Aún sin cuestionar los nombramientos
efectuados que designan a personal de carrera, más que preocupante resulta la
noticia sobre los cambios de funcionarios de alto nivel en la DGI, de los que
hasta el momento, pese al tiempo transcurrido, no se han brindado mayores
detalles.
La preocupación se duplica, especialmente, si se confirma que
los relevos tienen que ver con investigaciones relacionadas con las usinas o
fábricas de facturas que se han descubierto en el caso Skanska, que ha
puesto en la mira a una de los principales empresas constructoras de la
provincia de Santa Cruz.
El tema viene desde hace un tiempo atrás como consecuencia de
las investigaciones realizadas por el juez Javier López Biscayart en la causa
penal seguida a la empresa mencionada, en la que se continúan analizando las
otras empresas que proveían las facturas apócrifas y quienes las utilizaban.
Es allí donde la investigación de la DGI gira hacia el
Sur, con una fiscalización en especial sobre uno de los principales contratistas
de obras públicas de la provincia de Santa Cruz, que finaliza con un ajuste
millonario.
Dicho ajuste precisamente se generó al impugnar facturas
procedentes de las empresas denominadas usinas o fábricas de facturas, de
empresas que no tienen actividad real sino solamente "papeles".
En ese momento es cuando comienzan presiones para que se
detenga la investigación, hecho nuevo pues históricamente los casos de
funcionarios inferiores de la DGI o Aduana a los que se les aceptaba la renuncia
era por haber "arreglado" inspecciones y no por "pretender continuarlas". La
diferencia es abismal.
Es conveniente recordar que desde 2001 hasta principios de
2008 existió una misma conducción que, con las críticas que puedan o no
realizarse, posicionó a la AFIP entre una de los más eficientes organismos de
recaudación tributaria.
La unificación de recaudación, fiscalización y verificación
de todo lo que es seguridad social, tributos aduaneros e impuesto transformó al
organismo de recaudación en uno de los pocos en el mundo con dichas facultades.
Baste tomar como ejemplo que los diversos estados de la
República Popular China que, desde hace 3 años, vienen a la AFIP a recibir
cursos de capacitación sobre sistemas de fiscalización y recaudación, para ser
adaptados y aplicados en el coloso económico asiático.
La eficiencia alcanza al trabajo de depuración de padrones y
carga de datos, que ha conformado bases que tienen una información actualizada
virtualmente al minuto de casi el total de los contribuyentes, sus actividades y
su patrimonio.
Es por eso que, cuando hace dos semanas, renunció el jefe de
la región a la cual corresponde la provincia de Santa Cruz, ya se presagiaban
tormentas y éstas finalmente llegaron, pues los funcionarios desplazados, aparte
de ser "de la casa y de carrera" habían realizado una de las mejores gestiones
en la historia del organismo, desde el punto de vista que se quiera ver.
Pero más complejo el futuro resulta si se observa que el
salvataje irregular de un contribuyente cercano al poder de turno genera la
pérdida de seriedad de uno de los organismos que creció bien en los últimos
años, con duras depuraciones internas y con controles que han transformado las
fiscalizaciones en simples revisiones y con un confronte de la información del
inspector con la que aporta el contribuyente, logrando avanzar en una
transparencia inimaginable en su historia.
En otras palabras, se trataría de otro INDEC pero esta vez en
un organismo que es socio permanente en las ganancias de la comunidad y no en
las pérdidas.
Lo realizado implica un atraso enorme en la credibilidad
interna y externa de los funcionarios y del organismo al que se le exigen mes a
mes mayores resultados.
La forma utilizada no es el modo de afianzar ese
crecimiento ni el camino a la transparencia que necesita un organismo que por
tener información sensible para la ciudadanía debe ser tratado en forma
especial.
Jorge Haddad
Director del Instituto de Derecho Tributario
del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal