Seguramente, usted habrá escuchado en más de una
oportunidad la frase: “El terrorismo, cuando es de Estado, es el peor de
los terrorismos”. Más allá de que esta "frase hecha" merecería otro tipo
de análisis bastante más extenso, ya que el terrorismo es un acto delictivo y
criminal lo ejerza quien lo ejerza, por carácter transitivo lo podríamos aplicar
a esta otra frase: “El autoritarismo, cuando es de Estado, es el peor de
los autoritarismos”.
Según el diccionario de la Real Academia Española, autoritario significa: Mandón, dominante, arbitrario, abusivo, despótico,
absoluto, injusto. ¿Le suena?
En el caso del Gobierno del Presidente Néstor Kirchner
podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos, que es —o fue, como usted más
prefiera— un gobierno autoritario.
Para aseverarlo, podríamos citar algunos ejemplos como:
el trato despectivo a productores rurales, empresarios, supermercadistas, la
iglesia, Fuerzas Armadas, Policía, oposición política y, en especial, a la
prensa; o sea, todos aquellos que no tengan su misma opinión o punto de vista.
No escapan a este manejo autoritario, el acatamiento
servil del Congreso Nacional, como cuando debieron sancionar los “súper
poderes”, el manejo de los Decretos de Necesidad y urgencia o la reforma del Consejo de la Magistratura, como
así también el contagio por parte de sus más inmediatos funcionarios, como los
"Fernández", Julio De Vido o Guillermo Moreno y Ricardo Jaime, quienes manejan y
disponen de sus respectivas Secretarías a su antojo, ejerciendo ellos mismos, o
transmitiendo, mejor dicho, el autoritarismo del Gobierno a quienes dependen de
ellos; Moreno con el manejo de los índices que arroja el Indek y Jaime con la
distribución de subsidios.
Pero el autoritarismo más llamativo es el que se ejerce
sobre la Justicia, y el caso más palpable que podemos apreciar es el del ex
comisario Luis Patti.
Llegado este punto, para evitar alguna mala
interpretación de algún lector “distraído” o mal intencionado, me siento en la
obligación de aclarar dos cosas:
En primer lugar, no comparto en lo más mínimo la
ideología del señor Luis Patti, ya que el solo hecho de pronunciarse en varias
oportunidades como Justicialista y Menemista, es motivo más que suficiente para
que política o filosóficamente no coincida con él.
En segundo lugar, no es mi intención, en este artículo,
opinar sobre su manera de proceder de Patti o los motivos que se le imputan, con
los que estoy en total desacuerdo, sino el trato de desigualdad que se le da
ante la Justicia, y en consecuencia, hacia la opinión pública.
Hagamos memoria
Ya que el Presidente Kirchner pide, reiteradamente,
que hagamos uso de “la memoria” recordemos, entonces, que en
1983 la plataforma política del justicialismo, del cual este Presidente y su
señora esposa formaban parte, proponía una especie de amnistía, o de indulto
implícito —o "encubierto" o "de hecho" o como más le guste llamarlo— tanto a los
militares como a los subversivos; esto, ¿no hubiese sido “olvido y perdón”?
Luego, cuando ni el más optimista
defensor de los Derechos Humanos se imaginaba que durante el gobierno del Dr.
Raúl Alfonsín se comenzara a enjuiciar y encarcelar a los responsables de ambos
bandos, todos comenzaron a embanderase en la misma causa.
Hasta que llegó el Gobierno del Dr.
Carlos Menem y, ¡oh, sorpresa! fiel a su estilo de querer quedar bien con todos,
tanto militares, como ex terroristas fueron beneficiados por los tristemente
célebres “indultos presidenciales”.
Siguiendo con el ejercicio de la
memoria, como nos pide el Sr. Presidente Kirchner, recordemos que el Gobierno
del Dr. Menem era Justicialista, y casualmente, el Presidente Kirchner formaba
parte de ese gobierno.
El caso Patti
No hay ninguna duda de que el caso
Patti es emblemático y que fue elegido por la actual administración
como un chivo expiatorio para "desviar" la opinión pública.
De esta manera se obliga, directa o
indirectamente, a que los medios periodísticos hablen y hablen de Patti,
cediendo lugar a temas realmente mucho más importantes como los que realmente
nos aquejan a los ciudadanos comunes en el día a día, como la inseguridad, la
desocupación, la inflación, la falta de Políticas de Estado en lo que a
educación se refiere, el lamentable estado del Sistema de salud... sólo por
citar algunos casos.
A propósito de desviar la opinión
pública... ¿Se acuerda Ud. del día en que Alberto Fernández debía dar explicaciones
acerca del mamarracho de Romina Piccolotti en el Congreso y el gobierno a
través de Télam, la agencia oficial de noticias, lanzó la información acerca de
la supuesta muerte de Maradona?
Volviendo al “caso Patti”, no hay dudas de que se trata de una persecución política, ya
que, en 2005 un señor que responde servilmente al Presidente, como Miguel Bonasso
—quien es uno de los que hoy debería estar tras las rejas y goza de la
libertad, gracias a los indultos de Menem—, impulsó la anulación de la asunción
como diputado de Luis Patti, aludiendo que Patti no poseía “autoridad moral”
para ejercer el cargo.
Sería bueno que algún día, el señor
Bonasso aclare qué es para él “tener autoridad moral”, ya que, siguiendo con el
ejercicio de la memoria, recordamos que fue partícipe, en su época de
terrorista, junto a Dante Gullo y otros delincuentes, del asesinato de José
Ignacio Rucci, quien casualmente también era justicialista.
Otro hecho que demuestra la
persecución política o, por lo menos ideológica de Luis Patti, fue el autosecuestro del Sr.
Luis Gerez, quien hoy goza de un puesto como “asesor” en el concejo deliberante
de Escobar. ¿En que quedó esa causa?
Pero evidentemente, fueron por más,
entonces se encarceló a Patti por hechos ocurridos en la época de la dictadura.
Concluyendo
Ya que a este Gobierno le gusta tanto la
Justicia, la defensa de los Derechos Humanos y revolver en la historia, ¿por qué
no se vuelve a enjuiciar, como se hiciera entre 1984 y 1985 a todos los
responsables de la “guerra sucia”? y cuando digo a "todos", quiero decir a
todos: militares y terroristas. Esto, no se hace ni se hará, por lo menos
mientras esté en el poder el Frente Para la Victoria, ya que como dijimos
autoritario significa: mandón, dominante, arbitrario, abusivo,
despótico, absoluto e injusto; y el Frente Para la Victoria, sin lugar a
dudas, es autoritario.
Pablo Dócimo