En septiembre de 2019, el ministro de Defensa del gobierno de Mauricio Macri, Oscar Aguad, recibió al general chino Wei Fenghe, quien resaltó el interés de las enormes y poderosas empresas estatales de la República Popular por participar en las licitaciones tendientes a construir un Polo Logístico Antártico en Ushuaia, Tierra del Fuego, que servirá como plataforma para arribar por barco a la Antártida.
El proyecto trabajado durante la gestión de Cambiemos fue planteado, por primera vez, bajo el gobierno de la Alianza que encabezo Fernando De La Rúa, cuando en el año 2000, el legislador provincial Horacio Miranda presentó el proyecto en la legislatura de Tierra del Fuego.
Durante la presidencia de Cristina Kirchner, la posibilidad de desarrollar la obra, fue planteada en varias reuniones que la actual Vicepresidenta sostuvo con las autoridades chinas y, el interés ha sido recientemente retomado por la administración de Alberto Fernández quien, a través de su Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, explicó a los diputados nacionales que “la primera de las tres etapas de ese ambicioso proyecto ya se encuentra desarrollada y las partidas presupuestarias fueron incorporadas al ministerio de Defensa. El proyecto posee tres etapas y la primera corresponde a la construcción de un muelle de 25 metros de largo con capacidad de amarre de buques de gran calado”.
El 15 de Julio pasado, en el encuentro de Camaradería de las Fuerzas Armadas en el Colegio Militar de la Nación, Fernández anunció que “se avanzará en la construcción del Polo Logístico Antártico en la ciudad de Ushuaia, de manera que pueda ser aprovechada su estratégica ubicación geográfica para abastecer a las bases antárticas nacionales de forma rápida y eficiente”.
De esta manera se concretará una obra que se ha transformado en una auténtica política de estado a lo largo de los años.
El polo logístico consta de tres partes, la primera de ellas descripta por Santiago Cafiero en su informe a la Cámara de Diputados y la segunda corresponde a la construcción “de viviendas en proximidades de la base porque está previsto un incremento del personal militar destinado en la zona de atención a los requerimientos que generará el polo cuando esté funcionando de manera plena y concentre las operaciones de la Armada Argentina en la península”, según explicó una fuente castrense a NA.
La tercera etapa detallada por los hombres del Presidente al personal militar consistirá en “la relocalización de la Base Naval Ushuaia y el desarrollo de las instalaciones logísticas, previendo entre otras facilidades, contar con talleres navales y galpones de almacenaje además de laboratorios científicos y oficinas administrativas para el funcionamiento de las diferentes agencias. Además está previsto un gran hangar para albergar los aviones Hércules C-130 que se utilizan en las campañas estivales antárticas y la construcción de plantas de combustibles”.
La primera etapa, incluida en el Presupuesto Nacional, tiene un costo cercano a los 100 millones de dólares financiado por el Fondo Nacional de la Defensa. Pero, el resto de las etapas, que implicarán el desembolso de una cifra superior a los 200 millones de dólares, se especula con la posibilidad de realizar licitaciones donde las empresas nacionales de la República Popular de China ya han mostrado interés por participar. Cuestión que enciende todas las alarmas en Washington.
La creciente presencia de China en la Antártida
El mar de Ross es una bahía muy profunda entre el océano Glacial Antártico y la Antártida entre la Tierra de la Victoria y la Tierra de Marie Byrd, al sur de Nueva Zelanda, descubierto por el aventurero, militar y explorador inglés James Clark Ross en 1841.
En ese confín del mundo, el próximo año, la República Popular, que aspira a tener gran protagonismo en la zona como sucede en el Polo Ártico, inaugurará la quinta base antártica igualando en cantidad a las estaciones que posee los Estados Unidos de Norteamérica.
China ya posee cuatro bases científicas en el continente austral, bautizadas Gran Muralla; Zhongshan; Kunlun y Taishan, las dos primeras habitadas permanentemente y las restantes sólo funcionan en el verano austral. Desde 2013, la China comandada por Xi Jinping, ha colocado parte de sus objetivos estratégicos en dirección al polo sur.
Ahora bien, ¿por qué crece el interés de las grandes potencias por la Antártida? y ¿qué papel tendrá la Argentina en el juego estratégico diplomático que se está desplegando a las puertas del cono sur de nuestro territorio?
