Nicolás Trotta se acercó a su amigo el presidente Alberto Fernández y le señaló: "Cuidado que en Chubut las cosas no son fáciles". Ocurre que la gestión de Mariano Arcioni en la provincia patagónica se encuentra desbordada por los problemas y los reclamos se hacen sentir en las calles muchas veces con violencia.
El ministro de Educación nacional lo vivió en carne propia cuando visitó sorpresivamente la ciudad de Rawson el 9 de febrero pasado para intentar acercar posiciones entre los gremios docentes y los funcionarios provinciales. Luego de almorzar con Arcioni en su residencia ubicada frente a la gobernación chubutense, Trotta vio como era increpado de mala manera, por maestros que le gritaban en la cara, sin guardar ningún tipo de distancia sanitaria, y le reclamaban "hace meses que no cobramos".
Empujones, forcejeos y gritos que fueron capturados por cámaras de teléfonos celulares, de manera similar a lo que sucedió durante las agresiones al Presidente, mostraron a un Trotta totalmente sorprendido por la situación. Pasaron varios minutos hasta que la policía provincial logró poner orden y, con la custodia de los agentes, logró marcharse del lugar.
Anteriormente, Trotta había señalado que en Chubut el escenario educativo es preocupante y anunció de manera pública la voluntad de acercar posiciones para que las clases comiencen en esa provincia.
Pero, las palabras no alcanzaron para evitar que el auto oficial que transportó a Trotta al aeropuerto de Trelew resultara con daños en su carrocería y se llevo de recuerdo unos stickers donde se leía "Paritaria nacional 2021" y otra que pedía por "presupuesto para infraestructura".
La sensación entre los secretarios del ministro es que hubo una peligrosa descoordinación que puso en riesgo la integridad física del funcionario nacional y su comitiva. Los que piensan mal, anotan que se trato de hacerle pasar un mal trago a un ministro de suma confianza de Alberto Fernández.
Dudas y más dudas
El jefe de Estado escuchó los consejos de sus asesores y de Trotta pero prefirió gestionar y ponerse al frente del operativo que combate los incendios en Chubut y no especular con la difícil situación social y política que atraviesa la administración de Arcioni.
El viaje cobró notoriedad por las agresiones que son de público conocimiento y en el tiempo que sigue, de búsqueda de culpables por las fallas de seguridad, comienzan a aparecer las internas que contaminan muchas de las políticas del Frente de Todos.
La Casa Militar tiene por protocolo enviar funcionarios varios días antes, junto a personal de prensa y de ceremonial, a los lugares donde se desplaza el primer mandatario. Luego, elabora un informe recomendando las rutas y los lugares donde se suelen desarrollar los actos oficiales.
Ahora bien, la ruta fue cambiada y el ministro de seguridad de Arcioni, Federico Massoni, responsabilizó al diputado nacional del kirchnerismo Santiago Igón y, al intendente de Lago Puelo, Augusto Sánchez, por la modificación en el itinerario del Presidente y su comitiva y de "haberlo llevado a la boca del lobo", refiriéndose al traslado al Centro Cultural donde la combi blanca en la que se trasladaba el jefe de Estado fue atacada a pedradas por los manifestantes anti mineros que lograron romper los vidrios de la luneta trasera del vehículo.
También, el ministro Massoni apuntó contra la Casa Militar al decir en declaraciones al diario El Chubut "la seguridad estaba a cargo de Casa Militar que no solamente nunca me anoticiaron de la visita sino que, además, entorpecieron toda propuesta que pudiéramos hacer para garantizar la seguridad del Jefe de Estado".
Además, agregó: "La marcha contra la actividad minera estaba encabezada por un funcionario de la gestión del intendente de Lago Puelo, Augusto Sánchez, y Santiago Igón fue uno de los organizadores del evento que posibilitó que el cortejo presidencial desviara el rumbo".
Massoni abundó en explicaciones, "en determinado momento los de Casa Militar doblan a la izquierda, y una camioneta que venía atrás se cruza y no permite que pase nadie. Entonces se dirigen al Centro Cultural en donde estaban estas personas que iban a reclamar encabezadas por un funcionario del intendente de Lago Puelo, el director de Hábitat. Ellos son los que generaron la violencia hacia el Jefe de Estado", describió Massoni.
La respuesta no se hizo esperar y fue responsabilidad del ministro de Interior cercano a la vicepresidenta Cristina Kirchner, Eduardo "Wado" de Pedro. El funcionario con despacho en la Casa Rosada señaló en redes sociales, "en lugar de reconocer su responsabilidad por los hechos de violencia contra la comitiva presidencial, el gobernador elige atacar al intendente de Lago Puelo, que está trabajando junto al Presidente para asistir a la comunidad".
Con esta declaración, si no es desmentida por el jefe de Gabinete Santiago Cafiero o por el propio Alberto Fernández, el gobierno nacional toma distancia definitiva del gobierno del polémico Arcioni y sólo puede esperarse una mayor radicalización en la interna en la provincia patagónica entre el peronismo renovador, cercano a Sergio Massa, que respalda al gobernador y los funcionarios kirchneristas que responden al Instituto Patria.