La baja de 8 pesos en la cotización del dólar blue que sorprendió el jueves a los analistas financieros reconoce varias causas, pero entre las principales sobresale el resultado de la licitación de letras de liquidez (Leliq) que realizó el Banco Central y con la que retiró de la plaza $108.191 millones, equivalente al 4,36% de la base monetaria.
El carácter contractivo de la subasta de este jueves se contrapuso con el resultado expansivo de $18.060 millones del llamado del martes y alejó las expectativas de una continuidad en la suba de la cotización del dólar paralelo a través de un viejo recurso de la ortodoxia monetaria: “secar” la plaza de pesos, de tal manera que se cuente con la menor cantidad posible en disponibilidad de convertirse a dólares.
El Banco Central dispone básicamente de dos instrumentos de esterilización utilizados para evitar una expansión monetaria fuera de control, como son los pases pasivos y las leliq, estas últimas subastadas semanalmente cada martes y jueves a una tasa mínima (que en los hechos termina siendo la única) del 38%.
Las leliq reemplazaron como mecanismo de regulación monetaria a las letras del Banco Central (Lebac) utilizadas entre 2002 y 2018 pero, a diferencia de estas, están circunscriptas a las entidades financieras, las únicas participantes en las licitaciones.
En las sucesivas subastas, el Banco Central alterna resultados expansivos (renueva menos pesos que el monto de los vencimientos) y contractivos (renueva más) en base al seguimiento tanto de la base monetaria como del stock de las letras, procurando que ninguno de los dos se salga de cauce: la base monetaria por sus efectos inflacionarios y el stock de leliq por los costos que representan las renovaciones de vencimientos con sus intereses, que en definitiva implican emisión futura de pesos.
Después de un 2020 signado por la urgencia de financiar los programas de emergencia para hacer frente a la pandemia de coronavirus, la base monetaria muestra en los primeros meses de 2021 una moderación en su crecimiento interanual, que cayó de más del 80% a mediados de octubre del año pasado a un 30% en abril, incluso con variaciones de un dígito en algunos días del mes.
La contracara de esa retracción en el aumento de la base monetaria fue el incremento del stock de leliqs y de pases pasivos, que en conjunto representan alrededor del 125% de la base monetaria.
En el caso de las leliqs, el último informe del Banco Central muestra un stock de $1.987.396 millones, levemente inferior al récord del 20 de abril, de $2.025.457 millones.
Pero en la licitación del jueves, la renovación superó holgadamente a los vencimientos, por lo que cabe esperar que en el próximo informe se de a conocer un nuevo récord, cercano a los $2,1 billones, si se tiene en cuenta que la contracción fue de $108.191 millones.
La noticia positiva vendrá del lado de la base monetaria, que podría caer al menor nivel en lo que va del año, por debajo de los $2,4 billones.
PERO EN ALGUN MOMENTO LA BOMBA DE LAS LELIQ VA A ESTALLAR. LA TASA DE 38% PARA ESTAR EN PESOS CONTRA UNA INFLACION DE MAS DE 50% NO CIERRA