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Manzano explicó por qué compró Edenor y anticipó que pasará con las tarifas

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El ex ministro del Interior de Carlos Menem, que acaba de convertirse en dueño de la distribuidora de electricidad más grande de la Argentina con el aval del gobierno, es uno de los grandes actores del poder que crece con el Frente de Todos. Entrevistado para el libro "El peronismo de Cristina", habló de todos los temas
El ex ministro del Interior de Carlos Menem, que acaba de convertirse en dueño de la distribuidora de electricidad más grande de la Argentina con el aval del gobierno, es uno de los grandes actores del poder que crece con el Frente de Todos. Entrevistado para el libro "El peronismo de Cristina", habló de todos los temas

José Luis Manzano, flamante dueño de Edenor junto a Daniel Vila y Mauricio Filiberti, habló de todo un poco: Mendoza, la política de Alberto y Cristina, Macri, y mucho más.

 

Lo hizo entrevistado por el colega Diego Genoud para El DiarioAr.

–Mientras hay empresas extranjeras se van del país, usted y sus socios deciden invertir. ¿Por qué decidió comprar Edenor? ¿Piensa que es un buen momento para invertir en la Argentina o el precio de la empresa es el que justificaba la operación?

–Siempre es un buen momento para invertir en la Argentina, esta­mos en el sector energético hace catorce años y esta es una buena oportunidad de crecimiento. Creemos en la Argentina.

–¿Cuál es la apuesta del grupo en energía?

–Tenemos inversiones en petróleo y gas, generación y distribución eléctrica, distribución de gas, litio y uranio.

–Usted es un empresario del peronismo que apoya al gobierno. Conoce a Cristina, a Massa y a los dirigentes de La Cámpora. Muchos críticos de la operación dicen que hubo impulso del gobierno para que se concretara. ¿Qué responde?

–Que no hubo ninguna intervención política. Me llamó Marcelo Mindlin directamente. Al gobierno le informamos cuando ya estaba cerrada la operación.

–¿Cuál es su expectativa en cuanto al aumento de tarifas que demandan las distribuidoras? ¿Las distribuidoras necesitan un aumento importante en 2021 o se acostumbraron a financiarse con la deuda que mantienen con la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa)?

Hay que trabajar con el regulador con conciencia de que los ho­gares humildes y las pymes están padeciendo aún con la pande­mia. Lo que se haga en materia de tarifas será una decisión del gobierno. Nosotros vamos a entregar la información técnica que se nos solicite pero la decisión es del gobierno, que balanceará el mantenimiento del servicio y cuidar la economía de los hogares y de las pymes.

–¿En qué se diferencia el gobierno de los Fernández de ensayos anteriores del peronismo en el poder?

–Acá hay una construcción de unidad previa, de unidad en la di­versidad. Es una coalición del peronismo, algunos sectores de iz­quierda y sectores productivos. Hay una unidad del peronismo para llegar al gobierno y con una idea de qué hacer. (…) Es una coalición peronista de centroizquierda, muy distante, en las antípodas, del gobierno de Macri.

–Con Macri enfrente, ¿el peronismo estaba obligado a construir una alternativa de centroizquierda, como usted dice?

–No, yo creo que eso fue por la situación social. Si no se hubie­ra construido una coalición de centroizquierda que expresara las demandas de la gente, el corte hubiera sido horizontal. Se iba el sistema político para un lado y la gente para el otro. Acá la gente se vinculó al sistema político porque hubo una alternativa que decía “vamos a defender lo tuyo”, y la gente confió. Todo el mundo se está cortando horizontal. Acá hay brecha, pero una brecha vertical. Los de muy abajo miran a la cabeza del Estado y se sienten representa­dos. Es un milagro de la ciencia política.

–Más con el antecedente de 2001.

–Claro, pero acá es la cohesión de la base social que está expresada en esta coalición, que son el grueso de los trabajadores asalariados, desocupados, gente de la economía informal, pymes y los industriales nacionales excluidos del modelo financiero de Macri: todos esos miran al Estado esperando liderazgo. Es una reconstrucción que parece de hace cuarenta o cincuenta años. A eso te llevaron los cuatro años de Macri. Si los cuatro años de Macri no hubieran sido tan desastrosos, al­guien hubiera pensado en una coalición más de estilo socialdemócrata, mirando la experiencia de Pedro Sánchez o de Portugal. Acá, puro y duro: asalariados, desocupados, pobres, y después, bueno, la capacidad en eso más de Cristina de atraer la diversidad del movimiento feminista, el movimiento LGTB, porque el gobierno anterior era muy excluyente.

