Ni unos ni otros lo pueden ocultar. El oficialismo y la oposición pusieron proa a las elecciones legislativas de este año y así actúan.
El gobierno de Alberto Fernández y el kirchnerismo más duro, identificado con los postulados de Cristina, parecen dispuestos a bajar el poder de fuego interno para buscar acuerdos que les permitan transitar de la mejor manera posible lo que resta del año hasta las elecciones.
La prioridad es conseguir la mayor cantidad de vacunas posibles y aplicarlas de inmediato, trata de sobrellevar los restricciones duras e intermitentes para bajar los contagios y las muertes, en medio del descontento de distintos sectores de la sociedad, y buscar el mejor acuerdo que se pueda con el FMI y el Club de París para intentar recuperar la economía sin fuertes ajustes.
Por otro lado, está la disputa por el control del Justicialismo nacional y bonaerense y el armado de listas, que, seguramente, tendrán el sello de Cristina y Máximo Kirchner, algo que preocupa a los intendentes bonaerenses y una buena parte de los gobernadores peronistas.
Las legislativas parecen ser el golpe de gracias que los K quieren darle al poder interno del peronismo para poder armar las presidenciales del 2023 a su gusto.
Alberto Fernández escuchó más de una vez a los intendentes quejarse en la residencia de Olivos por el avance de la dupla Kirchner-Kirchner, pero mucho no podrá hacer. El armado de las listas van a pasar por la Señora y su hijo.
El peso de Macri en Juntos por el Cambio
Del otro lado, los problemas abundan. Mauricio Macri parece dispuesto a involucrarse directamente en la elección de candidatos en el Pro y no dejar el poder de decisión en manos de Horacio Rodríguez Larreta, a quien la administración de la pandemia en la Ciudad de Buenos Aires lo elevó por encima de las otras figuras partidarias, incluyendo al propio expresidente.
Pero no es la única. María Eugenia Vidal, que también piensa en la Ciudad para una eventual candidatura, está dispuesta a pulsear con Larreta por la elección de candidatos en territorio bonaerense.
Una cosa los une y es el cuestionamiento al liderazgo absoluto de Macri. Con distintos matices, tanto Larreta como Vidal coinciden en que la derrota que puso a Fernández en la Rosada y el dio un poder importante a Cristina, marcó el final de una época para don Mauricio y se abre otra, de debate interno y no de poder de veto o de imponer ideas sin debate.
A Jorge Macri, el intendente de Vicente López, no le entusiasma para nada esta pelea entre los dirigentes y menos el cruce de distrito de posibles candidatos. Entre otras cosas, porque en el horizonte aparece la figura de Diego Santilli, el vicejefe de la Ciudad, en provincia.
La pelea por el poder está abierta, pero nadie puede saber cómo reaccionará la sociedad y a quién castigará o premiará. El Covid parece ser el gran elector.
Junio y julio serán dos meses muy duros para el país, no solo por los efectos de la pandemia sino por la situación económica y social que vive la Argentina. Pronosticar qué puede pasar hoy es un gran interrogante.
Las listas vienen armadas de afuera. Cada candidato en un títere. Tus opciones han sido preelegidas por la élite, y tu voto no cambiará el resultado de una elección. Estos títeres no mantendrán sus promesas porque no tienen un control real sobre lo que sucede. Solo están ahí para representar a los ricos y darte la ilusión que de tienes opciones.
Eso de que UN mandamas arma las listas es cosa del PERONISMO. Los dirigentes DEMOCRATICOS ponen en juego sus posiciones en manos de los partidarios/ciudadanos. Parece mentira pero parece que son muchos, que sin identificarse como Peronistas, pretenden que se copie ese "metodo" antidemocratico y autoritaro como lo es .....EL DEDO. ¡Vean como está el pais por tanto DEDO! Ademas de ser siempre los mismos, se reciclan los fracasados. ¡Basta de rechazar el AUOTRITARISMO pero pidiendo que se copien sus métodos! ¡Asi nos vá!