Origen: Estados Unidos
Director: Paul Thomas Anderson
Actores: Daniel Day –Lewis (protagonista principal)- Paul
Dano- Paul F. Tompkins – Kevin J O´ Connor.
Género: Drama
Pocas veces, la pantalla grande,
ha mostrado el tándem: progreso social-poder económico, con tanto rigor, desnudándolo en toda su
extensión. La Historia: un magnate del petróleo americano —un
adelantado en la conquista del crudo— llamado Plainview, situado a fines del siglo XIX y
principios del XX. El pragmático empresario, que monta un escenario de
intrigas, dinero, explotación, poder y muerte.
El gran esquivo es el amor. Sólo pinceladas de
este noble sentimiento, aparece cuando junto a su hijo (léase su hijastro, ya que lo
adoptó cuando su padre biológico murió, buscando petróleo también)
conviven los primeros años de la explotación del oro negro en la inmensa finca, que
habían adquirido para tal fin.
El magnate —interpretado
magistralmente por el actor Daniel Day-Lewis, cuyo “protagónico” le valiera la estatuilla del Oscar
recientemente— no escatimará recursos dramáticos-escénicos para obtener una atmósfera
enriquecida ad eternum.
Pero convive con grandes roces, con
los cuales tropieza, en búsqueda de sus mezquinos objetivos de acrecentar su fortuna
empresarial. Para él, la ética pública y la privada confluyen en una sola cosa: su intolerante
pragmatismo. Y comienzan los accidentes laborales en el campo de explotación. Así el
petróleo será "tinto de sangre" —obrera— que le valdrá la crítica del pueblo, al que juró traerle “el
paraíso del progreso”, el gran sueño
Americano.
La narración de los acontecimientos
encuentra cúlmenes antagónicos —soberbiamente signados por el director Paul Anderson—
detallando planos y contraplanos de profundidad intensa y dramática, con hilarantes momentos
de comicidad.
Por ejemplo, cuando tropieza en su camino con un carismático predicador
evangelista. Son estos encuentros antológicos que ameritan esta bipolaridad.
Memorables son
estos encuentros: a) En Clave Comedia: El predicador en su templo, le pide al
magnate Plainview su conversión a la fe. A cambio, éste —líder espiritual de su
pueblo— intercederá para que el empresario pueda pasar el ansiado oleoducto, por los campos
linderos, para comercializar el producto.
B) En clave dramática: agobiado
por su doble moral, el predicador asume su hipocresía ante el empresario, y se
arrepiente: confiesa que es un fraude y que le importa sólo el dinero, tanto ó más que
al
magnate.
En síntesis, comedia y drama —en contrapunto— para
coleccionar y atesorar en nuestra memoria. Instantes de gran calidad cinematográfica, nos
regala este gran actor, ya de culto por cierto, Daniel Day Lewis. De personalidad
sobria, clásica y de perfil subsumido, incluso, para alzar bien alta la
estatuilla del Oscar.
Gustavo Contarelli
Periodista.
Estudió Crítica y Lenguaje Cinematográfico en el Instituto Superior del Cine CEFOPRO-INCAA
Puntaje del film: 5, puntaje actor protagónico: 5
Referencias: 5 excelente/imperdible
4 buena
3 correcta
2 regular
1 mala/pésima