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De los libros al poder: la batalla de Guzmán contra la política económica de Kicillof

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En 2016, el ahora ministro de Economía solía criticar la política económica del último gobierno de Cristina Kirchner, que siempre apostaba a potenciar la demanda
En 2016, el ahora ministro de Economía solía criticar la política económica del último gobierno de Cristina Kirchner, que siempre apostaba a potenciar la demanda

El Frente de Todos atraviesa un momento de gran tensión tras el gesto desafiante del subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, hacia el ministro de Economía, Martín Guzmán, que como la hoja de ruta del Gobierno Nacional se desliga del plan macroeconómico que el definió y salió a vender por el mundo hace apenas semanas.

 

La interna entre Guzmán y el ala kirchnerista por la política tarifaria es muy antigua y precede incluso a la conformación del Frente de Todos: cuando el ahora ministro era un joven investigador de la Universidad de Columbia comenzó a exponer sus tesis contra lo que consideraba el principal problema de la política económica.

En 2016, cuando el gobierno de Mauricio Macri recién empezaba, numerosos catedráticos e investigadores de la política económica brindaban exposiciones sobre los motivos por los cuales había terminado el ciclo de bonanza económica que había atravesado al gobierno de Néstor Kirchner y a buena parte del período de Cristina Kirchner.

Entre esas disertaciones, en una charla debate de la que participó junto a Mario Rapoport y Noemi Brenta, un joven Martín Guzmán aseguraba que sobre los años finales del kirchnerismo, las cosas buenas que se habían hecho en política económica habían quedado atrás, siendo especialmente crítico de los años en los que el ministro de Economía era Axel Kicillof, justamente el economista favorito de Cristina Kirchner.

El economista sintetizaba que, en la primera parte del kirchnerismo, cuando capacidad instalada del país era muy baja, cualquier instrumento para catalizar la demanda era válido pero, con el correr de los años, cuando la economía se fue recuperando, era necesario "hilar fino" sobre la economía: elegir qué sectores potenciar y subsidiar.

Frente a eso, Guzmán percibía que en el último período de Cristina Kirchner se había seguido un plan que, resumidamente, consistía en potenciar todo tipo de producción e inyectar todo el tiempo estímulos a la demanda, prescindiendo del hilado fino que él pregonaba.

La política tarifaria del kirchnerismo era uno de sus ejemplos: la montaña de subsidios que generaba mantener las tarifas planchadas era para Guzmán uno de los principales elementos de desestabilización macroeconómica y el que él se propuso finalizar cuando asumió el cargo de Ministro de Economía.

La cuenta depende del tipo de cambio que se tome, pero los cálculos indican que durante el último período de Cristina, el Estado pagaba entre 16 mil y 17 mil millones de dólares para subsidiar tarifas y hoy ese número está llegando a 7 mil millones, habiendo estado en sus niveles mínimos durante un breve período del gobierno de Mauricio Macri, cuando apenas superaba los 4 mil millones.

El ministro se cansa de pregonar puertas adentro de su espacio la importancia de tener las cuentas fiscales ordenadas y repite que "el equilibrio fiscal no es derecha".

Sin embargo, por ahora chocó con una Cristina Kirchner que pidió el alineamiento de las tarifas con los salarios, que en el presente están peor que cuando Alberto Fernández asumió, con un Salario Mínimo que araña desde abajo a la canasta de indigencia.

Al ministro le suelen adjudicar en su plan econímico varias recetas del Fondo Monetario Internacional y le inscriben su política tarifaria en orden con las máximas del organismo, pero es Guzmán quien asegura que es él el que quiere equilibrio fiscal y tarifas ordenadas y no el FMI ni ningún organismo de crédito internacional.

Por ahora, Alberto Fernández le dio al ministro un ténue respaldo y cerca del Presidente aseguran que tarde o temprano Basualdo dejará su cargo, pero no está claro que eso vaya a suceder.

De todos modos, los planes de Guzmán empezaron a frustrarse y difícilmente el ministro salga de este conflicto con más poder que con el que entró.

 

2 comentarios Dejá tu comentario

  1. No hay nada que hacer. Es así el argentino en general, quiere todo rápido fácil y ya. Y la reina lo sabe, y para conseguir esos votos está dispuesta a dejar al país a la intemperie.

  2. UNA DEMENTE Y UN IDIOTA TRIBUNERO QUE UNA ORGA UNIVERSITARIO. ESOS SON LOS QUE NOS GOBIERNAN. ¿¿¿TAN BAJO CAIMOS LOS ARGENTOS PARA DEJARNOS MANEJAR POR ESTAS LAKRAS KAKERAS??? ¿¿A QUE LES TENEMOS MIEDO?? ¿¿¿QUE TIENE LA GRONE DE TOLOSA PARA ASUSTARNOS CON 3 CUATROS???

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