El viernes 14 de marzo, el sitio
Argenlibre había convocado a un cacerolazo en repudio al estado de
inseguridad que se vive en la Argentina, frente a Casa de Gobierno. La
convocatoria era para las 19 hrs, coincidiendo peligrosamente con un acto
organizado por el teleenvagelista Luis Palau, en la zona del Obelisco. Por
consiguiente, la concurrencia al primero de estos sería seriamente mermada.
La fotografía de abajo, lo ilustra a las claras:
Este era el panorama desolador que ofrecía
la Plaza de Mayo, pasadas las 19:30 hrs, en el mismo sitio donde en la noche del
19 de diciembre estallaba la indignación popular traducida en cacerolas. Por
lo visto, aún no existe el miedo suficiente de ser asaltado o asesinado, para
que el grueso de la población manifieste en forma estentórea su repudio a este
estado de cosas.
Sin embargo, al día siguiente, la realidad en forma de locura
colectiva apareció de súbito para sacudir la modorra del sábado a la tarde:
Como bien lo muestra la imagen de TV de
C5N, unos individuos atacaron a balazos a unos hinchas de Vélez que se
aprestaban a dirigirse al Nuevo Gasómetro a ver a su equipo que se enfrentaba a
San Lorenzo. Mataron a mansalva a Emanuel Álvarez, de 21 años, cuando las
manecillas del reloj marcaban poco más de las 16 hrs. El crimen provocó la
subsiguiente reacción de la parcialidad del Fortín de Liniers, lo que motivó que
el partido se suspendiera. Pero el resto de la fecha siguió, como si nada
hubiera sucedido, fiel al “todo pasa” del supremo ferretero de Sarandí Don Julio
Grondona.
Que sigan los éxitos.
Fernando Paolella