El 23 de junio pasado se conmemoraron 60 años del Tratado Antártico del cual la Argentina fue fundadora. Se trata de un Tratado firmado y sostenido desde el año 1961 que aseguró la libertad de investigación científica, la garantía de que no habrá conflictos bélicos en el continente blanco, y se promovió la cooperación internacional en el continente más austral del mundo, y al mismo tiempo, más extremo, por sus condiciones que hacen casi imposible su habitabilidad cuya causa hay que hallarlas en sus condiciones geográficas y térmicas.
Una de las pocas zonas donde el hombre no se ha podido establecer. El nomadismo primero, y el abandono paulatino de esta práctica por el posterior establecimiento en un territorio conquistado, es una característica de nuestra especie que otras no poseen. Pero la Antártida ha constituido siempre un límite. Habitar en la denominada Antártida Oriental, a 2.000 metros de altura sobre el nivel del mar y que constituye dos tercios del continente, continúa siendo una idea de ciencia ficción.
“Argentina fue uno de los países fundadores del Tratado Antártico que configura un sistema que se ha convertido en uno de los ejemplos multilaterales a nivel mundial. ¿Por qué? porque es el único continente donde hay realmente paz y ciencia”, afirmó en declaraciones periodísticas, Cristian Lorenzo director de Proyectos Antárticos del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Argentina fue el primer país en reclamar su soberanía sobre la península antártica en 1904 durante la presidencia de Manuel Quintana y cuenta desde hace medio siglo con su principal sede militar científica, la Base Marambio, además de otras 12 estaciones de investigación.
El Tratado Antártico, que rige la vida jurídica del “desierto de hielo”, posee estatus de consultoría, fue firmado por 12 países, incluida la disuelta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y, posteriormente, se sumaron 38 naciones más. En la actualidad existen 52 bases científicas donde trabajan 1500 exploradores y hay siete países que reclaman soberanía sobre la Antártida, algunas superpuestas, y son Argentina, Chile, Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Noruega y Francia.
El Tratado prohíbe las explosiones nucleares y la eliminación de desechos radiactivos y toda medida no pacífica de carácter militar, sin embargo, el primer hecho bélico conocido de la historia de la Antártida lo protagonizó la Argentina, el 1º de febrero de 1952, cuando un equipo de costa realizó una advertencia disparando ráfagas de ametralladora sobre un equipo civil del Reino Unido que descargaba materiales del barco John Biscoe con la intención de restablecer una base británica incendiada en 1948. Los ingleses reembarcaron rápidamente pero el Incidente de Bahía Esperanza cobró notoriedad mundial.
El académico de la Universidad de Navarra, Jesús Rizo, escribió en el sitio Global Affairs, que “en definitiva, el llamado Sistema del Tratado Antártico (STA) blinda la región antártica frente a la explotación de sus recursos y al incremento de las tensiones internacionales, puesto que, además de lo anterior, congela las reclamaciones territoriales mientras tenga vigencia. No obstante, esto no impide que las potencias globales también busquen tener un pie en la Antártida”.
Además el experto afirmó “China está buscando crear una Zona Antártica Especialmente Administrada, para la protección del medioambiente en torno a la base de Kunlun, algo a lo que se resisten sus vecinos regionales, puesto que daría a Pekín dominio sobre las actividades que allí se llevan a cabo. Esta es la base china con mayor protagonismo, esencial para sus estudios en materia astronómica y, por ende, para el desarrollo del BeiDou, sistema chino de navegación satelital, fundamental para la expansión y modernización de sus fuerzas armadas y que rivaliza con los sistemas GPS (Estados Unidos), Galileo (UE) y GLONASS (Rusia)”.
La preocupación del Tío Sam
Las razones expuestas anteriormente son las que alarman al gobierno demócrata de los Estados Unidos que en los últimos meses ha planteado su preocupación a través del Jefe del Comando Sur de Estados Unidos, almirante Greg S. Faller, que se plantó y pidió viajar a Ushuaia para conocer in situ la marcha de la construcción del polo logístico y los planes futuros además de intentar conocer de primera mano si China participará en la construcción de la obra.
