Doble falsedad conceptual, muy grosera, la difundida por la Secretaría de Energía de Misiones (SEM), alardeando su supuesto “mérito” de hacer que “Misiones comience a producir energía limpia”, para auto alabar sus “espejitos de colores” solares.
Falso que la energía solar sea “limpia”, pues tiene muchos y proporcionalmente muy elevados costos ambientales, si se los mide respecto a la pobre capacidad de generación de los paneles solares.
Construir los paneles, transportarlos, montarlos, cuidarlos y repararlos en su comparativamente breve vida útil, para luego desmontarlos y cuidar el tratamiento de componentes potencialmente tóxicos, todo eso implica una sumatoria considerable de costos ambientales.
Además, por regla general, parcialmente aplicada en Misiones, las intermitencias en la generación solar, deben ser neutralizadas mediante equipos termoeléctricos –que queman petróleo o gas- (lo que es un alto costo ambiental asociado a solares y eólicas), como respaldo y reserva “caliente” (funcionando); o eventualmente, conectados a la red general, al mismo efecto, parte de la cual, se alimenta con equipos termoeléctricos, que son altamente contaminantes.
¡O sea que la solar, no es “energía limpia”!
Pero si la supuesta “primera energía limpia producida en Misiones” se refiere al proceso de producción de energía de los paneles solares, considerado separadamente de sus múltiples costos ambientales asociados, la SEM incurre en otra falacia atroz, inadmisible en quienes deberían ser expertos en energía.
Misiones produce “energía limpia” de origen hidroeléctrico, desde la década del ’60, cuando el empresario Rulo Sánchez, montó una usina hidroeléctrica en su establecimiento agro industrial, en Wanda.
Se sumaría luego el complejo hidroeléctrico Saltito, en los años ‘70, construido en base al empuje y visión de progreso de esa notable personalidad que fue el inmigrante ruso Alejandro Orloff, a quien tuve el alto honor de contar entre mis amigos.
En los años ’80 estuvo la fallida experiencia de las micro – centrales hidroeléctricas, cuyo fracaso tuvo que ver con sus exiguas capacidades productivas, pues eran demasiado chicas como para autosustentarse.
Y el 18 de setiembre de 1990, comenzó a generar la gran hidroeléctrica Urugua-Í, en forma ininterrumpida hasta hoy, produciendo la energía eléctrica más barata que utiliza Misiones.
Todas esas hidroeléctricas, produjeron y siguen produciendo (excepto posiblemente la de Wanda, al día de hoy), ENERGÍA LIMPIA.
Flagrante e inadmisible falsedad de la SEM. Parece que necesita justificar al como sea, a los muy poco eficientes “espejitos de colores” solares.
Ya al comienzo de la actual gestión de gobierno, un año y poco más atrás, en algunas notas periodísticas, el por entonces nuevo Secretario de Energía provincial, Ing. Paolo Quintana, ya evidenció su acentuado sesgo hacia las “renovables” (las que yo llamo “renovables amputadas”, pues excluyen a las renovables hidroeléctricas), y en particular, hacia la solar.
No sorprende eso, pues suele ser el perfil de muchos egresados de la Facultad de Ingeniería de Oberá, influenciados por la prédica “minimalista” (“lo pequeño es hermoso”, es una de sus frases), y muy afín al ultra ecologismo, del exdocente y exdecano, el amigo Erico Barney.
A esa frase, en su momento respondí afirmando “lo grande es maravilloso”, y lo reiteré en cuanta disertación y congreso de Energía participé, incluyendo en ello a cuatro debates y conferencias en las que expuse, en dicha Facultad; la última de ellas invitado muy amablemente por la entonces dirigente estudiantil y hoy ingeniera, Fernanda Pagnone, junto con dos compañeras. Buscaban a algún disertante que aborde el tema de las grandes hidroeléctricas, tema lamentablemente tabú en esa casa de estudios, por la influencia marcada de algunos docentes ceñidos excluyentemente a las pautas “ecológicas” y a las muy pequeñas generadoras.
