Como no podía ser de otra manera el peronismo nacional decidió culpar a otro por su derrota en San Juan.

Allí JXC terminó con 20 años de monopolio en el gobierno de la provincia y derrotó a la suma de los votos de Gioja y de Uñac por un rotundo 51 a 44%.

El gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner eligió entonces culpar al fallo de la Corte Suprema que no hizo otra cosa que recordarle al actual gobernador la redacción de su propia Constitución provincial: su simple lectura era suficiente para advertir la ilegalidad de su pretensión de presentarse a un tercer mandato.

Como toda respuesta, Sergio Uñac, no tuvo mejor idea que poner a su hermano Rubén como candidato, lo cual fue evidentemente interpretado, primero, como una cargada institucional y, segundo, como una pretensión casi monárquica del actual gobernador.

El resultado fue un castigo ejemplar en las urnas. Los votos del viejo caudillo Gioja –un impresentable capaz de ponerse cualquier camiseta con tal de seguir prendido al poder- no fueron suficientes para el peronismo esta vez.

El hecho produjo un indudable impacto político: una provincia “muy peronista”, (pese al surgimiento hace una décadas de partidos locales como el famoso “bloquismo”) votaba en contra del “movimiento” y llevaba al gobierno a la principal oposición a nivel nacional.

San Juan vota por ese engendro institucional llamado “ley de lemas”, es decir, los partidos o coaliciones se presentan con varios candidatos y gana el más votado dentro del espacio que, sumando todos los votos, le gana al otro espacio.

En el caso de JxC, Marcelo Orrego ganó por una avalancha de votos frente a sus adversarios internos, Marcelo Arancibia, Sergio Vallejos y Eduardo Cáceres que, entre los tres, no llegaron al 3% de los votos propios de JxC. Orrego se llevó más del 96% de los votos de su lema.

Rápido de reflejos, a San Juan voló inmediatamente Horacio Rodríguez Larreta junto a Martín Losteau y José Luis Espert, como dando señales de hacer propia -a nivel nacional- la victoria de este candidato más bien independiente.

Patricia Bullrich saludó por Twitter el triunfo también como para no entregar todo el protagonismo al jefe de gobierno y como para emitir una señal de que Orrego no es exclusivamente un alfil de Larreta.

El ganador llegó a estas elecciones como diputado nacional de JxC. Antes había sido asesor del entonces diputado (hoy senador) Roberto Basualdo que, a su vez, había fundado en San Juan el partido “Producción y Trabajo” desde el cual se integró al PRO a nivel nacional. Basualdo es un empresario y ex piloto de automovilismo que aparentemente tuvo su momento de gloria en ese deporte, especialmente a nivel regional.

Es interesante lo que ocurrió con LLA de Javier Milei. Un partido llamado “Frente Desarrollo y Libertad” se presentó en la provincia como los representantes de Javier Milei. El líder de los libertarios, sin embargo, el viernes había emitido un comunicado oficial del partido desconociendo cualquier acuerdo con el Frente Desarrollo y Libertad de Agustín Ramírez, Paola Miers y Yolanda Agüero.

No obstante eso, ese partido se presentó a las elecciones con los colores de LLA y con la foto de Milei en la boleta. No llegaron al 4% de los votos.

De estas performances libertarias en el interior, muchos están sacando como conclusión un eventual repliegue de Milei a nivel nacional, alejando el escenario electoral de la “pelea de tercios” tal como la definió la propia Cristina Fernández.

Esos mismos analistas están viendo un crecimiento de JxC (o más bien una detención de la caída de su consideración) luego de que quedaran firmes las figuras que competirán en las PASO.

José Luis Espert -para muchos un inesperado aliado de Larreta- afirma que esa levantada se va a profundizar aún más cuando se realicen las PASO y queden develadas las candidaturas finales a presidente.

Su postura se basa en el convencimiento profundo de que no va a haber “fugas” en JxC luego de ese resultado y que, sean quienes sean los ganadores, los que pierdan estarán firmes detrás de sus candidaturas para que el espacio llegue al gobierno.

Vamos a suponer que eso es cierto, aunque, con el intercambio último que han tenido Bullrich y Larreta a propósito del rol de Macri como presidente, no puede saberse a ciencia cierta. Lo que no se puede saber es cuánta “fuga” de votantes de uno y otro (Larreta y Bullrich) habrá. Eso es incontrolable porque nadie sabe cómo funcionará el pensamiento individual de cada elector cuando vea que su preferido no ganó en las PASO y que por lo tanto no lo tendrá en “la final” por la presidencia.

¿Qué hará ese ciudadano que votó en la interna de JxC a Larreta o a Bullrich? ¿El que votó a Larreta votará a Bullrich en octubre? ¿Y el que votó a Bullrich votará por el jefe de gobierno?

Estas son las verdaderas incógnitas que los resultados que vayan dándose en las provincias no pueden despejar. Puede ser que la mente de los electores se vaya “moldeando” algo según lo que vea que pasa en el interior. Pero eso de ninguna manera permite discernir su decisión final.

El otro interrogante que queda por develar es si estas elecciones (San Juan, San Luis) pueden tomarse como un indicio del fin de ciclo peronista-kirchnerista. Personalmente no los daría por muertos. Nunca hay que dar por muertos a los que no conocen los escrúpulos.