¿A qué puede deberse que el Gobierno en general, y Cristina Kirchner en particular, cometan tantos errores (la esquizofrenia de respaldar a los pseudo mapuches vs. el justificado reclamo por Malvinas, la fallida pretensión de archivar la causa del memorándum con Irán que costó la vida al Fiscal Alberto Nisman, la renacida guerra contra el campo y la industria, el desabastecimiento, la inflación desmadrada, el espionaje a Nik, la alienación con los regímenes criminales de Cuba, Venezuela y Nicaragua, etc.) en la carrera desesperada por recuperar los votos perdidos?.
Esta semana, esa pregunta se volvió más razonable aún por el desistimiento de la ANSES, que comanda la camporista Fernanda Raverta, de su reclamo para impedir que la PresidenteVice perciba dos monumentales prestaciones que, sumadas, le permiten cobrar $ 2.800.000.= mensuales (¡107 jubilaciones u 84 salarios mínimos!), más una enorme retroactividad de casi $ 120 millones. Si bien pocos leen los diarios, las redes magnificaron esta noticia que afectó, en especial, a los pobres que la siguen y le enajenó el apoyo que hubiera podido mantener en los cinco millones de jubilados.
El infinito cúmulo de castigos autoinfligidas de la viuda, que lleva 20 años en el trono nacional, otros tantos en Santa Cruz,y, obviamente, tiene la experiencia necesaria, nos debería imponer otra pregunta: ¿Estará haciendo que suceda algo que se nos escapa? ¿Estará, por ejemplo, forzando un viraje total hacia China y tomando partido en su nueva “guerra fría” (o no tanto) con Estados Unidos? Si fuera así, se explicaría la intención de comprar aviones de combate a Xi Jinping y el reflotamiento del proyecto de cederle otra base “de uso civil”, esta vez en Tierra del Fuego.
Todo cuanto ha hecho el Gobierno en materia económica tiene, como el yogurt, fecha de vencimiento: 15 de noviembre; a partir de ese día, todo volará por los aires, tanto en materia institucional cuanto económica, y diciembre, tradicionalmente un mes con alta emisión e inflación, terminará de incendiar el seco páramo en que ha convertido al país. Sin dólares para rifar, con los papelitos de colores volando cada vez más bajo, sin inversiones, con la producción detenida por falta de insumos importados, el proyecto populista hará agua por todos lados.
El FMI exige, y se lo dijo a Juan Manzur y Martín Guzmán en su última visita a Washington, la presentación de un plan económico creíble y la conformidad de Cristina Fernández (y de la oposición) para conceder una prórroga en los vencimientos de la deuda, ¿Hará ésta suyos los cánticos de La Cámpora, que adoptó Alberto Fernández a gritos, negándose a firmar para no arriesgar su ya escaso capital simbólico?; de hacerlo así, nos mandará directo al default con el mundo entero, soñando con una generosa mano de Xi Jinping -¡más cuentos chinos!- para financiar la nueva crisis.
La pérdida del quórum propio en el Senado y de la primera minoría en Diputados (ambos eventos muy probables), le impedirá continuar manejando el Congreso como lo ha hecho, y los caciques peronistas (gobernadores y “barones” del Conurbano), como leales que son, la abandonarán para no enterrarse con ella. Y qué decir de su situación penal que, a dos años de la asunción de su títere, no sólo no se ha despejado sino que, por el contrario, se está complicando más. ¿Seguirá reclamando la absolución judicial o buscará una amnistía para sus numerosos delitos?; en este caso, además de sus escasos fieles y de algunos empresarios corruptos, ¿quién se suicidaría políticamente apoyándola?; ¿confiará ella en un Legislativo que varias veces (“obediencia debida”, “punto final” y “2x1”, por ejemplo) volvió ignominiosamente sobre sus pasos y declaró nulas sus propias leyes o en una Justicia tan probadamente arrastrada frente al poder de turno?
Entonces, ante ese panorama desolador, ante las múltiples facturas (subsidios, tarifas, inflación, planes sociales, gasto público, devaluación, pobreza, miseria, hambre) que llegarán exigiendo el pago, ¿es tan absurdo imaginar que, simplemente, desatará el caos en nuestras calles para victimizarse y huir invocando un golpe de Estado, como hizo Evo Morales en Bolivia? La candidata de su Frente, Victoria Tolosa Paz, distraída de sus afirmaciones sexuales, avaló esta hipótesis con su denuncia de un imaginario “golpe blando” que estaría gestando la oposición. Para hacer algo así, para generar un conflicto enorme, a Cristina le bastaría con desplegar 500 sicarios, y dispone en abundancia de ellos entre presos liberados, “soldaditos” del narco y barrabravas, a los cuales es tan afecta.
La intención del Frente de igualar la situación de Mauricio Macri, acusado de espiar ilegalmente a los familiares del ARA San Juan, con la de la jefa de la mayor asociación ilícita que recuerde nuestra historia, multiprocesada por infinidad de delitos –entre ellos, nada menos que traición a la Patria- y dueña de tan enorme como inexplicable fortuna, fracasó transitoriamente el jueves por la chapuza de un incompetente Juez; el PRO erró al acompañar al ex Presidente a declarar, pues así colaboró con la buscada equiparación. De todos modos, la maniobra política y la complicidad judicial quedó por demás probada con la velocidad con que el magistrado pidió levantar el secreto y la rapidez con la que la otorgó el PresidenteNada antes de viajar a Roma y dejar la Casa Rosada a cargo de Cristina. Macri ya fue convocado para el miércoles próximo y, seguramente, su procesamiento ya está escrito, ya que el incapaz Martín Bava lo necesita como ofrenda a la viuda de Kirchner antes de las elecciones.