Se trata de Máximo Kirchner. De él tenemos a la vista y la ponemos a disposición de los lectores, la Declaración Jurada que tiene varias perlitas para analizar.
Quien se titula líder del espacio político del FPV “la Cámpora”, nunca trabajó, nunca estudió, nunca se preparó para nada y se podría decir que es un “autodidacta” de la vida. Quien no trabaja ni estudia, en épocas de la Argentina coherente, era técnicamente: un vago.
Máximo Kirchner lo tuvo todo. Padres, familia, dinero, posibilidades personales y oportunidades para ser un hombre de bien. Podría haberse forjado en algún trabajo honorable y fundamentalmente, haber tenido una profesión, una carrera universitaria que le diera imagen de alguien que se esforzó por algo y por alguien en la vida; aunque sea como imagen de superación ante sus propios hijos. Pero nunca fue así.
Es alguien que pasó de la play a la política sin estaciones intermedias. Lo llevó la circunstancia, su padre que no lo pudo “formar a su semejanza” porque murió repentinamente y después se encargó su madre, que de armar fantasmas políticos, es maestra.
Lo “largaron verde” en campañas en las que no hablaba porque lo superaba su timidez y políticamente es un verdadero fiasco. Su imagen es inestable, su mirada huidiza, sus movimientos continuos y su voz llena de dudas y cooptada por el nerviosismo y las muletillas, demuestran su total inseguridad e incapacidad para manifestarse en público. Pero aún así es el oráculo de La Cámpora, el alma mater de Sergio Massa y el que pretende hacer como su padre, imponerse de prepo sin importarle quién se le oponga. Todos abrevan en sus aguas, incluyendo gente de la oposición como la representante del Juntos por el Cambio en Santa Cruz, Roxana Reyes que mantuvo al menos dos o tres reuniones con Máximo entre diciembre y enero último, acordando estrategias de no agresión, entre otros temas.
Máximo Kirchner tiene el respaldo de su madre, a la cual en el conurbano le temen y por ello, muchos no se animan a contradecir a su hijo, pero nadie lo respeta. De hecho la imagen negativa de Máximo implica que le será muy difícil convertir su esperanza en realidad, sobre gobernar provincia de Buenos Aires y muchos menos el país, en el 2023. En todo caso y como lo dijimos hace mucho tiempo, solo le quedaría Santa Cruz como premio consuelo, aunque el jefe de los diputados k no parece conformarse con jugar en otro campo, que no sea en la primera de la política nacional.
Sin nada que mostrar
Hemos tomado la Declaración Jurada de Máximo Kirchner, porque de la misma afloran datos realmente curiosos, que conforman una radiografía de quién es él y cada uno de los diputados y senadores que son parte del poder en la Argentina, entre quienes hay muchos en condiciones similares en cuanto al origen de sus riquezas. Es que Argentina se caracteriza por ser un país pobre con políticos ricos y eso habla, exactamente, de cómo somos y quiénes nos representan, producto de nuestras propias decisiones.
Nótese que en el casillero de la DDJJ de Máximo Kirchner, bajo el punto 1.1 “Estudios cursados”, figura un humilde “Secundario”. Cualquiera no nosotros sabe que ese estudio básico no es porque al diputado le hayan faltado oportunidades en la vida para construir una carrera, como muchos argentinos de bien. Ha sido pura y exclusivamente por desidia, dejadez, desinterés y/o falta de capacidad para encarar un estudio universitario y terminar una carrera. Gente que lo conoce en Santa Cruz lo describe como “un haragán que empezó a cursar y dejó al poco tiempo por falta de voluntad para el estudio”.
El punto 2 “Datos laborales”, figura vacío. Esto es algo realmente grave, en quien hoy se erige como un aleccionador de los trabajadores y que desde su banca manda a laburar a los opositores y se compromete con el desempleo y la pobreza. El trabajo, además de ser un oximorón en su caso, es algo básicamente desconocido para Máximo Kirchner.
La gente vinculada a él en la provincia, lo exculpan por el tiempo que pasó en la inmobiliaria de sus socios Sancho y San Felice, cuando ocupaba una oficina atendiendo los negocios de su padre, su madre y los propios y que, como demostró la justicia, era una fábrica de incumplimientos impositivos, ocultamiento de riqueza y maniobras de lavado de dinero, tal las causas que lleva adelante la justicia federal iniciadas por Claudio Bonadío (f) quien acopió miles de kilos de documentación como prueba.
En el Punto 3 “Postulaciones a cargos electivos”, coloca “Diputado”, pero curiosamente deja en blanco el casillero “Partido político”, donde el legislador pareciera sentir vergüenza de poner: “Frente para la Victoria”.
Después viene el Punto 5 “Bienes al inicio del periodo” y describe a continuación las propiedades que posee Máximo y la procedencia.
Sesenta y cinco (65) de esos bienes están repartidos en la DDJJ entre propiedades inmuebles, automotores, depósitos en dólares, en efectivos en pesos, acciones y créditos y un dato no menor es que en la mayoría, han sido por “herencia” y todos por valores millonarios.
El total de su patrimonio se resume al final de la DDJJ, donde describe un patrimonio neto de $ 191.182.823,12
Este diputado que habla y pontifica contra el capitalismo y llama oligarca a otros, tanto empresarios como oposición, tiene en su bolsillos caso 200 millones de pesos de capital.
A Máximo Kirchner le cabe perfectamente el dicho del lunfardo porteño que le asignaba el mote de “araña sin patas, porque nadie sabe cómo hizo la tela”, a quienes aparecían ricos, millonarios y donde el origen de cómo habían hecho la fortuna, no era nada claro ni conocido. En este caso, podemos saber que el diputado no trabajó nunca y que el origen es la herencia, sin embargo, esa herencia también está cruzada por sospechas de ilegalidad, por parte de sus padres.
Del análisis objetivo de esos bienes, resulta que el 90% proviene de la herencia recibida y no hay rastros de que el diputado nacional, a veces por Santa Cruz y cuando le queda bien por Buenos Aires, haya trabajado un día para lograr justificar el esfuerzo propio.
Por todo esto es tan necesario evaluar, en las próximas elecciones, quiénes se ofrecen para los votantes, cuáles son sus méritos para ofrecerse en representación de un grupo de ciudadanos y en qué condiciones procesales, de antecedentes y con qué autoridad moral, llegan a proponerse.
De esta manera, comenzaremos a pulir la política y a buscar nuevas generaciones de políticos que haya coherencia entre lo que dicen y lo que hacen, lo que son y dicen que son y entre lo que muestran y lo que ocultan.
Silvio Rodríguez, en su copla “Canción de Navidad”, escribió con absoluta verdad:
“Tener no es signo de malvado
Y no tener tampoco es prueba
De que acompañe la virtud
Pero el que nace bien parado
En procurarse lo que anhela
No tiene que invertir salud”
En síntesis, no es cuestión de tener o no tener, la cuestión es saber cómo se lo ha conseguido. (Agencia OPI Santa Cruz)