Y que es un tema tabú o al menos muy subvaluado en esa Facultad, aun pese a contar con docentes capaces y conocedores del tema, lo evidencian algunos hechos contundentes, como los que describo seguidamente.
a) Nunca se preocuparon por tener copias y estudiar con rigor académico, los siete proyectos hidroeléctricos en cursos de agua interiores, realizados por la Dirección General de Electricidad de Misiones; y el interesante anteproyecto del Túnel del Urugua-Í, hecho por la Gerencia Urugua-Í de EMSA, en épocas del Ing. Schwartz, con los respaldos notables de valiosos y experimentados profesionales, como los Ings. Raúl Sánchez, Rubén Paoloni y Héctor Mayol, entre otros.
b) Tampoco recopilaron informes ni analizaron los grandes proyectos y grandes centrales hidroeléctricas de Argentina, lo cual siempre supe y lo corroboró el entonces Decano, Ing. Alfaro, cuando muy amablemente se apersonó en mi oficina, para pedirme datos de esos proyectos y obras -inexistentes en esa Facultad-, para una disertación en la misma, en la cual yo también participé como uno de los expositores.
c) También pude constatar ese cerrado perfil por “energías alternativas” y muy opuesto a las hidroeléctricas de mediana y gran potencia, cuando cursaba los tres Posgrados y la Especialización, de los que soy egresado de esa misma Facultad.
El mismo Ing. Quintana muestra en su curriculum, que una vez egresado fue a Brasil a especializarse en energía solar; lo cual es muy positivo, siempre y cuando no implique la dogmática exclusión de las tecnologías convencionales de generación, sobre todo las de grandes potencias aptas como Base de Generación, como lo son las Termoeléctricas, las Hidroeléctricas y las Nucleares.
No bien llegado al cargo, se difundió que el objetivo es, supuestamente, el autoabastecimiento energético total de Misiones, en el mediano plazo.
Con amplio despliegue en los medios provinciales, se enfatizan las medidas que –supuestamente- están encaminadas al auto abastecimiento energético provincial, pudiendo citarse entre otros artículos los del diario El Territorio, de fechas 18/10/2020 y 23/01/2021, cuyas “letras” seguramente provienen de la SEM, pues los periodistas firmantes no evidencian ser expertos en energía, por las gruesas imprecisiones y errores conceptuales, expresados poco menos que como verdades reveladas.
¿Autoabastecimiento energético? ¿Acaso se producirán combustibles y en cantidades suficientes para todo el parque automotor y de maquinarias varias? Afirmar eso es un insulto a la inteligencia y un aporte a la confusión acentuada.
¿Autoabastecimiento eléctrico, pretendiendo cubrir los previsibles acentuados incrementos de la demanda, con escuálidas micro centralitas solares, de generación intermitente (o sea no apta como base de ningún sistema eléctrico), “reforzado” eso con los minúsculos aportes de las ya fracasadas –por carecer de escala mínima para autosustentarse- microturbinas hidroeléctricas; y “complementado” todo eso con algún puñado de generadoras en base a biomasa? Respetando las energías de biomasa, que son aptas como aportes a la Base del sistema eléctrico, debe decirse que carece por completo de seriedad científica y sustento técnico, afirmar que con todo eso se cubrirá la demanda creciente.
Si por alguna voltereta conceptual, a las que nos tienen acostumbrados los ecologistas cavernarios (con los que las afirmaciones vertidas por la SEM parecen coincidir como un guante a medida), se pretendiera que en base a la autogeneración domiciliaria, se complementen las enormes cantidades de electricidad que lo precedente no podrá cubrir, cabe decir que tampoco tiene sustento, por lo siguiente.
Se podría generar algo más de energía solar, la cual –repitámoslo- por sus intermitencias no es confiable ni es técnicamente apta como generación de base; o sea que se acentuaría la baja calidad de la generación.
Ni siquiera parece haberse estimado la factibilidad económica de la muy promocionada “autogeneración solar”, pues los paneles e instalaciones son muy costosos, y las amortizaciones de esas inversiones llevarían muchos años, sin contar los costos financieros. La escasa difusión domiciliaria de los paneles solares, prueba eso.
