A pocos días del resultado de las PASO 2021 el gobierno nacional parece estar más desorientado que nunca.
Resulta tragicómico ver, y escuchar, cómo quienes fueron los principales responsables de la derrota quieren, ahora, explicarle a Alberto Fernández que es lo que hay que hacer para dar vuelta el resultado electoral en noviembre.
Y aparecieron personajes como Juan Grabois, el cuervo Larroque, Luis D´Elía, Fernanda Vallejos, Emilio Pérsico y hasta Amado Boudou, entre otros, a hacerle cuestionamientos al pobre Alberto que, en definitiva, es uno más de ellos, un empleado de Cristina, un subordinado que simplemente acata órdenes; porque Alberto Fernández fue siempre eso, un funcionario, jamás fue político. Alguien que siempre estuvo a la sombra de otros recibiendo órdenes.
Ahora, los kirchneristas, están empeñados en encontrar al "padre de la derrota", cuando en realidad esta derrota, como otras, no tiene padre, sino madre: Cristina Fernández de Kirchner.
Todos sabemos que desde el mismísimo día en que Cristina eligió a Alberto como candidato iba a ser ella quien gobernara. Por lo tanto, hacer responsable a alguien que ni si quiera pudo relevar a un funcionario de cuarta categoría, el subsecretario de Energía, Federico Basualdo y que hasta tiene que soportar desplantes en actos públicos, diciendo en tono de broma "Cristina me reta" es realmente ridículo, además de canallesco.
Alberto no es el padre de la derrota en absoluto. La verdadera responsable es Cristina, secundada por la caterva de impresentables que ella aprueba o no.
Ella es quien siempre eligió a los candidatos, y el caso más claro es el mismísimo Alberto, aunque le hayan permitido a Alberto poner como primera candidata a Victoria Tolosa Paz en la lista de diputados por la provincia de Buenos Aires, pero la realidad es que Cristina la aceptó porque es la menos impresentable de los cuadros kirchneristas que podían poner.
Algo parecido ocurre con Axel Kicillof, a quien responsabilizan de la derrota en la provincia de Buenos Aires. Y tampoco Axel es el culpable, porque tanto él, como Alberto, son funcionarios puestos a dedo por Cristina. O sea, todos los reclamos, a ella.
Poné la cara Alberto
Fiel a la esencia kirchnerista, alguien tiene que poner la cara, pero nunca lo hace el responsable.
Eso quedó demostrado el domingo cuando fue Alberto quien tuvo que subir al escenario a reconocer la derrota.
No tenía que ser Alberto quien salga a poner la cara, sino Tolosa Paz y Leandro Santoro, y en tal caso, la que debería haber salido a dar explicaciones debería haber sido Cristina, porque fue ella la que decidió participar de la campaña en su rol de "cuadro estrella".
Cabe destacar que ni la vicepresidenta ni el presidente deberían haber participado de la campaña, porque son funcionarios que están ejerciendo cargos, y mucho menos hacer actos proselitistas mostrando supuestas obras de gobierno como lo hicieron, siguen y seguirán haciendo.
De hecho, a 48 horas del desastre, acompañado por Sergio Massa y Santiago Cafiero, el presidente participó de un acto en la presentación de una obra pública -que no era más que la repavimentación de una calle- en Almirante Brown, transformándolo en un acto de campaña. Tanto es así que el mismísimo Alberto dijo, textualmente: "y si, estamos en campaña, para que les voy a mentir".
Un párrafo aparte merecen algunos dichos del presidente en el acto, a saber: “Sabemos que tenemos cosas que corregir, lo que hicimos mal lo corregiremos, lo que falta lo haremos, los errores cometidos no los volveremos a cometer", pero acto sigo dijo: “En noviembre no interrumpamos la marcha que empezamos". Ahora bien... ¿cómo van a seguir el mismo rumbo si ese mismo rumbo les hizo cometer los errores que cometieron? Eso se llama, en idioma español, "oxímoron".
Y luego afirmó: "vamos a golpearle la puerta al vecino para explicarle lo que está en juego". Con esto, lo que está queriendo decir es que quienes no los votaron no es que no los hayan votado poque hicieron todo mal, sino porque supuestamente no entendieron lo que hicieron y, según ellos, harán bien. Jamás la culpa es de ellos, siempre la culpa es de otros.
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