La actual ola de frío –típica del invierno- pareció una vez
más desnudar los problemas de abastecimiento energético a través de los cortes
de luz y de gas que sufre la Argentina[1]. Esto, sumado a las interrupciones
permanentes de otros “servicios públicos”, entre los que se destacan tanto el
caso del subte de la ciudad de Buenos Aires como la ausencia de suministro de
otros productos como el gas-oil, nos trae cada vez más cerca el recuerdo de una
Argentina que parecía ser ya un pasado muerto, pero que está cada vez más
agresivamente presente entre nosotros.
Pensábamos que estas situaciones eran viejos recuerdos de
nuestra infancia y juventud donde los apagones, las velas, los teléfonos
públicos con extensas colas, las empresas estatales monopólicas e hipertróficas
eran la constante. Catorce años de pasiva espera o una interesante oferta de
“comisión” eran necesarios para obtener una nueva línea telefónica, pero más
difícil resultaba aún escapar a los masivos cortes de luz o gas. Argentina era
una gran tierra de nadie tomada en beneficio de unos pocos ganadores. Mientras
tanto los ciudadanos, en silencio, trabajaban para pagar esa amarga y cara
fiesta.
Matar al mensajero (una vez más)
La pregunta que emerge, especialmente a quienes todavía
tenemos a aquella Argentina en la memoria, es si estamos retornando de forma ya
no tan lenta a aquella triste situación.
Los últimos días, con temperaturas que estuvieron por debajo
de cero grados, pusieron a prueba el estado del sistema y los resultados fueron
cortes de luz, desabastecimiento de gas y otros combustibles.
En este contexto, el país continúa semi paralizado a partir
de esta -10 años atrás inesperable- crisis energética. Sólo para mencionar
algunos casos que tomaron notoriedad pública, podemos mencionar que este
estado de cosas alteró el funcionamiento de empresas tales como Acindar,
los frigoríficos Coto, General Motors, Arcor, Fiat y
Terrabusi. Esto afectó también a todo el país, señalándose como
ejemplo los casos de fábricas de plástico en San Luis, papeleras en el
conurbano, siderúrgicas en Campana, automotrices en Córdoba, azucareras en
Tucumán. [2]
El corazón de la falta de abastecimiento se encuentra
claramente en aquellos precios que han quedado congelados en pesos con tarifas
pre-devaluación, que no hacen rentable la inversión productiva. La espada es el
desabastecimiento y la pared una economía empobrecida y pesificada que sería
fuertemente sacudida por un sinceramiento de los precios energéticos.
En el caso de la energía eléctrica y la provisión de gas, la
pregunta del millón es si este proceso tiene que ver con un mal manejo de la
perversa relación post devaluación entre empresas y gobierno (sostenidas en base
a tarifas pesificadas y subsidios “compensatorios), o es una antesala
deliberadamente armada del clima para la re-estatización completa.
En síntesis, la esperable baja de temperatura que suele
producirse en los períodos otoño-invierno puso al sistema productivo argentino
al borde del colapso por un serio déficit del abastecimiento energético, tal
como sucedió en el verano por opuestas circunstancias. Lamentablemente, esta
situación era esperable y el costo político que ha generado sobre el gobierno,
también lo era. Dicha situación demanda una solución urgente, y la actual
administración lo sabe.
La pregunta es si la búsqueda de la respuesta tendrá que ver
con una orientación hacia el mercado o con una mayor presencia del gobierno en
los servicios públicos. Si analizamos la tendencia desde diciembre 2001, en
términos de políticas aplicadas y calidad de los servicios, se puede observar
una inclinación crecientemente predominante hacia una mayor intervención del
estado.
Martín Simonetta
Director Ejecutivo de la Fundación Atlas1853
[1] Sólo por mencionar algunas referencias periodísticas:
Clarín, “Cortes de luz rotativos para enfrentar el pico de demanda”, http://www.clarin.com/diario/2007/05/29/elpais/p-01301.htm;
Canal26, “A oscuras y con frío en Bs. As: no hubo luz ni gas”, www.26noticias.com.ar/a-oscuras-y-con-frio-en-bs-as-no-hay-luz-ni-gas-41117.html
; El Tribuno de Salta, “LUZ Y GAS Con el frío vuelven los cortes y recargos”,
www.eltribunosalta.com.ar/edicion-salta/salta/20070529_230138.php, entre otros.
[2] La Nación, sábado 2 de junio, 2007: “La falta de gas y luz golpea la
producción de las empresas”.