Finalmente, la publicación en The Lancet de la validación de la vacuna Sputnik V por parte de científicos pares, salda una disputa ideológica y política a la que se lanzó parte de la oposición política de la argentina y que no tenía buen pronóstico.
Hubo críticas fundadas al secretismo con que se manejó el gobierno y al hecho de que la Anmat (la autoridad regulatoria) se apartó de procesos ordinarios para habilitar el uso de la vacuna. Pero detrás de eso en muchos había una mezcla de mala leche y exageración. Tal vez la mejor muestra fue Lilita Carrió introduciendo una denuncia por intoxicación. Si rigiera el ojo por ojo de las acusaciones rebuscadas el gobierno podría denunciarla a ella por intentar propagar una enfermedad -la infección con el Covid19- en grado de tentativa por obstaculizar el uso de una vacuna que, hoy, ha sido validada.
Para Alberto Fernández es un premio a su osadía. Se comió las críticas porque apostó a la vacuna rusa cuando muy pocos países lo hacían ante la falta de validación científica. Y hoy, gracias a eso, Argentina es un país que tiene a casi 1 (0,8) argentino por cada 100 vacunados, según los datos de Our World in Data.
¿Les parece poco? Sí, está lejos de Estados Unidos, que ya roza el 10%. Pero Argentina es, gracias a la Sputnik V, el tercer país de América latina con más vacunados al 1 de febrero. Sólo la superan, por centavos y chirolas, Costa Rica y Brasil (1%). Países que no estaban al borde del default a principios de la pandemia y que no tienen hoy el riesgo país arriba de los 1.400 puntos, como Chile, México o Panamá, están por debajo. Ecuador apenas inició. Los demás no han vacunado a nadie aún.
¿Que faltan dosis? ¿Que son insuficientes? ¿Que vienen en carreta? Sí. Como pasa con todas las vacunas en casi todo el mundo. Pero Argentina es uno de los que al menos pudo largar. En el hemisferio sur, eso es un logro de pocos.
Es un premio a la audacia, a la confianza en Rusia y en el laboratorio Gamaleya. Y es un premio para Fernández, para el criticado ministro de Salud Ginés González García y para su segunda, Carla Vizzoti. Tienen que pasar a recogerlo.