El almirante Faller se reunió con el intendente de La Cámpora Walter Vuotto con quien repasó los planes y el militar estadounidense donó equipamiento por un total de 3,5 millones de dólares para combatir la pandemia de Covid-19 que incluyó tres hospitales de campaña y equipos de búsqueda y rescate ante emergencias civiles y militares.
El mensaje que se llevó el almirante Faller de la Argentina fue “la necesidad de avanzar con esta base de aprovisionamiento, proyectada hace dos décadas, tiempo en el cual países vecinos como Chile ya nos han ganado con su presencia naval en Punta Arenas y con proyectos civiles como el fomento del turismo de aventura. Chile transporta turistas a la Antártida y con lo obtenido avanza en su despliegue científico militar en la zona”, afirmó una fuente de Cancillería.
En ese sentido, la urgencia y la necesidad de financiación para construir el Polo Logístico cuanto antes, son dos condimentos que se complementan con los intereses de la República Popular de China de incrementar su presencia en la Antártida.
En el reciente Congreso del Partido Comunista se estableció que el gobierno de Xi Jinping invertirá, en el próximo quinquenio, grandes cantidades de dinero en proyectos para la exploración de los polos Ártico y Antártico que poseen características diferentes.
Como todo lo que hace China es a largo plazo, el gigante asiático, quiere llegar al año 2048 con la mayor presencia posible en la zona austral. La razón la explica Ramón Pacheco Pardo, profesor del King’s College of London quien afirmó a la BBC, “a China le interesa tener algo que decir en la renegociación de los acuerdos que comenzarán en unos 10 o 20 años. El protocolo ambiental por el que se rige el Tratado Antártico, y que prohíbe la explotación de recursos naturales en el continente, entró en vigencia en 1998 y será revisado en 2048. Su ambición es poder presentar su propia propuesta para influir como se gobernarán, a partir de mediados de siglo, las dos regiones polares”.
Los Chinos van a causar la 3era guerra mundial. Es el verdadero imperio del mal. Depredan todo lo que tocan. Ya verán.
Los Chinos son peor que el FMI para crear dependencia. En el caso del Puerto, seguro que ellos te lo financian a SU COSTO y después se quedan con la exclusividad de la explotacion por un monton de tiempo y además exigen "clausulas secretas" para privilegios o.......¡le devolves dolar sobre dolar...cash! ESto ya lo han hecho con paises con gobernantes desesperados y que pretenden vender a su pueblo "exitos milagrosos", solo que los beneficiarios son siempre los Chinos. O de última dejan de comprarte lo que significaria un agujero para el ingreso de divisas. Por eso NO HAY que casarse con nadie, ni Ruso,Chino ni Yanqui ni Europeo....¡CON TODOS, pero no con nadie en particular! ¡BUSINESS IS BUSINESS!
La primera pregunta que hay que hacerse es: ¿Cuánto vamos a perder los argentinos con este acuerdo? Si revisan nuestra historia política verán que “cada acuerdo que han hecho nuestros gobiernos con otros países, han sido una invitación al saqueo”. Este puertito de mierda ¿no podemos hacerlo solos, si no es una gran inversión? Lo que plantea otra pregunta: ¿Qué le habrán ofrecido a nuestro gobierno los chinos para meterse en el curro? Para mejorar las relaciones con reino unido nuestros queridos gobernantes les permiten explotar nuestras reservas naturales (acuerdos de Madrid), el saqueo que están haciendo llevándose (porque en Argentina no queda nada) nuestro oro, plata, uranio, cobre y litio, sin límites de extracción y sin control alguno, declarando solo el 20% de lo que realmente extraen, es una pérdida de billones de dólares anuales, a lo que hay que sumarle la contaminación (eso sí queda acá) y la pérdida de recursos. Los chinos, también están metidos en la minería y ya sabemos en la pesca en nuestros mares. Nuestros gobernantes hasta reformaron la constitución nacional (1994) para permitir este saqueo. ¿No es suficiente motivo para acusar a estos HDRP que nos gobiernan de traidores a la patria? Sin embargo este pueblo lleno de OPAS se pelean entre ellos por defender a estas porquerías, y festejan cuando ganan las elecciones. Y pensar que cada 9 de julio festejamos nuestra independencia, ¡¡¡que hipocresía!!!.