Más allá de cuestiones meramente
legales existen aspectos éticos que se deberían evaluar en el momento de
designar, como lo hiciera el Presidente Kirchner, a un candidato como Daniel
Scioli; máxime,
teniendo en cuenta que cuando alguien no le es “funcional” al Frente para la
Victoria, alguno de sus súbditos se encarga del “trabajo sucio” como ocurrió con
Miguel Bonasso, tratando por todos los medios de impugnar la banca de Luis Patti,
quien fuera habilitado por la justicia electoral y posteriormente electo
Diputado por el voto popular.
Pero en el caso del candidato a
la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires por el FPV, el señor Daniel
Scioli, donde se conjugan lo ético y lo moral para no poder aspirar a dicha
candidatura, el Presidente Kirchner parece obviar estos aspectos.
Además de no estar habilitado
para Gobernador, ya que no es bonaerense y nunca vivió en la Provincia de Buenos
Aires, por lo menos dos años, que es lo que le exige la actual ley electoral, el
candidato Scioli posee un pasado un tanto turbio...
Podríamos comenzar recordando
aquel episodio del incendio del quincho ilegal que construyera en
el espacio destinado al “aire y luz” del edificio de Callao y Posadas, donde
tenía su departamento y causó la muerte del portero que intentaba salvar a una
chica cercada por el fuego.
Scioli nunca pagó los 200.000
dólares de daños por la destrucción total del inmueble de su vecino del piso de arriba, el
Sr. Maradan, de nacionalidad suiza, ya que se declaró insolvente mientras su
mujer realizaba negocios millonarios con dinero adquirido mediante un
préstamo del Banco de la Provincia de Buenos Aires.
El monto de este préstamo, más
de 2 millones de dólares, pasó al fideicomiso de la provincia, es decir entre
los incobrables. Nunca le pago al Banco Provincia.
También, el señor Scioli, tuvo
una hija extra matrimonial que reconoció como legítima mediante un juicio
de filiación después de 19 años, y presionado por su esposa, Karina,
cuando el caso apareció en la tapa de la revista GENTE.
No nos olvidemos que Daniel Scioli conoció la fama como
"motonauta", en esta época, la más gloriosa para él, sin dudas, gracias a sus
vinculaciones políticas tuvo un millonario contrato de la YPF estatal durante el
gobierno de Menem.
Pero también, el candidato
porteño a la gobernación de la Provincia de Buenos Aires se dedicó a trabajar...
esto fue en la empresa familiar, Casa Scioli de Electrodomésticos, levantada con
el esfuerzo de su padre. Pero lamentablemente, los “planes de renovación y
crecimiento” que intentó implementar culminaron con la quiebra de la compañía.
Entre esos planes estaba la
“importación de novedosos elementos electrónicos” que terminó en dos procesos
por contrabando. Para no hacerse cargo de su conducta, Daniel
culpó de la quiebra y del contrabando a su propio padre, ya fallecido, y así
evitar dar explicaciones judiciales.
Como vemos, la personalidad de
Scioli es un tanto extraña, tal vez muy marcada por idas y venidas que no
condicen con las condiciones que debería tener un funcionario de tan alto nivel,
quien comenzó su carrera política siendo Menemista, luego devenido en Duhaldista
y hoy Kirchnerista, cuando curiosamente estos tres personajes están enfrentados
entre sí.
Evidentemente, en el caso de
Scioli se conjugan aspectos éticos y legales que no le permitirían presentarse a
ningún cargo público, paro tratándose del Frente para la Victoria éstos no
parecen ser requisitos excluyentes, ya que el partido con el cuál se presentará
a elecciones tiene algunas curiosidades, como por ejemplo, no tiene afiliados,
nunca realizó una elección interna y, lo más curioso, no tiene domicilio legal
constituido.
Pablo Dócimo