Decididamente, el hombre
está enloqueciendo. Tantos golpes recibidos repercuten en su cerebro y ya se
están viendo las consecuencias. A la lista de los fracasos obtenidos desde el
referéndum por su proyecto de reforma constitucional —algo de lo que aún no se
repuso— y el rechazo mundial a su pedido de que se reconozca a sus amigos y
socios de las Narco-FARC como un “ejército beligerante”, se fueron
sumando la seguidilla de jefes de esa organización detenidos —cuatro en diez
días— y el duro golpe que les significó la muerte del “número 2” de las FARC,
conocido como “Raúl Reyes”. Un “número 2” que en los hechos habría sido
el “número 1” si se confirma lo sostenido por varias fuentes, en el sentido de
que el máximo líder de las FARC, Manuel “Tiro Fijo” Marulanda, cuya hija
era la esposa de Reyes, murió hace algún tiempo de cáncer.
Y a Hugo Chávez, que
pretendió imponer en toda Venezuela un minuto de silencio en honor al terrorista
abatido, que pidió a los gobiernos de América Latina que condenen a Colombia por
ese hecho y por haberlo concretado “invadiendo territorio ecuatoriano”
—pese a que el presidente colombiano Alvaro Uribe comunicó previamente la
realización de ese operativo a su similar ecuatoriano Rafael Correa— y
que ahora vuelve a amenazar con una guerra contra Colombia, las cosas le siguen
saliendo mal. Muy mal.
De acuerdo a informaciones
que nos anticipara Kenneth Rijock, luego publicadas por él este último
domingo en la página de World Check, hay otro tema grave que formaría
parte del desequilibrio por el que atraviesa el presidente Chávez. Se trata de
la programación de cuatro vuelos secretos hacia Venezuela por parte de la
compañía aérea brasileña TAM Airlines, embarcando 31,5 toneladas de
armas de fuego fabricadas en Brasil. Se pudo saber que el primero de esos
vuelos ya ha llegado a Venezuela, transportando 1,5 toneladas de armas, en tanto
se han programado los tres restantes para que embarquen diez toneladas cada uno.
No se conoce aún el tipo
exacto de esas armas, pero se estima que en esos envíos irán entre 50.000 y
70.000 de ellas. Además, las mismas no están consignadas a nombre del
ministerio de Defensa venezolano, sino que su entrega se hará directa y
calladamente al Palacio Miraflores, sede del gobierno bolivariano, según
órdenes directas del presidente Hugo Chávez.
Obviamente surge la duda
sobre el por qué de tanto secreto. La hipótesis, para Kenneth Rijock, es que en
un país donde las fuerzas armadas y la policía ya están bien equipadas, estas
armas sólo puede tener un uso previsto: ir a parar a las manos de los
partidarios civiles del régimen chavista para ser utilizadas contra los
opositores, en lo que se está previendo como una confrontación violenta
que podría desembocar en una guerra civil.
Un disturbio de estas
características se traduciría en el cierre total del sistema financiero y, como
señal preliminar de violencia organizada, también en el cierre de negocios y
empresas, previamente al caos que de por sí generaría un ataque entre civiles.
Las fuerzas de choque de Hugo
De hecho, Chávez cuenta
tanto con “milicias populares”, que bajo sus designios fueron
creadas en los primeros años de su gobierno, como con un importante número de
lúmpenes que esperan agazapados cualquier orden de su líder. O que están atentos
a cualquier amenaza que éste dirija en sus cadenas televisivas a instituciones a
las que llama “opositoras”, “oligarcas” o “lacayos del Imperio”.
En las últimas semanas esas diatribas se centraron, por ejemplo, en la entidad
empresarial Fedecámaras, en la Iglesia Católica y en el canal de
TV independiente Globovisión.
Y allí acudieron solícitos
los muchachos agrupados en la Coordinadora Simón Bolívar, el Frente
Guerrillero Venceremos y el Colectivo Alexis Vive, a colocar
explosivos que dañaron los frentes de Fedecámaras —donde murió el
portador de la bomba— y de la Nunciatura, además de tomar por unas horas
de forma violenta el Palacio Arzobispal de Caracas. Poco antes, habían
ido a “protestar” a la entrada de Globovisión, donde también
dejaron un gran regalo escatológico en su acera, destruyeron un monumento a
George Washington y pintaron las paredes de la embajada de España con
consignas a favor de la ETA y el nacionalismo independentista vasco,
luego de lanzar hacia su interior bombas de gas pimienta que afectaron a dos
custodios.
Efectos
del explosivo en Fedecámaras
Así quedó uno de los muros de la embajada de
España
Cabe destacar que el portador del
explosivo colocado en Fedecámaras y que murió al detonarle en sus manos fue
identificado como Héctor Eduardo Serrano, quien tenía en su poder una
credencial de la Policía Metropolitana (PM) que lo acreditaba como
“inspector ad honorem”, además de un teléfono móvil a través del cual
coordinaba con sus compañeros de andanzas los operativos terroristas. Se
estableció también que Serrano trabajaba para el diputado de la Asamblea
Nacional por el Distrito Capital Pedro Infante, y que hasta
octubre del año pasado revistaba en la plantilla del Alcalde Mayor y uno de los
principales miembros del entorno chavista, Juan Barreto.
