¡Recién Publicado!
cerrar [X]

GRAN ACONTECIMIENTO GRAN

0
NUEVO LIBRO DE ROLANDO GABRIELLI
NUEVO LIBRO DE ROLANDO GABRIELLI

DEL POETA NACIÓ EL AMOR

Del poeta nació el amor, que creció y se hizo poema: Silvia Campazzo

 

 

    Qué raro ver impreso a un poeta inédito hasta la médula del poema, polvo y hueso de su palabra convertida en letra impresa real. Repetido en la virtualidad de Internet, archivado en el trópico, y a veces, la fiesta de la palabra pasa de rodillas, miserable altar de unos cuervos cojos ciegos, que no hacen sombras. El poema nace detrás de la palabra, donde el verbo es sombra lúcida de su propio silencio. El poema convoca en su nombre a todo y nada.

    El abecedario, el diccionario, los escaparates están llenos de palabras y papel. Desde siempre y mucho antes, la “manía” fue poetizar la palabra o el lenguaje fue la palabra real en el poema de lo cotidiano. Aire, oxígeno de aquel hombre y mujer, que el hielo y las cavernas convirtieron en primavera. Hablaron todos los elementos por su boca y palabras. Años a, el cosmos era un huevo gaseoso a punto de estallar.

    Entre paréntesis, amor, poemario de Rolando Gabrielli editado el 14 de abril en Colombia, impreso por Ediciones Cisne Color Ltda., ha estallado por fin en 92 poemas y tres cadáveres exquisitos, con lo que el autor resuelve su propio olvido. Poesía de amor, poesía en la poesía y poesía palabra: un solo lenguaje.

    No es difícil abandonar el momento cumbre del olvido de sí mismo, ha dicho el autor de Entre paréntesis, amor, arrastrando las húmedas vocales y consonantes.

    Una edición muy cuidada, con una portada en rojo, muy sugerente, ilustrada por una mujer de espalda desnuda, silueteada, con una bata roja que cae informalmente hacia su cintura sobre una cama. Al fondo, en un gran primer plano, una ventana  cubierta en parte por una cortina. La contraportada es una fotografía muy sensual de unas largas y hermosas piernas, cuya parte superior de la mujer está cubierta por una bata roja. La contraportada está contrastada y enmarcada en negro. El poema Última fortaleza, se refiere a la portada de alguna manera: Tu espalda/sigue siendo/mi obsesión/es tu última/fortaleza. Y las largas piernas, como una geografía chilena, están trazadas en más uno o dos poemas. Las fotografías están suscritas por SC y el diseño del libro a cargo del colombiano Hernán Santos, quien buscó una armonía estética para toda la obra en la textura del papel y en su nítida tipografía.

    Entre paréntesis, amor, se expuso en la XX Feria Internacional del libro en Bogotá, Colombia, recientemente concluida. Un par de volúmenes fueron robados del stand de Chile o de algún descuidado armario en esos días, lo que significa que la poesía goza de buena salud. (Es tal vez un homenaje a Roberto Bolaño, quien sobrevivió en su juventud con lecturas robadas de las librerías del DF). También estuvo en La Casa Silva de la Poesía y un librero mexicano compró un flamante recién editado ejemplar. Gonzalo Rojas se llevó otro  a Chile. Manuel Silva Acevedo y un animador de la TV chilena, sendos libros. Suficiente para romper el hielo.

    Silvia Campazzo, profesora argentina, en un prólogo de 11 líneas traza la atmósfera del libro y define al poeta en la intimidad, respiración de su verbo. Es un guiño para el lector, una señal, porque como dice Gabrielli” la poesía es la búsqueda del Otro. Se busca con la palabra: carne, cuerpo, materia, una atmósfera húmeda. Silvia Campazo sostiene en su brevísima y precisa introducción al poemario, que “en cada verbo un sentido, en cada adjetivo un deseo y en cada punto, el tiempo de retomar el aliento para volver amar y seguir sintiendo”. “Del poeta nació el amor, que creció y se hizo poema” “El poema, enfatiza Campazzo, fecundó la pasión que se esparce en estas páginas como en sábanas revueltas.” ¿El poema fue anterior al amor o la palabra fecunda primero la sombra antes que el cuerpo? Así Rolando Gabrielli ha desenredado el ovillo de palabra y ha echado a rodar el carretel de su esperanza en el camino de sus versos, concluye la profesora Silvia Campazzo, desde el fondo de su(s)propia(s) lectura(s) del poemario de 112 páginas redondas, estética y agradablemente impresas, acota: “Este es el hombre, el poeta y su obra, atravesada por la invencibilidad de la distancia”.