–¿Cree que hubiera habido una chance para el peronismo prolijo sin ese fracaso de Macri?

–Claro, hubiera habido una chance para el peronismo del medio. Pero cuando el problema es el hambre, la desocupación y el riesgo de fractura social, lo prioritario no es la prolijidad o la construcción de la socialdemocracia. Es poner pan en la mes (…) Pensá que en otros países salen a romper vidrieras y a putear. El sistema político, la capacidad de contener que ha expresado, es impresionante. Los que estuvimos en el 83 deberíamos sentirnos orgullosos. Todo lo canalizó la políti­ca, el 80% de la gente fue a votar.

–Suele decirse que el macrismo y el kirchnerismo son los hijos políticos de 2001.

–Yo no sé si el kirchnerismo es eso. El peronismo siempre ha tenido un componente fuerte de centroizquierda. La nueva situación demográfi­ca y el fracaso económico, el hecho de que cada vez hay más pobres y la exclusión golpea más en los jóvenes y los niños… todo eso es la base social para un peronismo de centroizquierda, muy mirando las necesi­dades de la gente. No es que el peronismo se fue para atrás. El país se fue para atrás.

–Se dice que es la primera vez que llega el peronismo al poder con la bomba a punto de estallar. A diferencia de cómo llegó Duhalde o cómo llegó Menem.

–La bomba estalló. Yo creo que lo malo de un sistema con eleccio­nes tan abiertas fue lo bueno. Que hubiera tantos meses electorales mantuvo la expectativa sobre la elección. Perdimos 28 000 millones de dólares de reservas, tuvo costo…

–Se las gastó Macri.

–Se las gastó Macri y el país las perdió. Pero la atención y la expec­tativa de cambio se fueron sobre la política. Con esos niveles de desocupación y pobreza, tendríamos que haber tenido lo de Chile y Ecuador. No tuvimos lo de Chile y Ecuador porque el clima electo­ral empezó temprano, al principio del año. Todo 2019 la gente fue mordiendo el freno a esperar la elección, y el acto catártico fue la elección, ganar en primera vuelta.

–En 2015, lo entrevisté para el libro sobre Massa y usted me dijo: “La jugadora más importante no está en la cancha en estas elecciones”.

–Sin ella, no se hubiera podido hacer esta unidad porque ella era la que tenía más votos. Es una coalición en la que quien más votos tenía dio un paso atrás para permitir que se forme la coalición (…) Sin ella, era imposible (…) Ella ha mostrado una capacidad de sorprender única.

–Todo el mundo esperaba que fuera candidata y hacía planes a partir de esa certeza.

–O si no era candidata, que fuera Axel. Tenía lógica que fuera Axel. Era una candidatura natural. La performance de la provincia de Buenos Aires mostró que le entraban todos los votos de la coa­lición y más. Alberto, la tracción de Sergio, el abrir la puerta a to­dos los gobernadores, un proceso de construcción de coalición en meses impresionante.

–Cristina demostró una destreza como conductora desde la oposición que no tuvo desde el poder.

–Y bueno… ahora hay un desafío: si Alberto apuesta, con la ayuda de Cristina, a ampliar la coalición, o si la coalición para llegar es su­ficiente y se mantienen todos los vagones del tren, o si se pierden al­gunos vagones. Yo creo que hay que ampliarla y hay que consolidar una política para la región centro. La coalición de gobierno tiene una debilidad en la región centro.

–Ampliar a lo que representan, por ejemplo, Schiaretti y Perotti en Córdoba y Santa Fe.

–Es una política para esas sociedades, que Schiaretti y Perotti inter­pretan localmente muy bien, pero que las políticas nacionales no han podido contener. Igual es con Mendoza, igual es con las clases medias urbanas de Capital. Pasada la emergencia, si no hubo default y el país está funcionando, habrá que decir “bueno, vamos a ampliar la coalición con esa gente, vamos a tratar de agregarle un 8%, un 10% más de argentinos que por algún motivo no estamos pudiendo contener”, o “vamos a consolidar lo nuestro y dividir la oposición”. Durán Barba recomendaría lo segundo, a mí me gusta más lo prime­ro. ¿Qué es lo que van a hacer? No sé.