Por otra parte pudo
saberse que Serrano residía en el barrio conocido como “23 de enero”,
asentamiento de numerosos personajes de los grupos antes citados, formando parte
como muchos de ellos en las denominadas —por el chavismo— “redes de
inteligencia social”, y que había estado en Cuba participando en
“cursos de adoctrinamiento”.
Acreditación de Héctor Serrano como miembro de la Policía
Metropolitana
Las cuentas claras
Como si no fueran suficientes los descalabros y desasosiegos de Hugo Chávez,
tenemos el “Informe 2008 del Departamento de Estado: Estrategia Internacional
de Fiscalización de Estupefacientes”, emitido recientemente, el cual no es
precisamente contemplativo con Venezuela y en un lenguaje directo destaca tanto
el papel central de este país en el tráfico de drogas como su total
fracaso en frenar el lavado de dinero y la corrupción.
Otro informe de Kenneth Rijock señala en tal sentido que “la
reciente ola de cierre brusco de las cuentas bancarias de los venezolanos por
banqueros prudentes en América del Norte y en Europa occidental sin duda
aumentará cuando lean las principales secciones de ese informe, en el que
claramente se señalan los lugares del país, y se incluyen sus ciudadanos en las
categorías de los que constituyen un riesgo inaceptable para cualquier
institución financiera que deseen mantener su licencia bancaria”.
Rijock extracta los principales puntos de ese informe
del Departamento de Estado, en forma textual, y son los siguientes:
-“Venezuela es uno de
los principales países de tránsito de drogas en el hemisferio occidental, con un
estimado de 250 toneladas métricas de cocaína que pasan anualmente a través de
la nación”.
-“ Venezuela, próxima a
los países productores de droga, está debilitada en su lucha contra el régimen
de blanqueo de capitales, por la negativa a cooperar con los Estados Unidos
sobre las actividades de lucha contra los estupefacientes, y la corrupción
rampante en todo el cumplimiento de la ley, la justicia, la banca y los sectores
de regulación bancaria sigue haciendo vulnerable a Venezuela con el lavado de
dinero”.
-“ Las principales
fuentes de lavado de dinero vienen del producido generado por el
tráfico de heroína y cocaína y de las organizaciones de malversación de dólares
de la industria petrolera”.
-“A pesar de los avances
logrados con la aprobación de la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada
en 2005, sigue habiendo grandes lagunas. Dos años después de su promulgación, ni
un solo caso ha sido juzgado en virtud de la nueva ley”.
-“ La corrupción
generalizada dentro de la justicia y la policía también socava la eficacia
de la ley como una herramienta para combatir el creciente problema del blanqueo
de dinero”.
-“ La financiación del
terrorismo no es un delito en Venezuela”.
-“ Se han registrado sólo tres condenas al blanqueo
de capitales en Venezuela desde 1993, y todos ellos fueron relacionados con los
estupefacientes”.
-“ No hubo procesamientos o condenas por blanqueo de
dinero en 2007, y no es probable que las haya en el 2008”.
-“ Si el Gobierno de
Venezuela no tipifica la financiación del terrorismo, la Unidad Nacional de
Inteligencia Financiera [Venezuela-Unidad de Inteligencia Financiera], se
enfrenta a la suspensión del Grupo Egmont, en junio de 2008”. (*)
Además, Kenneth Rijock
sugiere que esta lista sea colocada en la pared fuera de todos los bancos en
Venezuela, a fin de que los clientes, al leerlo, de inmediato cierren todas sus
cuentas y se nieguen a hacer negocios con un sector bancario que permite que
exista tal situación.
Según puede apreciarse, no
son pocos los motivos del descalabro mental que últimamente padece el presidente
Hugo Chávez, y que lamentablemente lo está llevando a adoptar posturas y
medidas que pueden derivar tanto en un intento de conflicto armado con
Colombia, con el obvio apoyo interno de unas FARC que necesitan
reafirmarse después de tantas caídas en serie, como en un enfrentamiento
fratricida entre los propios ciudadanos venezolanos.
Mientras tanto, la oposición
política continúa dormida, sólo pensando en las candidaturas a alcaldías y
gobernaciones para las próximas elecciones, por lo cual cualquier acción a tomar
parece quedar en las exclusivas manos de los estudiantes que marcaron el camino
antes del referéndum del 2 de diciembre último y en las del pueblo venezolano
que los siguió.
Carlos Machado
(*) El grupo Egmont, creado en junio de 1995, es un organismo que agrupa Unidades de Inteligencia Financiera, con el objetivo común de fomentar la creación de dichas Unidades, así como la cooperación y el intercambio de información financiera entre ellas.