En su última página, a modo de corolario, el autor advierte: ”Un libro no se explica, es como una historia de amor, sucede. Éste fue escrito con todos mis sentidos, para una mujer, que es todas las mujeres, el poema” La poesía/es cosa muda/rota dice y toca/pasa y queda/provoca.

    Tres antiguos, tradicionales, permanentes, universales temas contiene el libro: el amor, el poema en el poema y la palabra. El lector es quien escoge las palabras y se queda con la última cuando lee un libro. Debe comer, beber y ayunar en el El Plato del poeta: Repaso la poesía/como la vida/en un plato hondo/vacío de letras//y estómago/eructo/sin tener que decir/Nada por obligación/Repaso/la poesía/sobre un plato vacío.     La elocuencia del poema en lo que no se dice, se sabe, el silencio, la soledad y el oficio dentro de un plato vacío. ¿Para qué editar se habrá dicho mil veces Gabrielli?

    Un libro con muchas señales y guiños nos ha dicho Silvia Campazzo desde su intuición y lecturas. Más allá de las palabras el autor ha dibujado un largo y estrecho paréntesis y “el lector sabe que tiene más que palabras, un ruido que la hoja en blanco contiene y no ahoga.” Se siente la respiración en el poema, de quien lo escribe y lo lee, y de para quién fue escrito. La respiración de dos es un juego más profundo y sagrado. El poema sólo tiene un recurso, sus palabras. Santa palabra: Arrodíllate, le digo//en cruz, Santa palabra,/inquisidora mía/revélate ahora/ycondénate conmigo/por todas las vigilias/De los siglos/si quieres.

    Una poesía que tiene cuerpo, un verbo que copula, penetra, impregna y humedece la punta de la palabra en ese pozo de luz oscura irrefrenablemente. Verbo copulante: Verbo copulante, mi coma/mi punto, mi rosa helada/todo el abecedario/lo bendigo en tu nombre/A mí me yace, a mí me vive/Tierra si no soy tu tierra, /húndome o primavera muscular/frívolo rompiente verano/verbo rojo, doliente/mi paréntesis hablante copulante.

    El libro tiene diversos pisos, capas, contaminación, mixtura, obsesión, reciclaje, una mirada hacia lo desconocido, señala su autor. Hay ciudades míticas en la memoria del poeta, Denver, DF (México) Ciudad de Panamá, Santiago de Chile.

    A pesar del largo silencio sobre el papel, porque Gabrielli ha escrito varios libros de poesía y prosa, según dan cuenta algunas publicaciones virtuales, un poema recoge la obsesión, la dependencia visceral del poeta sobre su propio oficio y género: Poesía: soy tu sirviente/considérame tu público servidor/humildemente/un cómplice incondicional./Tócame el corazón/con la yema de tus dedos/desnuda la semilla seca/y sé mi fruto. Texto confesional, medalla de múltiples caras en una sola: la poesía. Poema, complementa esta postura, alarde de silencio en el silencio de la palabra. A veces siento/que he alimentado/ un elefante blanco./La página, la página.

    Entre paréntesis, amor, respira la mujer de carne y hueso, la femme, la Musa, la Bella, porque el poema/ respira en el poema/como nosotros/un solo cuerpo/del delito consumado. La palabra se consuma en el poema, como la carne sobre la carne. ¿Nos devora/el cuerpo/del poema//la plabra/o este amor/que respira/este aire/sin palabras? Preguntas en un confesionario público, transparente, en la intimidad del diálogo. De esta respiración mutua, paréntesis, intervalo de una realidad jugada en el imaginario del poema nace La Sin par: Tú eres la sin par/mí folletín del atardecer/musa soleada en el rojo espejo/Te recuerdo en una taberna/ y sólo se ve nieve/una catedral que asciende/nube imaginaria¿Qué esperas ángel para volar/soy el agua adivinada en el bautizo de tu mano/Un búho que arroja sus ojos/en el pozo de un hilo sin punta/que crece en la noche del poema.

    El hilo seduce en el poema, palabra por palabra, no la madeja. El poema dice/calla/narra/describe como sugiere Descripción de la mujer. Es un ángel bestialmente hermoso/arbitrario, patéticamente tierno,/me asfixia su silencio./Su ombligo habla/y yo le debo mi libertad/lúdica bisagra,empuja forastero/tu profundo oro de la noche, amor/luna plana, brillante, ciega/el tacto oscuro de tus manos/es pétalo, es rosa, lágrimas.

