Actualmente asistimos al extraño suicidio político causado por las elites alemanas y europeas, apartadas de los intereses reales de sus respectivas poblaciones. Es un drama que empaña seriamente el futuro del Viejo Continente.

Premonitoriamente, allá por el año 1942, el gran escritor austríaco Stefan Zweig ya hablaba en su libro titulado “El mundo del ayer” del suicidio político europeo diciendo “Nuestro sagrado hogar europeo, cuna y Partenón de la civilización occidental, ha firmado su propia sentencia con su actual estado de descomposición”. Es la misma advertencia empleada hoy en día por el famoso escritor y estadista alemán Thilo Sarrazin en sus libros, éxitos editoriales, como su famosa publicación “Deutschland schafft sich ab”, que en su traducción española sería aproximadamente “Alemania se autodestruye”, y “Die Vernunft und ihre Feinde”, “La Razón y sus Enemigos”. En su primer libro, publicado ya en el año 2010, argumentaba vehementemente que Alemania debía cerrar radicalmente sus fronteras a la masiva inmigración musulmana porque los verdaderos asilantes por razones políticas y humanitarias configuraban tan solo una ínfima minoría. Criticaba ya en esa época los enormes privilegios y gastos de la masiva inmigración que en esa época ya llegaban fácilmente a la suma de 50.000 millones de Euros provenientes de los impuestos de los ciudadanos alemanes, una suma que hoy en día seguramente se ha duplicado. Y todo esto debido a la política del “buenismo”, de la “Willkommenskultur” de la entonces Canciller Merkel, que lo utilizaba para mejorar su imagen y permanecer en el poder.

Y esta política equivocada es la que se mantiene hasta nuestros días bajo el gobierno de coalición de Olaf Scholz, cuestionado enormemente por la mayoría del pueblo alemán, con un índice de aprobación de tan sólo un 25%.

En su más reciente libro, “La razón y sus enemigos” Sarrazin critica y analiza los peligros del pensamiento político ideologizado que ha invadido no sólo a Alemania sino a gran parte de la Europa occidental. Ha tenido el coraje de decir en voz alta lo que piensa la mayoría de los alemanes, pero no se atreven de decir por el predominio de lo políticamente correcto en las esferas políticas y los grandes medios dominantes en el país. Ese es su gran mérito. Y ese ha sido el motivo que fuera expulsado del partido SPD, en el que militó durante años y que hoy en día no tolera ninguna crítica constructiva.

Por su parte el sociólogo e historiador francés Emmanuel Todd, un especialista en temas geo políticos europeos, declaró en forma lapidaria que los alemanes actualmente viven en una impresionante confusión mental y política. Para Todd la clave para evitar el suicidio político de Europa está en Alemania y en un cambio drástico de sus estructuras políticas y de su visión geopolítica para el Viejo Continente. Durante años Alemania ha sido la locomotora económica de Europa, debido en gran parte por su cercanía con Rusia que le proporcionaba energía barata para su industria floresciente. De continuar el gobierno actual, es decir la coalición de scialdemócratas, verdes y liberales, con su política anti-rusa, habiendo sepultado la Ostpolitik del canciller Willy Brand, la locomotora industrial alemana, como ya se ve actualmente, entrará en una gran recesión. Alemania tiene que dejar de ser el vasallo de la política guerrerista norteamericana y llegar a un entendimiento con Rusia y lograr el fin de la guerra de Ucrania por medio de tratativas diplomáticas, hecho que no sucede actualmente bajo el actual gobierno de coalición.

Actualmente el pueblo alemán quiere un cambio radical de su política exterior. Ya se está hablando seriamente de elecciones generales anticipadas. Y las últimas elecciones europeas y regionales en Alemania en los Estados de Turingia y Sajonia son un testimonio de ello. Allí la mayoría de los votos se llevó el nuevo partido de la AfD con un porcentaje de votación promedio de cerca del 30%. Mientras que los partidos de la coalición gobernante quedaron con resultados humillantes. En el Estado de Turingia la AfD ganó la mayoría absoluta con 32.8% de los votos, la CDU logró sólo 3.6%, el partido de los verdes quedó reducido al 3.2% y el partido SPD del canciller bajó al 6.1% . En el Estado de Sajonia casi igualó la AfD con 30.6 % a la CDU que obtuvo 31.9%. El pecado de la AfD es ser el único partido de oposición que crece y crece, y por ello ha sido denostado injustamente como un partido de ultra derecha con reminiscencias nazistas. Y el gobierno y la prensa están llevando a cabo una política verdaderamente anti-democrática, casi fascista creando lo que llaman un “cordón sanitario” para evitar que este partido pueda moverse libremente sin ser perseguido por autoridades judiciales y vilipendiados por la gran prensa alemana.

En vista de esta situación dramática que vive el país consideramos que el pueblo alemán puede aún sobreponerse a este suicidio, antes de que sea demasiado tarde. Lo ha demostrado a lo largo de su más que accidentada historia y para ello tendrá que luchar por concretar estos cambios, o por lo menos algunos de ellos, y vemos ya ahora que el clima se ha vuelto favorable para estos cambios radicales. Aquí algunos puntos fundamentales a considerar:

1. Llamar a elecciones generales anticipadas

2. Cerrar las fronteras para los inmigrantes ilegales y expulsar sin perdida de tiempo aquellos que hayan cometido delitos

3. Acabar con el fallido multiculturalismo, impuesto por Angela Merkel, y su buenismo y “Willkommenskultur”, que trajo como consecuencia una masiva inmigración musulmana que de acuerdo a las estadísticas ya en unos 20 años podría representar la mayoría de la población alemana.

4. Reestructurar a fondo la economía y la industria alemana que está cayendo a pedazos aunque todavía sigue siendo la locomotora de Europa.

5. Terminar con el irresponsable plan económico de los verdes, cuyo partido ha recibido una paliza en las últimas elecciones europeas y regionales alemanas. Es esencial que se reabran nuevamente las centrales nucleares alemanas de alta tecnología, que se utilice de nuevo el carbón con tecnologías de punta y que se reconstruya el gasoducto entre Rusia y Alemania de Norte, un proyecto compartido por Rusia, Alemania y otros países europeas, destruido evidentemente por un atentado terrorista norteamericano, con el propósito geopolítico de no sólo debilitar la economía rusa sino también la europea, sobre todo la alemana, evitando así que Europa sea nuevamente una potencia mundial. La Justicia y la prensa alemana deberían investigar a fondo si el canciller Scholz tenía conocimiento o no del acto terrorista norteamericano, denunciado desde un principio por el gran periodista norteamericana Seymour Hersch.

6. Intentar por medios de diálogos acabar con la guerra en Ucrania, que es una guerra que no sirve a Europa, es una guerra por el poder de las grandes potencias.

7. A la gran prensa alemana, a los canales de televisión para-estatales como la ARD y la ZDF, y a muchos periodistas de la prensa escrita, les cabe una gran parte de la culpa de esta catástrofe que asola el país, por no haber informado a la población correctamente. Se han transformado en meros portavoces del gobierno de turno, sin hacer la más mínima crítica a su política, excluyendo de sus espacios al partido más fuerte de la oposición, la AfD, por considerarlo de extrema derecha.

Tremenda labor deberá encarar Alemania en los próximos años para corregir por lo menos algunos de los puntos anteriormente mencionados para frenar la extinción del país tal como lo conocemos. Las condiciones últimamente estarían dadas, porque estamos presenciando un despertar del pueblo alemán, después de haber estado anestesiado durante años por gobiernos y una prensa que muchas veces les mintió deliberadamente.