Esa autogeneración solar domiciliaria, es disparatado suponer que será masiva como para cubrir todos los nuevos requerimientos eléctricos domiciliarios, y quedarían por abastecer las demandas comerciales, de servicios e industriales. Y es energía intermitente, dañina para el sistema interconectado.
Si se supusiera que la energía solar podría almacenarse en sistemas de baterías, debe decirse que es un proceso muy costoso, y además muy contaminante, de no exento de riesgos al manipularse ácidos y eventualmente otras sustancias tóxicas. ¿Solución “ecológica”? Incoherente.
Se omitió totalmente precisar cual es el costo real por kWh –dato central- de las minicentralitas solares en Misiones, que tanto promocionan. Se sabe que en el mundo, las “renovables amputadas” (eólicas y solares) solo son viables en base a muy fuertes subvenciones estatales y una sumatoria de otras ventajas prebendarias, sin las cuales no podrían funcionar ni subsistir.
Costos que termina pagando el usuario y/o el consumidor, vía impuestos para solventar esos gastos asumidos por el Estado que avala esas falsas “grandes soluciones”.
Tampoco se tuvieron en cuenta los estruendosos fracasos, en los países en los que por presiones brutales de todo el aparataje ultraecologista y los poderosos intereses creados vinculados a las instalaciones masivas eólicas y solares al como sea, se instalaron masivamente.
Alemania es el caso paradigmático del fracaso de las ”renovables amputadas”. El Partido Verde, integrante de la coalición de Angela Merkel, presionó para desactivar totalmente la energía nuclear en Alemania, argumentando que se podía reemplazar por energía eólica y solar.
Ese argumento fue falso, y hoy Alemania es dependiente en grado sumo del gas ruso, además del carbón polaco y de EEUU, y de energía nuclear comprada a Francia. Las eólicas y solares, caras y poco eficientes, no fueron ninguna solución.
El ultra ecologismo, con su veta de promoción a ultranza de eólicas y solares, es activamente impulsado por varias ONGs británicas, como Green Peace y WWF (Fundación Vida Silvestre, en Argentina). Sus letras, seguramente redactadas por el MI5 y Downing Street, buscan sumir a Argentina en el subdesarrollo permanente, y una de sus herramientas es hacernos patológicamente dependientes de energías ineficientes y muy costosas. Eso tiene alta incidencia geopolítica. La SEM evidencia desconocerlo por completo.
El dogmatismo pro solar que evidencia la SEM, si no se modifica pronto y profundamente, será un salvavidas de plomo que frenará nuestro desarrollo socio económico, pues nos lleva a un escenario de pobreza energética crónica.
Otro de los problemas ECOLÓGICOS, es la de las Eólicas, que ahora no saben que hacer con las Aspas, que deben cambiarse después de cierto tiempo, ya que las mismas NO SON RECICLABLES.
Uno llega a la mitad de la nota y el autor ya no merece más atención. Porque se pone muy exigente al hablar de los costos e insumos para la fabricación de paneles solares, aunque por ignorante se olvidó de mencionar las baterías. Pero miente descaradamente cuando habla de la complementación con la generación térmica, porque todo está en el sistema interconectado nacional o regional, de modo que no se habla de reemplazar toda la generación de energía del país por energía solar, y las opciones de complementación es lo que ya existe. Pero lo inadmisible es que muestra un doble estándar cuando habla de la generación hidroeléctrica. Este chico Carlos Ortiz debería saber que para ejecutar una instalación hidroeléctrica por mínima que sea se necesitan maquinarias que consumen hidrocarburos, y se necesita cemento que tanto en la extracción de las materias primas como en su elaboración, dado que es piedra caliza calcinada y molida, consume grandes cantidades de hidrocarburos. En general no es muy errado asegurar que el costo de una instalación o de una máquina, es equivalente a su huella de carbono. Ninguna instalación para generar energía es gratis.