Dice el refrán que “el que calla otorga”.
Vos Sergio me has acusado, en un reportaje radial, de ser parte de un equipo
reclutado por Irán para perjudicar o querer hacer daño. No puedo callarme ante
esa ofensa. Algún abogado me ha indicado que a estas declaraciones le
correspondería una querella penal. Pero en principio rechazo esa vía y pretendo
con esta carta abierta entablar un dialogo, exponer mis razones y pedirte que
rectifiques públicamente la ofensa cometida, ante los mismos medios y personas
en que fue vertida, por la que llegó Infobae incluso a sindicarme en base
a tus dichos como integrante de una “red iraní”, con las connotaciones que ello
implica.
El dialogo sólo es posible sobre la base del respeto al otro.
No se puede dialogar, si cuando el otro piensa distinto, se lo descalifica
prejuzgando sus intenciones, o haciéndolo cómplice de intereses inconfesables.
En tu reciente libro “Manifiesto Cívico Argentino”, vos propones una nueva
conciencia “que se trata de aportar cada uno lo propio en un nuevo mapa
integrador de la diferencia”. Parece que tu fe en este principio no ha tenido la
fuerza suficiente para sostenerlo. Entiendo que, en un tema dolorosamente álgido
y problemáticamente controvertido como el atentado a la AMIA te cueste aceptar
la diversidad de opiniones.
No te pido que sostengas ese principio con la misma fuerza
que tuvo Abraham cuando estuvo dispuesto a sacrificar a Isaac, pero como mínimo
te pido que no lo tires por la borda ante el primer embate y caigas en la
descalificación personal por diferencias de opiniones.
Una persona es lo que hace a lo largo de su vida. En lo
personal mis intereses e intenciones se pueden ver reflejados en mi militancia
política, desde que a los 16 años, me enrolé en causas populares. Con aciertos y
errores, no tengo otro compromiso que no sea con mis convicciones, religiosas y
políticas. Tuve el privilegio de ser el impulsor del primer dialogo
interreligioso en el Parlamento, cuando como diputado nacional presidí la
Comisión Jubileo 2000. Allí conocí a pastores cristianos, rabinos como Abraham
Skorka y sheiks islámicos, como Moshen Alí, una persona honorable, que vos
conoces, pero a quién ahora involucras en tus declaraciones como el “puente” de
armado de una dañina supuesta red de apoyo incondicional a Irán.
Como sabrás profeso la religión católica, pero después de esa
experiencia interreligiosa mi espíritu se renovó y fortaleció en la diversidad.
Desde la firmeza de esas convicciones es que acepté viajar a Irán. Seria absurdo
pensar que por viajar invitado por otro país, uno es sospechoso de pasar a ser
un agente encubierto o lobbista de un país extranjero. No sería tampoco serio
decir que porque alguien viaje a Jerusalén, forma parte de una red de apoyo al
sionismo o algo por el estilo.
Charles de Gaulle acostumbraba a decir que "los países no
tienen amigos, sino intereses”, por eso sería ingenuo pensar que no operan en
nuestra realidad política los intereses de otros países. Que dependiendo de cada
caso, alcanzan distintos grados de influencia cultural y de penetración de sus
intereses económicos y geopolíticos.
Sería una ceguera política no ver como funciona el lobby
político pronorteamericano a favor de sus bancos, petroleras y transnacionales,
hasta sus miembros suelen mostrarse públicamente los 4 de julio en “la
embajada”.Así también operan en nuestro país el lobby europeo, a favor de sus
bancos, petroleras, privatizadas y transnacionales.
Así como tenemos este lobby del primer mundo, de los países
imperiales, existen otros lobbys. Como también existe el lobby árabe, palestino,
iraní y de otros países.
Un caso particular es el lobby israelí, por la numerosa
comunidad argentina judía y por su identificación con los intereses del Estado
de Israel. Y digo que es un caso particular no solo en la Argentina, sino que en
los propios EEUU, hay un debate incipiente sobre el poder que ha tenido Israel
en la política exterior norteamericana.
