La problemática a la que deseo hacer referencia, es – a mi juicio – un tema de genuina trascendencia. Escribo como ciudadana que voluntariamente se ofreció a ejercer como autoridad de mesa en actos eleccionarios de C.A.B.A. y fue presidente de mesa unas siete veces, obteniendo así, una rica experiencia que intentaré honrar en esta nota.
En las capacitaciones ofrecidas a quienes fuimos designados como autoridades de mesa siempre nos indicaron cómo recibir a los votantes, cómo registrar sus documentos y como asentarlos en las Actas correspondientes. Pero nadie nunca nos capacitó para realizar de modo correcto y eficiente, el recuento de votos, tarea que realizan – cada cual a su modo- el Presidente, el Vice, y el Fiscal asignados a cada mesa, una vez finalizado el acto eleccionario que cierra a las 18 hs.
Por mi parte, siempre me pareció oportuno usar el pizarrón del aula que nos asignaban, para confeccionar un cuadro de doble entrada, que reflejara cuantos boletas se habían presentado (en las columnas) y cuántos votos había logrado cada una (en las filas).
Previamente, disponíamos tantos pupitres como boletas hubiere. La cantidad de boletas ubicadas en cada pupitre, se correspondía con la cantidad de votos expresados en cada columna. Nunca dimos por terminada nuestra tarea más tarde de las 21 hs. Recordando esas jornadas vividas con genuina emoción, me desvela imaginar, en estas PASO 2023, el extremo desafío que enfrentarán las autoridades de mesa en la Provincia de Buenos Aires. Para ocupar 2855 cargos habrá 40.499 candidatos y 1835 listas inscriptas para competir. En el mayor distrito electoral del país se presentaron 26 precandidatos a gobernador y vice. También habrá 196 listas con 2756 postulantes a legisladores provinciales, y 1613 listas con 37.691 aspirantes a intendentes y concejales de acuerdo a datos provisorios de Julio 2023, de la Junta Electoral de la provincia de Buenos Aires.
La multiplicación de listas genera alta preocupación entre las autoridades de la justicia electoral que tendrán a cargo el escrutinio en la noche del 13 de agosto que en estricto “off the record” hablan de caos para ordenar la oferta electoral dentro de cada cuarto oscuro. (La Provincia de Buenos Aires, hasta dispuso la reducción del tamaño de las boletas, para poder imprimirlas. Deberán tener 11,5 cm por 19 cm. cada sección, conformando los cuerpos de la papeleta “un total de 92 cm de extensión”, en vez de 96 cm)
Deberíamos capacitar, a mi juicio, para el recuento de votos, al menos antes que imaginemos un proceso electoral más ágil y menos engorroso.
Y al final esta doña no dice nada; no dice a quiénes se refiere en plural como haciendo el recuento; no dice qué verificaciones y controles hay que hacer con los resultados; no dice cómo hay que controlar el ambiente de trabajo. No dice la verdad cuando asegura que no hauy capacitación porque el curso para autoridades de mesa era bastnte compelto. ¿Perdón, debo aclara que yo lo hice y que fui autoridad de mesa unas cuantas veces?. ¿Tengo que aclarar que yo se cómo se hace o hay que quejarse en general para no ser acusado de falta de humildad? Lo que es imprescindible y está faltando ya lo enumeré en algunos comentarios anteriores, pero por lo visto, salvo OJC, los autores de las notas nunca leen lso comentarios.
¿Qué tal este por ejemplo? Una alianza maléfica es lo que está evidenciando el periodismo y me refiero a los de TN ya los de LN+. Están buscando motivos sociales para los números de voto blanco o la abstención, y lo sitúan en el mismo lugar que a los votantes de Milei. La intención de fraude es evidente, porque teniendo control de una mesa lo más fácil es tirar a la basura las boletas de la oposición y contarlos en el telegrama como voto en blanco. Eso lo hicieron desde siempre apretando a las autoridades de mesa si es necesario. Muy pocos se animan a enfrentarse a eso porque las autoridades de mesa viven en el mismo barrio en que se vota. Si todo es fraude en lo que acá llaman política, el hecho de negar de antemano la posibilidad de fraude electoral ya es fraude. El fraude electoral siempre existió en mayor o menor medida, y negar eso es parte del fraude. Cualquier revisión de los telegramas publicados permite ver los errores o falsedades en muchos de ellos desde la falta de datos a o la ausencia total de votos de la oposición en algunas mesas. El apuro por anunciar resultados en poco tiempo va en el mismo sentido. Con el sistema de boleta sobre y urna el recuento de una mesa promedio siguiendo un procedimiento de apertura y recuento a la vista de todos, no puede tardar menos de cuatro horas. Cualquier resultado más rápido surge de repartir la tarea en grupos de fiscales y de sumar lo que cada grupo diga o directamente por el simple acto de poner un resultado a ojo y sin contar los votos. Que viaje el telegrama o que pongan una terminal para cargar la mentira no agrega seguridad sino facilidades para un fraude.
Muy simple NO VAYAN A VOTAR para no convalidar ningún fraude y ese será a LA FE PÚBLICA, penado por el Código Penal, Arts. 282 - 287.
El gobierno elude e incumple su obligación de tomar las previsiones necesarias para dar transparencia al comicio. La jueza Servini habla de improvisación, pero hay mucho más. Para empezar hay un delirio de señoreo por parte de los funcionarios que subestiman al votante y su derecho que no es sólo al voto sino a una elección limpia planificada y nomanejada por gente responsable. Personajes como Lafinur se rebajan a un nivel que parece justificar el incumplimiento de los funcionarios.