En las últimas horas, algunos datos de la situación económica, tienden a mostrar el reflejo de que las cosas no transcurren por sendero de progreso. El mercado financiero internacional está reflejando una situación de gravedad desde el punto de vista crediticio.

El indicador elaborado por Morgan Stanley MSCI, una suerte de calificación crediticia internacional, estableció que la Argentina descendió de categoría. Se esperaba que el país descendiera de “emergente a frontera”, habida cuenta de su incumplimiento con el FMI y el Club de París. Este descenso de categoría deja al país en una situación imposible de ser elegible para ninguna inversión extranjera.

El MSCI resolvió que Argentina no pasó de mercado emergente a frontera, sino que es considerado como mercado independiente (Standalone). Esto significa que descendió aún más de categoría. En otros términos, es considerada un país substandard. De esta forma, no solo nos quedamos por debajo de la categoría que transcurríamos, sino que además nos encontramos por fuera de la exposición esperada, ni siquiera mercado de frontera. Debido a que la noticia fue luego del cierre del mercado de ayer, en la rueda de hoy, el dólar reflejaría las consecuencias de este descenso y el blue puede despegar aún más.

El otro dato es más preocupante y se refiere a la situación socioeconómica de la población. Los datos del desempleo que muestran sólo una tasa del 10,2% de la población económicamente activa sin empleo. Pero a poco que se abre la estadística oficial, los números son más crudos. De los casi 29 millones de habitantes que viven en los 31 conglomerados urbanos encuestados, 15,5 millones de personas no tienen trabajo ni lo buscan. Esto representa más del 53% de las personas.

La población económicamente activa (PEA) representa el 46% de la población total estimada en 45 millones de habitantes, es decir, unas 20 millones de personas. De este total, la tercera parte 6,5 millones de personas no encuentra inserción laboral y constituye la presión sobre el mercado laboral, compuesta por el universo de desocupados, subocupados, ocupados demandantes y ocupados no demandantes disponibles.

Todo esto no incluye a todos aquellos que reciben algún tipo de asistencia por parte del Estado, lo cual eleva los números a niveles insoportables. Esto es un reflejo de la situación económica del país. Todo lo demás es relato y forma parte de la liturgia kirchnerista.