Este debate sobre la excesiva influencia del Estado de Israel
sobre los Estados Unidos incluye a universidades del prestigio de Harvard y
Chicago; y a figuras políticas como el ex-presidente Jimmy Carter, su ex-asesor
de seguridad nacional, congresistas como Ron Paul, y el miembro estadounidense
del equipo de la ONU que buscó las inexistentes armas de destrucción masiva de
Saddam Hussein en Irak, Scott Ritter.
El debate se ha tornado particularmente intenso a raíz de la
debacle de las guerras estadounidenses contra Irak y Afganistán; la
correspondiente caída estrepitosa del prestigio y credibilidad de la política
exterior de Estados Unidos ante el mundo; y la alta probabilidad de inminentes y
mayores agresiones militares contra Irán y Siria, entre otros países del Medio
Oriente.
Si este debate se está dando en la potencia hegemónica que es
los EEUU, con su poderío económico, militar, tecnológico y humano; como no
preocuparse por la incidencia del lobby israelí en la política argentina.
Yo califiqué al dictamen de Nisman y Canicoba que acusó del
atentado contra la AMIA a todo el gobierno de Irán, como un dictamen “neocolonial”.
O sea una decisión política no atada a derecho, porque las pruebas claves que
involucran a Irán son dichos de dichos, de testigos que pertenecen a una
organización terrorista antiiraní denominada MKO, que ni siquiera han sabido
precisar como llegaron a conocer lo que afirman.
Y como consecuencia de esos dichos un funcionario judicial y
un juez deciden acusar a otro país no solo de cometer un acto de guerra contra
nuestro país, sino de ser un “estado terrorista”, con todo lo que ello implica
en la demencial guerra contra el terrorismo emprendida por Bush, lamentablemente
secundado por Israel. Que no practica en absoluto la máxima del rabí Hillel, «No
hagas a los demás lo que odiarías que ellos hicieran contigo».; ni tampoco la
ley del talión del ojo por ojo, que desde antiguo se requiere que sea ejecutada
con exacta proporcionalidad. Por contrario, como dijo algún analista, Israel
como Estado practica la política de los dos ojos, la nariz y la boca, por cada
ojo perdido, como se puede ver hoy en Palestina, sembrándose así vientos de odio
y furia que la humanidad no sabe como acabará.
Sos una persona con aguda inteligencia y sentido común y no
hay necesidad de demasiadas explicaciones para comprender que el dictamen de
Nisman y Canicoba le viene como anillo al dedo a la política bélica de Estados
Unidos e Israel. Y por eso muchos tenemos fundadas sospechas de la injerencia de
los EEUU e Israel en este dictamen, y no precisamente en búsqueda de la verdad.
Por qué no hacernos las mismas preguntas que planteas en tu
libro, pero abarcando colectivamente a nuestra nación: República Argentina
¿Quién soy? ¿De donde vengo? ¿Adonde voy?.
Si no somos ni EEUU, ni Israel, ¿Por qué la Argentina tiene
que adherir al bloque geopolítico de EEUU e Israel? Si venimos de procesos
dictatoriales (apoyados por EEUU e Israel), de procesos de ajuste y
neoliberalismos (impuestos por EEUU y Europa) que dislocaron a la Argentina.
¿Por qué ser funcional a sus intereses?. Si los EEUU e Israel quieren agredir a
Irán para balancear la situación regional a la medida de sus intereses ¿Por qué
Argentina tiene que ser funcional a las acusaciones que Irán es un estado
terrorista, sin pruebas que lo acrediten?. Con la ayuda de mi amigo Javier
Llorens hemos intentado analizar algunas de estas cuestiones en un documento que
te adjunto: “Ayer Malvinas, hoy Irak, mañana Irán: Tres batallas de una misma
guerra por los recursos energéticos”.
También en tu libro decís, y coincido contigo, que tenemos el
grave problema de la desintegración y falta de unidad de la sociedad argentina.
