Esta semana se conoció un escueto comunicado del gobierno provincial que textualmente dice: “En el día de la fecha, el Vicegobernador Eugenio Quiroga solicitó la licencia a su cargo, ante una denuncia efectuada contra su persona, en pos de garantizar la transparencia y objetividad de los procesos en la correspondiente investigación”.

En la nota oficial, distribuida por medios K, luego hacen una análisis de quién es y cómo asumirá la presidencia de la Cámara de Diputados, la legisladora Karina Nieto, relatando cómo llegó y de dónde llegó la diputada a ese cargo, como si realmente importaran esos datos, en un momento donde se produce la acefalía de la vicegobernación y no se comunican los detalles que apartan a Quiroga del Ejecutivo provincial.

Aludir, como hace el comunicado, a que existe una denuncia personal en su contra y decir que “en pos de la transparencia y objetividad” el vicegobernador toma licencia de 45 días, es faltar a la verdad. El gobierno está ocultando básicamente el tema de fondo y esto, nos obliga a buscar la verdad sobre lo que en realidad pasó.

Horas después, por medio de las redes sociales (con lo cual hay que darle el nivel de credibilidad correspondiente) el propio Eugenio Quiroga dijo: “Ante la denuncia realizada contra mi persona, he decidido pedir la licencia administrativa por un plazo de 45 días, de manera que se garantice el trabajo de la justicia y la transparencia, sin que mi cargo sea un obstáculo para ello.

Quiero pedir respeto por mi familia en este momento tan difícil y confío plenamente en que la situación se va a solucionar, para poder estar lo más rápido posible trabajando para uds, como lo vengo haciendo desde el primer día. Gracias.”

Se dice más, con lo que no se dice

No hay peor enemigo de las palabras, que los silencios o las omisiones. Esto en los juicios penales, pueden ser la diferencia entre ir preso o quedar libre. Dicho esto, si analizamos el contexto (la política), el sujeto (el vicegobernador) y el hecho (desconocido), evidentemente el resultado es muy pobre para saber qué ha pasado, porque ninguna de las respuestas iniciales han sido respondidas.

Entonces, nos queda hilvanar hipótesis y hacernos preguntas, por ejemplo: ¿Qué tan grave e importante puede ser el asunto, para que un vicegobernador pida 45 días de licencia, siendo éste el primer caso registrado en democracia en la provincia de Santa Cruz?

La respuesta sería que el tema es tan grave y delicado que amenaza con embarrar al Ejecutivo y el Vicegobernador fue obligado a apartarse  de su función.

Si existió una denuncia personal contra el funcionario ¿No es obligación del gobierno al menos mencionar cuál es el motivo/delito que se le imputa? ¿O mencionar este dato, sería transgredir la omertá, faltar al silencio cómplice que subyace cuando hay una acusación grave contra un militante del oficialismo?

Teniendo en cuenta la experiencia, podemos asegurar que no se trata de una denuncia que tenga que ver con corrupción administrativa o irregularidades de tipo funcional en el cargo, porque jamás algo así conmovió al gobierno. De hecho OPI publicó hace pocos días como el secretario de Eugenio Quiroga volcó una camioneta con dos mujeres a bordo, cuando iban de turismo a El Chaltén y nunca nadie movió un dedo al respecto. 

Por lo tanto, podemos inferir que en el hecho actual, Quiroga ha sido denunciado por algo realmente grave, de consecuencias impredecible, que seguramente va en contramano del relato del gobierno provincial y nacional y teniendo en cuenta la figura del Vicegobernador (el segundo al mando de la provincia), desde el mismo Ejecutivo lo han impulsado a apartarse, para apartar del foco de las críticas a la gobernadora y su equipo.

El propio Quiroga inicia su comunicado, usando las mismas palabras que el gobierno, pero a continuación “pide respeto por la familia”. Indudablemente lo que intenta el Vicegobernador es que no castiguen a su familia en las redes sociales y en los medios críticos, por lo  que él hizo, poniendo la responsabilidad fuera del él mismo, cuando quien tiene la obligación de aclarar lo que pasó, es el propio Quiroga. Pero a su vez, esta frase defensiva, reconoce de antemano (sin decirlo) que detrás de esa denuncia hay un escándalo mayúsculo y que podría estar fundado en cuestiones morales y de índole íntimo, con lo cual la respuesta a ese pedido sería “No se qué hizo ni por qué lo denunciaron, señor Quiroga, pero, antes de pedirnos a nosotros respeto, hubiera respetado antes a quien originó la denuncia”.

¿Y entonces?

Dicho esto, solo nos asaltan dudas y más preguntas. Las consultas realizadas en el ámbito del gobierno provincial, dan cuenta que (posiblemente) la denuncia de una persona llegada al Vicegobernador Quiroga, habría recaído en el Juzgado Nº 1 de Caleta Olivia y que desde el Ejecutivo, la gobernadora habría ordenado que se aparte inmediatamente del gobierno y estuvo fuertemente presionado para dar un paso al costado, con amenazas de actuar en su contra, si se resistía a tomar una decisión.

Lo único que está claro, es que el delito del que presuntamente estaría acusado Eugenio Quiroga, no tiene absolutamente nada que ver sobre sus funciones oficiales, pero que sus consecuencias impactarían directamente en el relato partidario y en acciones políticas que toma la gobernadora y entrarían en seria contradicción con el comportamiento presentado por el vicegobernador. (Agencia OPI Santa Cruz)