–¿Qué pasa con una sociedad política como esta que se acaba de constituir? ¿Cómo pueden convivir?

–Primero, se deben respetar mucho, porque él cuando tuvo disiden­cias las dijo muy fuerte y después se han abuenado. Si hay alguien que no se come la del títere es Cristina. Y si hay alguien que no se va a pelear con Cristina es Alberto. La vas a ver durante muchos años a esa sociedad política porque además se ha consagrado con el éxito. Creo que va a ser muy estable.

–Pese a las diferencias fuertes que tuvieron.

–Siempre ha sido sobre táctica política, sobre la amplitud de la coa­lición, sobre cómo relacionarse con los sectores. Me imagino que en eso todos los argentinos deben haber aprendido. Que Alberto y Cristina han aprendido, está claro. Si no, no hubieran ganado la elección como la ganaron.

–¿Pueden convivir dos liderazgos?

–Son dos cosas distintas. Alberto tiene el liderazgo del Estado y la jefatura del Estado. Cristina tiene un vínculo con la mayoría de los votantes que no es de naturaleza política: es un vínculo de confianza personal. Le tienen depositada su confianza porque saben que los cuida. Mirá lo que te estoy diciendo: esos no son el 48% que votó, pero debe ser el 80% de ese 48%. Esos que le confían no tienen motivo para no depositar en Alberto un liderazgo. ¿Quién va a ser Perón? ¿Cristina o Alberto? ¡No hace falta Perón! Han pasado seten­ta años (…).

–Pero él tiene que construir una relación con esa base social de Cristina, que es prestada.

–La tiene, la tiene, mirá la encuesta. No es prestada. Le han abier­to la confianza y por eso el gobierno mira tanto a los sectores más humildes. En eso yo veo en Alberto, Cristina, Axel, Sergio Massa y Máximo una claridad sobre el origen del mandato. Tienen claro el mandato.

–¿Cuál es?

–El origen del mandato es mucha gente que se sintió excluida, mu­cha gente que sintió que en el rumbo que había iba a ser excluida, mucha gente que sintió que no llegaba a mañana. Clase media em­pobrecida, pobres que se iban a la marginalidad, marginales que no tenían cómo sobrevivir, pymes que quebraban o se tenían que ir al negro. Y una cosa discursiva muy estridente: si vos te ponés a ver la cantidad de páginas en color que se imprimieron con fotos de la realeza europea y el matrimonio presidencial, es muy difícil que la gente se sienta atraída por eso. La gente tiene instinto, se siente excluida inmediatamente. Dice “acá no hay lugar para mí”. Yo creo que Cristina, intuitivamente, cuando salió del gobierno se refugió sobre eso, y que ese cuarteto del que te hablé tiene mucha claridad de que el mandato es ese. Todas las primeras medidas fueron para ese lado. Es restaurar. Es parecido al mandato médico: primero cui­dar, acompañar siempre y, si se puede, sanar. Vos mientras el médico te cuide y te acompañe, no cambiás de médico. No le exigís que te sane. El gobierno está mirando todo el día a su base electoral, a los que lo votaron. Después hay que ver cómo articular eso con el resto de los argentinos y cómo ampliamos esta coalición. Pero la emer­gencia es esa gente.

–¿Cuál fue la principal virtud de Cristina durante los cuatro años de Macri?

–Hay de distinto tipo. En lo político, cómo se mantuvo en la relación con su base y su amplitud para construir una coalición tan amplia sin ser ella la candidata cuando podría haber sido. En lo personal, el estoicismo. No bajó un día, y en un contexto muy adverso en la co­municación, muy adverso en lo judicial y muy adverso en lo familiar, porque la hija no estaba bien. El estoicismo, la dureza de esa mujer.

 

5 comentarios Dejá tu comentario

  1. Soy grande, recuerdo a Manzano con dineros malhabidos en la època de Menem, donde fue su Ministro de Interior. Tuvo que irse a EEUU para no enfrentar a la justicia, que nadie sabe bien por qué está libre. El es médico y expolítico. ¿Alquién me puede decir de donde sacó tanto dinero para hacer las compras que hace?. Un poco de memoria nos viene bien.

  2. A otro que nunca le preguntaron cómo hizo para comprar tantas cosas es a Daniel Hadad. Un simple periodista en los '90 y un mega empresario posteriormente.

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