Coincido cuando expones el dolor de los integrantes de la comunidad judía por no
sentirse solidariamente correspondidos, apenados de que toda la sociedad
argentina no sintiera y sufriera como en carne propia la masacre de sus
conciudadanos judíos.
La sociedad argentina está postrada por la ineficacia de sus
instituciones democráticas a la hora de garantizar sus legítimos derechos
ciudadanos, y está enferma de impunidad, frivolidad, y oportunismo. En vez de
una meritocracia nos hemos convertido en una chantocracia, donde se llega al
gobierno y a los puesto del poder prometiendo cosas que se saben que no se van a
poder realizar, por la existencia de compromisos en contrario. Y así vienen
luego los engaños y los enriedos, hasta que el o los chantócratas de turno se
caen, y vienen otros que los suceden.
Comprendo que ante este panorama general, y con lo acontecido
con los atentados a la embajada y a la AMIA, en la comunidad judía argentina se
ha elevado geométricamente esta frustración. Pero la forma de resolverla está
lejos de ser en base al oportunismo de emplear esas enormes tragedias del pasado
con fines sesgados, adecuados a las necesidades actuales, y muy alejados de la
verdad.
La integración de la sociedad en base a compartir valores e
intereses comunes. Reconciliarnos con los valores de la Verdad y Justicia, de la
Paz y el Alimento. En esta reconciliación debemos trabajar, sin descalificación
ética o descalificación intelectual para quien piense distinto, compartiendo
esos valores. Esa es la unidad en la diversidad que tanto necesitamos.
A la espera de una debida rectificación de tus dichos, te
saludo atentamente.
Mario Cafiero
La Plata19 de mayo del 2007
Fragmento de la denuncia del rabino Sergio Bergman, en la
entrevista realizada por Radio 10
Bergman: Pero uno tiene que entender por los antecedentes, que D'Elía hace
mandados, no tiene ideas.
Longobardi: Humhu
Bergman: En ese plano nosotros siempre tenemos que preguntar quién está detrás
de esta idea. De alguien que al mismo tiempo tiene un sinnúmero de
contradicciones, tan obvias y evidentes para nuestra sociedad, que nos desgasta.
Yo creo que inútilmente tratar de encontrarle una lógica a lo que no lo tiene.
Salvo la lógica de ponerse a disposición de quien le paga. En este caso, de la
última aparición, no es una hipótesis vi,.. nueva, ni vieja. Inclusive un
referente, que a nosotros no duele muchísimo verlo asociado con él, que es el
sheik Moshen Ali.
Longobardi: Humhu
Bergman: Hun eeh musulmán argentino, que trabaja reclutado para la embajada de
Irán hace años. Está haciendo un trabajo junto ahora con D'Elía, Cafiero y fue
él el puente de la invitación. Inclusive cayó en la trampa el padre Farinello,
cosa que lamentamos muchísimo, por que es el único que nos queda claro que
no hay intencionalidad de perjudicar o de querer generar daño. El otro caso, en
el caso de D'Elía hay que pedirle que se avenga a la Justicia. Que la justicia
es la que tiene que dirimir, que temas entre Estados los manejan las embajadas
no los ciudadanos… argentinos, acá el tema es entre Irán, entre el Estado de
Israel, entre la Republica Argentina, lo tienen que manejar la Cancillerías, y
nosotros los ciudadanos por lo que sucedió tanto en la Embajada como en la sede
de la Amia tenemos que pedir que la justicia argentina trabaje, tenga la
garantías para hacer su trabajo bien con idoneidad, con recursos y con voluntad
política. Irán esta operando todo lo que puede, como para salirse de las
situaciones que fiscal Nisman, instaló a los responsables que están imputados. Y
ciudadanos, en este caso argentinos, ya sean religiosos como el sheik Ali o,
digamos, free lance a disposición de quien valga la pena como D'Elía,
trabajan para en este caso para la embajada de Irán, no para la Justicia
Argentina y los intereses de los ciudadanos.