Si hay algo a lo que estamos acostumbrados los argentinos es a lidiar con el aumento de los productos que compramos y consumimos. El aumento constante y generalizado de los precios, osea, la inflación, ya es parte de nuestro día a día e incluso nuestra cabeza está entrenada para imaginar de manera rápida a cuánto ascenderá el valor de un producto si lo compro de aquí a un mes.
No obstante, aún para los más adaptados, los números son demasiado elevados. De acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) el índices de precios al consumidor (IPC), que mide la inflación registró un incremento del 3,5% en septiembre y prevé que el aumento anual será del 45%, si bien las mediciones de consultoras privadas elevan la cifra al 48% para fin de año.
El aumento en los medicamentos es superior al promedio
Ahora bien, el panorama se vuelve más preocupante aún si se analiza lo que está sucediendo en el sector de la salud. Hoy entrar en una farmacia es saber que el gasto se va a sentir en el bolsillo, especialmente para aquellos que deben ingerir más de un medicamento, sea periódicamente o eventual, al mismo tiempo.
Sucede que actualmente los precios de los mediacamentos están registrando una suba de precios altamente superior a los valores de la inflación, y ello, como siempre, acaba perjudicando a las familias más vulnerables, es decir aquellas que no cuentan con cobertura de obra social alguna y que no tienen los recursos para contar con medicina prepaga barata.
Y el alza no es solo en drogas inusuales, sino también en las más utilizadas como los remedios contra la alergia o para la tiroides. Para entender la magnitud solo basta con saber que en agosto, últimos valores publicados por la Unión Argentina de Salud (UAS), los medicamentos ambulatorios sufrieron aumentos 3,2% superiores al IPC, que fue de 2,5%.
El propio sector admite que ese mes fue el que presentó el menor aumento en el año, pero que en el primer semestre se detectaron productos con incrementos por lejos superiores a la inflación. En promedio, los medicamentos subieron un 62,8% entre agosto de 2020 e idéntico mes de este año, siendo que en dicho período la el aumento de precios en general fue del 51,4%.
Destacan por el salto en su valor remedios como el expectorante Bisolvon (+140%), la fórmula para niños Nutrilón Soya (+119%), el medicamento para las alergias Dexalergin (+78,2%) y la famosa Levotiroxina para la tiroides (+49,1%).
Las prepagas también hicieron eco de esos aumentos
Por supuesto, las compañías de medicina prepaga, que deben dar cobertura -a veces hasta total- a muchos de estos productos, no se quedaron quietas y vienen negociando una suba escalonada de las cuotas a cobrar a sus usuarios. A fines de julio pasado, el Gobierno habilitó la aplicación de incrementos por tramos que inició en agosto, continuó con la suma del 9% a comienzos de este mes y culminará, al menos por ahora, con un 9% más a partir del 1° de enero de 2022.
¡mejor! Deben decir los que manejan las COMPRAS DEL ESTADO, mas retorno para ellos. ¡Y que decir para el PAMI! Que con el verso de "remedios gratis", embolsan un retorno cuantioso de parte de los laboratorios entongados con ellos. Mejor sería que actuaran sobre la SALUD DE LOS JUBILADOS Y NO SOBRE LA ENFERMEDAD. El BIENESTAR no es CONSUMIR REMEDIOS, sino dejar de CONSUMIRLOS, porque estan bien NUTRIDOS Y ATENDIDOS FISICAMENTE (actividad fisica y fisioterapia)
Sí Exigente, sería lo mejor, pero el deterioro por la edad es inevitable, así que también hay que prever el peso importante que significan los medicamentos para los jubilados.