En los recorridos que realizamos con TDP, por nuestra ciudad esta vez fuimos invitados al concierto donde se presentaría el disco “Canto de Octubre”, homenaje a Astor Piazzolla por la maestra y bandoneonista Carla Algeri junto con el octeto de los músicos Rafael Gintoli, Stanimir Todorov, Leonardo Marconi, Sergio Rivas, Armando de la Vega, Rubén Jurado y Cesar Rago , que presentarían el disco “Canto de Octubre” en homenaje a Astor Piazzolla en la “Fundación Beethoven”.

Respecto de la Fundación Beethoven podemos decir que la historia de su existencia se remonta al año 1900 cuando el maestro Augusto Sebastiani, había llegado a la Argentina para integrar la primer orquesta del Teatro Colón, era arpista solista y se convirtió en un gran gestor de la difusión musical de nuestro país

¨Pero en el año 2000 la gran pianista Pía Sebastini, que dirigía este Conservatorio le da nuevos aires y crea la actual Fundación Beethoven, para que jóvenes talentos puedan crecer y desarrollarse y de esta forma se fue ampliando para buscar la música en todos los ámbitos sociales y apoyando la difusión de las artes, debido a que Pía no había tenido de chica y jovencita estas oportunidades.

Así las cosas, los músicos ingresaron por un costado del teatro cercano a las butacas, que los lleva directo al escenario donde ya estaban algunos instrumentos

Pero, el que se destacaba por excelencia era “el bandoneón” listo, esperando que su intérprete Carla Algeri se aprestara a tocarlo y sonaran sus tiernas melodías.

Toda la platea estaba completa, por eso cuando todos los músicos ingresaron los aplausos coincidieron a la par, con ovación para ellos que al estar tan cerca del publico despiertan un mayor acercamiento, calidez y vivencias para el espectador y las sonrisas estaban presentes y poder vivenciar como se preparan sin esperar que se habrá el telón

Esto permitió observar, como cada uno de los músicos afinaban sus instrumentos provocando a la vez un clima de complicidad con el espectador que allí sentado podía vivenciarlo.

Carla Algeri, decidió romper la expectativa y expreso “Hoy no voy hablar mucho, pero siento que esto que tenemos para decir hoy, que este “Canto de Octubre” es la música de la mejor época del Astor compositor, es el Astor no comprendido que fue cuando grabo los discos, hizo teatro y lo fueron a ver solo cinco amigos”

Añadió, “Siento que en ese “Canto de Octubre”, Astor habrá tenido mucho para decirnos y me gustaría que cada uno de ustedes sienta lo él nos quiso contar, más que lo que yo les pudiera decir, que nos trasmitió a nosotros y que tenemos para darle, y en el programa están todos los temas que vamos a interpretar, muchas gracias”.

Sus palabras fueron las adecuadas, para ubicarnos a cada uno de los que estábamos en el teatro y comprender que con esta música tan innovadora respecto del tango tradicional que en ese momento que el componía y tocaba, era lo que se escuchaba en la Argentina, un tango muy porteño y a nuestra maera.

Por tal motivo Piazzolla logro un cambio, revoluciono con sus temas “Libertango”, “Adiós Nonino”, “Oblivión” “Fuga y misterio”, “Cantata al alba”, y así fue pasando por etapas de gloria en Paris y en el mundo que le dieron un renombre internacional.

Como siempre “nadie es profeta en su tierra” y esto es tan real que ese legado, esa música que nos dejó este hombre, este músico, compositor, bandoneonista transcendió las barreras culturales fuera de nuestro país.

De un Astor Piazzolla que era amado por algunos, resistido por los tangueros ortodoxos y criticado por otros en cuanto a su música, a su personalidad tan especial, su carácter, su temperamento, había una resistencia, desvalorización, menosprecio,

Sin embargo y más allá de todo , lo que importa es lo que Astor significó, con su gran talento, y como llevó a modernizar el estilo del tango y tal vez se puede estar o no de acuerdo o no compartir a la hora de escuchar, de interpretar su música, porque lo que no se puede desconocer o negar es el talento que desplegó en su vida profesional y todo lo que aprendió de su maestro y mentor Aníbal Troilo –Pichuco-.

Piazzolla se decía “era el artista cachorro de Pichuco”

En este caso, el silencio que reinaba en el teatro era total, cada sentimiento salía a flor de piel con esa música que embargaba el corazón.

Los momentos de Carla Algeri con su bandoneón eran únicos, su sentimiento, su pasión es plena, está allí en los acordes de su instrumento. Ella ahí, sentada en el medio de sus músicos, de este octeto que la acompañan y son el complemento ideal

Puede parecer frágil, pequeña al verla, pero me atrevo a decir que es como la Piaff, Edith Piaff,, son mujeres que cuando ingresan al escenario son inmensas, son grandes, son empoderadas, son ellas mismas y sacan a relucir con toda la garra su talento a flor de piel .

Pero a la vez, ella permitió en el escenario, que cada uno de los músicos se luciera y cuando se escuchaba un solo de violín o de piano, ella colocaba su bandoneón en su regazo y se apoya sobre el disfrutando y sintiendo esta melodía que generaba sentimientos, es un retrato que la caracteriza y habla de su gran sentimiento y sensibilidad como artista.

Lo que sorprende es su ritual de llegar al escenario y muy delicadamente saca sus zapatos los deja en un costado y coloca ambos pies sobre un taburete.

Carla Algeri, fue alumna de Rodolfo Mederos, integró su orquesta entre el 2000 y 2005, además de bandoneonista es compositora, arregladora y Directora de Polo Bandoneón una entidad que pertenece al Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y que tiene sede en el edificio del legendario Puente Alsina realizando una importante labor que permite que se pueda estudiar variados instrumentos y lograr el sueño de muchas personas y de forma gratuita.

Cabe destacar que la entrada era libre y gratuita y por cierto esto generó gran afluente de público en la Fundación Beethoven y permite la oportunidad de ver artistas de gran envergadura nacional e internacional y como en este caso a la Gran Carla Algeri

Solo resta comentar que Carla viene de una gran gira por Colombia que la retuvo por algún tiempo, llevando la esencia, la cultura, la música de nuestro país, de nuestra ciudad, un país en el que Carlos Gardel era y es actualmente el ídolo eterno.

Lo que nos dejó este concierto de Carla Algeri y su octeto de músicos es el arte, el profesionalismo, la excelencia y todo aquello que permite que nuestra música transcienda más allá de tantas situaciones que nos provocan inseguridad, inestabilidad y que todos conocemos y vivimos a diario.

Fue un sábado mágico, el último del mes de julio, de un atardecer que culminó con las primeras luces de la noche, que nos transportó a los mejores niveles de paz, tranquilidad, disfrute y conexión interna con los sentimientos y sentidos que ante tanto encierro que es difícil borrar o ignorar de estos dos últimos años, hizo que surgiera el renacimiento, la resiliencia y volver a empezar.

Grandeza de Carla Algeri, del octeto de músicos que no están excedidos en importancia, en poder, y que los distingue una verdadera vocación y pasión por el arte: La música.

Astor Piazzolla decía entre otras cosas:

“La música es el arte más directo, entra por el oído y sale por el corazón…. Es la lengua universal de la humanidad”

“Quiero al Sur, su buena gente, su dignidad. Siento al Sur como tu cuerpo en la intimidad”.