No exageraba Christian Sanz, director de
este periódico, cuando afirmó que Hebe de Bonafini había enloquecido. Su
brillante análisis se quedó corto frente a lo sucedido en las últimas horas,
cuando la Asociación Madres de Plaza de Mayo reclamó ante la
Inspección General de Justicia que se retire la personería a la Sociedad
Rural y a Confederaciones Rurales "por atentar contra la comunidad y
la Constitución Nacional".
La presentación fue realizada por la mencionada Bonafini poco
después de que ella misma pidiera la captura de los ocho ruralistas detenidos en
San Pedro por cortar rutas y por su supuesta participación en incendios
forestales.
Alegó que el accionar de ambas instituciones causa "un
grave daño a la comunidad y los principios constitucionales de los ciudadanos al
lesionar los principios de 'afianzar la justicia', el respeto y el
reconocimiento de los derechos esenciales de los ciudadanos", en particular.
Asimismo, agregó: "los derechos y garantías no enumerados
pero que nacen de la soberanía del pueblo y de la forma republicana de
gobierno". "Las asociaciones civiles y las fundaciones, además del cumplimiento
de los fines estatutarios que propugnan, deben procurar no sólo un fin lícito,
sino la defensa de los derechos y garantías de todos los ciudadanos".
Según indicó Bonafini, en el conflicto con el Gobierno, estas
entidades "utilizan su estructura legal para accionar contra el propio Estado
que las reconoce, lesionando los intereses de toda la comunidad".
"Desabastecimiento, pérdida de alimentos y fuentes de
trabajo, son sólo algunos ejemplos, todo ello justificado bajo la pretensión de
un mayor lucro y apartándose del fin social que justifica la existencia de toda
asociación o fundación y su reconocimiento estatal", enfatizó.
Por todo ello, pidió "la cancelación y retiro de las
personerías jurídicas" de esas entidades, "en tanto sus conductas resultan
violatorias de su régimen legal y estatutario, del interés social y comunitario
que justifica su reconocimiento por parte del Estado".
Semejante actitud podía esperarse de cualquier personaje
obsecuente al kirchnerismo o incluso de algún funcionario alcahuete, pero jamás
de una persona que ha sabido ser ejemplo de lucha por la igualdad y la justicia.
Ana Grillo