. “Vamos a tener que repensar todo nuestro sistema de salud. Dicen los que saben que tal vez vengan otras pandemias”.
“Nuestro país debe ser de toda Latinoamérica el que más inversiones tiene en materia de salud, pero lo tenemos dividido en tres sistemas, el público, el privado y el de las obras sociales. Bueno, vamos a tener que empezar a repensar un sistema nacional integrado de salud en el que podamos articular todo esto para ser un uso más eficiente de lo que hay en Argentina”, dijo la vicepresidenta.