    Toda poseía verdadera respira por la herida. Esta no es la excepción. Poesía que pulsa una época, un río que la recorre. El poeta echa fuego a su palabra, aconseja, cuando veas arder la capilla de la poesía. Fuego y más fuego, el poeta ama/con frenesí desenfrenado/desbocado/caballo sobre yegua. La palabra no se rinde.

    Hay más poesía en Entre paréntesis, amor, tal vez una historia, como suele ocurrir en el amor. Ciudades, el tiempo y la muerte, unas cuantas nostalgias que nos dejan ver las palabras cuando se juntan de cierta manera al decir y callar. El poema tiene la última palabra y el lector que le otorga su propia visión y lectura. Las palabras de Silvia Campazzo son precisas, hilo sobre el hilo de la historia que narra y quizás en la palabra esté la invencibilidad del poema.

 

Dame tu palabra

Entrégame

tu verbo,

tu lengua,

tu cuerpo,

dame

tu palabra.

 

Ciego voy

Ciego voy

hacia tu luna,

beso tus abismos, amor,

tus carnes en cruz y mis clavos,

el morado sol, tus profundas bocas,

mis parcelas, estas noches doradas,

los labios baten sus lenguas,

dicen quien eres, quien soy,

dentro de tus abismos,

la flor y la espina,

una isla abre otra isla.

 

Sol Rojo

De rodillas,

siento que un naipe

abre el negro vicio

del juego, la rótula

instalada con su hermana

en las blancas sábanas,

se vienen las nieves

el alba rosa de la mañana,

horas en que el pan

entra al horno

y despunta la sangre

en la cresta de un gallo,

sol rojo de alas maduras,

vuela, vuela al infinito.

 

Bestia

Bestia, pisas la noche,

vas por tu alimento.

Compartimos,

lo poco que tenemos

o lo mucho,

la presa que somos.

 

Seda

Seda

soy yo,

el gusano,

vísteme.

 

S

Sólo ámame,

sedúceme

con tu libertad.

Ancla en mí.

Oh, cedazo

Oh, cedazo

me filtras

el amor

en unos cuantos

miserables granos,

que el viento

trae y lleva y trae.

 Marea

Déjate ver,

marea,

recoge

el velo,

desnúdate.

Mi negocio

Mi negocio son las palabras

que carecen de estanterías,

del ruido infernal de la cartelera,

no tienen nombre, ni dejan de nombrar,

aborrecen todo perfil noticioso,

escupen saliva,

prefieren callar, ser mudas,

no tienen lomo de etiquetas,

formalmente pueden ser unas putas,

completamente descarriadas,

vírgenes inmaculadas.

 

Calcomanía

Yo me repito,

me calco en el poema,

hago que me borro

y unto el dedo

de saliva

y se me seca

la palabra.

 

Carta a un púgil

Continúo por estos escenarios

de cuarta categoría,

haciendo sombras

con un verbo oxidado.

La poesía, rota, inútil

desvencijada, vieja maleta

de otro paseo.

Estas calles son ahora,

La ciudad frente al océano,

el día que viaja como una persiana,

abre y cierra la luz.

Armo los días como una cartelera

de poca monta,

la sombra crece

frente a un contrincante

que surge de las nada.

 

El país se aborrece

El país se aborrece,

se borra así mismo,

es la pausa olvidada

de su tránsito.

El hombre en la ciudad,

como la palabra,

se gasta en el muro.

El poeta exiliado,

en un cuarto oscuro

hace sombras

con las palabras.

La oveja descarriada

cambia el balido

por el despiadado silencio

del sacrificio

como el poeta

cuando no encuentra las palabras.

 

Finalmente

Finalmente,

palabra

he de morder el polvo

para que tú

puedas mover las alas

y yo respire

de tu aire

sin conocer

el aire que respiro.

 

0 comentarios Dejá tu comentario

Dejá tu comentario

El comentario no se pudo enviar:
Haga click aquí para intentar nuevamente
El comentario se ha enviado con éxito
Tu Comentario
(*) Nombre:

Seguinos también en

Facebook
Twitter
Youtube
Instagram
LinkedIn
Pinterest
Whatsapp
Telegram
Tik-Tok
Cómo funciona el servicio de RSS en Tribuna

Recibí diariamente un resumen de noticias en tu email. Lo más destacado de TDP, aquello que tenés que saber sí o sí

Suscribirme Desuscribirme

¿Valorás el periodismo independiente?
Municipio de Moron. Corazón del Oeste
Mokka Coffee Store
Cynthia Gentilezza. Analista en seguros