Tres cuestiones separadas que no tienen que ver una con la otra sirven, sin embargo, para dar una idea de dónde está el gobierno, en qué está pensando y por dónde pasan sus preocupaciones.
En primer lugar, el regreso del presidente-lacayo al discurso del odio o, mejor dicho, a enarbolar ese argumento para referirse a quienes se oponen a sus políticas para el sector agropecuario.
Lisa y llanamente no se puede creer que casi 10 años después volvamos -una vez más bajo un gobierno kirchnerista- a pretender enfrentar a la sociedad bajo el argumento de “la mesa de los argentinos”.
Varias cuestiones respecto de esta gansada. En primer lugar, volver con la misma cantinela gastada, antigua y divisiva de una década atrás es, como mínimo, aburrido, cansador. ¿No se les ocurrió otra cosa en todos estos años muchachos que siguen con las mismas pelotudeces?
En segundo lugar, ¿no aprendieron que, gracias a ese chiste demagógico, la Argentina mató 12 millones de vacunos, ganado que había costado años criar y que representaba, por ejemplo, el rodeo completo de Uruguay? La reposición de ese stock ganadero -aplicando políticas correctas, obviamente- llevará años y su costo lo pagarán las futuras generaciones.
En tercer lugar, el planteo contiene un alto grado de discriminación, injustificable y ofensivo. El presidente dijo la consabida estupidez de la “mesa de los argentinos” y que “no pueden especular con las necesidades de ‘la gente’”. ¿Qué quiere decir Fernández? ¿Qué los que se oponen a sus políticas comen en unas mesas que “no son argentinas”? ¿Y qué en cuanto a la “gente”? ¿Qué insinúa el presidente? ¿Qué sus opositores no son “gente”? ¿Qué vendrían siendo para él entonces? ¿Androides? ¿O solo es “gente” las personas que le responden?
En cuarto lugar, llama la atención que siempre que está el peronismo en el poder surjan los mismos problemas. ¿No será que el problema son ustedes, muchachos?
¿Cómo puede ser que un gobierno se queje de que aumenten los precios internacionales de los productos por los cuales ese mismo gobierno se hace de dólares? Es incomprensible.
Incomprensible solo si se ve el escenario con un cristal muy estrecho. Si se amplía el horizonte se empiezan a encontrar explicaciones de por qué pasa lo que pasa. Son tantas las intervenciones y el enjambre de regulaciones a las que el kirchnerismo somete al país (empezando por el ruido y la basura que mete en el mercado de cambios) que todo eso no tarda en trasladarse a los precios.
Otro tanto sucede con los impuestos: los precios de toda la economía aparecen inflados por una carga fiscal y una emisión monetaria descontroladas. En suma: son ustedes, Fernández, no el “odio”.
Otra información que da la pauta de en qué está el gobierno, es la que cuenta que el kirchnerismo activó artículos del Código Procesal Penal para beneficiar a ex funcionarios investigados por causas de corrupción.
Se trata de una iniciativa de la Comisión Bicameral que instrumenta la aplicación de dicha ley penal que determinó la operatividad de seis artículos que establecen que las sentencias sean efectivas recién después de que la Corte las ratifique, modificando la regla vigente hasta el momento en materia penal según la cual la sentencia se mandaba a ejecutar con el último fallo de la Cámara Federal de Casación Penal.
Es decir, en un país completamente incendiado (por ellos), en donde no hay trabajo, en donde las empresas se apuran para irse, en donde los argentinos se están yendo con lo que tienen puesto, en donde cientos de miles de pymes bajaron sus persianas, en donde la pobreza subió exponencialmente desde que el kirchnerismo reasumió el poder, los señores que deberían estar pensando en cómo generar riqueza y trabajo están pensando en activar vericuetos legales para poner en libertad a miembros de su propia banda de delincuentes, en una nueva demostración de que, para lo único que querían alcanzar el gobierno, era para manejar los institutos públicos para encontrar una salida legal para quienes han delinquido y le han robado la plata de su bolsillo al pueblo por el que dicen desvivirse.
Y finalmente, otra de las noticias que también nos ubican respecto de aquello que realmente le interesa a la gente que gobierna la Argentina en medio de este tsunami, es la que da cuenta que el Banco Nación, institución sostenida con fondos públicos, dejará de aplicar un criterio de idoneidad para incorporar personal y pasará a garantizar el 1% de la totalidad de su planta a personas transexuales, travestis y transgénero.
Lejos de tener que interpretarse esto como una acción tendiente a la igualación de oportunidades, en realidad se trata de un nuevo uso político de una problemática social en beneficio partidario, haciendo demagogia y captación de clientela electoral con los fondos que aportan los argentinos de todas las ideas.
La misma lógica que el kirchnerismo utilizó con los derechos humanos, la sigue usando con otras realidades sociales para explotar lo único que les importa: un resultado político.
De esa misma manera se manejaron con el aborto, transformándolo en un hecho político, antes que humanitario, filosófico o de salud pública y con la cultura a la que coparon a tal punto de que hoy no sos “culto” y “cool” intelectualmente si no sos kirchnerista.
Repito, todas estas movidas se hacen mientras el país se cae a pedazos por la aplicación, precisamente, de las recetas y de las “ideas” kirchneristas (si es que podemos usar una palabra tan maravillosa para referirnos a algo que provenga de esta Némesis de siete cabezas).
Esto es lo que votó la Argentina, señores. Y así le va.