Hace unos días se desarrolló la tercera marcha "contra la prostitución, la droga, la trata de personas y la corrupción de menores" en el barrio de Constitución.
La misma comenzó con una concentración en la intersección de la Av. San Juan y Lima, alrededor de las 18:30 hs. y continúo su recorrido por algunas de las calles del barrio porteño de Constitución.
A la misma concurrieron diputados que acompañan la denuncia contra funcionarios policiales y de los gobiernos de la ciudad y nacional por su “pasible” inacción ante la numerosa lista de delitos que allí se comenten. Debo mencionar que, además de los delitos graves denunciados por los vecinos y organizaciones que marcharon, Constitución es la cuna de muchos negocios delictivos que se comenten con total impunidad y a la vista de todos los que por allí transitan.
Esta tercera marcha, tuvo además un condimento mediático extra, la presencia de la actriz Soledad Silveyra, quien acompaño el recorrido de la multitudinaria marcha que hizo oír a su paso despertando el interés de muchos vecinos que desde sus ventanas, terrazas y balcones presenciaban el paso de la misma.
Nada cambia
La corrupción y la impunidad son un tema que viene ocupando los medios desde el año 1997 cuando el entonces fiscal Dr. Pablo Jorge Lanusse llegaba a la justicia de instrucción con un sabor a derrota luego a alejarse del fuero federal en la causa conocida como “la mafia del oro”. Así fue como intentó luchar contra una nueva mafia, la mafia policial-judicial-política que está presente en Constitución y los barrios periféricos.
Tan grande fue el impacto que la investigación causó, que como era de esperar comenzaron a operar en contra de la elevación a juicio de la causa y a boicotear a todos aquellos que buscaran la verdad: aunque nunca se reconoció oficialmente, la investigación generó una feroz interna policial y más que una “purga” hubo todo tipo de acciones, tema del que nos ocuparemos ampliamente en otra oportunidad.
Se realizaron allanamientos y clausuras, pero pasado el tiempo todo fue volviendo a ser más de lo mismo, y peor. Hoy el barrio ha sido “copado” por personajes que no tienen medio de vida conocido, que actúan con total impunidad y libertad a la vista de todos, menos de las autoridades que ingenuamente parecen desconocer lo que allí pasa.
Malestar oficial
La marcha no ha sido una real molestia para las autoridades mientras se circunscribiera sólo contra la prostitución, la droga y todo lo que se pueda mencionar de forma genérica; pero todo cambió cuando se comenzó a señalar con nombre y apellido a funcionarios, y más aún cuando se los denunció en la Justicia.
Si bien nadie espera una sentencia contra el Jefe de la Policía Federal Argentina o el ministro de Justicia, Aníbal Fernández —no porque no la merezcan, sino por las chicanas judiciales que siempre facilitan la absolución de los corruptos—, el hecho de estar mencionados en una causa judicial no es el del agrado de nadie, menos aún de un funcionario.
Tal vez por ese motivo la marcha tuvo otro ingrediente distinto al anterior, una mayor presencia policial que interfirió el recorrido y la infiltración de distintos “personajes” que se dedicaron a fotografiar a los concurrentes, sin discriminar si estos eran ciudadanos, periodistas o curiosos.
En mi caso particular me encontraba trabajando y cubriendo una marcha que, debo reconocer, es preferible a la de muchos de los “convocados” por el gobierno que a su paso golpean, insultan y destruyen sin que la policía actúe, no muy lejos de la memoria de todos están las vandálicas marchas a Plaza de Mayo por parte de los que decían “defender” al gobierno.
Por eso me resultó desagradable, provocativo y hasta de dudosa legalidad, que la policía cortara la calle San José en su totalidad para impedir el paso de la marcha. Incongruente acción, si recordamos que el propio Aníbal Fernández apoyaba la idea de que cortar calles o rutas constituye un delito y de hecho fue el impulsor de presionar a los jueces y fiscales para que actúen en consecuencia. El corte hecho por la policía no obedecía a ninguna de las excepciones para hacerlo, seguridad o emergencia. Sería interesante que algún funcionario judicial o legislativo pida las explicaciones pertinentes por este acto policial.
Párrafo aparte merece la conducta de un sargento de los efectivos equipados para la represión que se dedicó a intimidar a la gente que se acercaba al cordón policial. De hecho, al intentar retratar su conducta se acercó con empujones a mi persona diciéndome que me retire o me iba a golpear, un verdadero payaso con mayúsculas que luego al querer tapar su identificación dejó al descubierto su apellido. (Ver anexo)
Este tipo de personal policial sigue demostrando la falta de exámenes psicológicos constantes a sus efectivos, ya que no se justifica una conducta agresiva si no hay provocación, después de todo nadie lo obligó a ser policía y debería estar contento de tener un trabajo donde no importa si sus estudios son básicos, si no tiene buen trato con la gente, o si pronuncia correctamente las palabras. Sólo importa que sepa decir “sí, señor”.
Marcelo Hawrylciw
Editor El Sindical
ANEXO: No sirven ni para espiar
La crisis a hecho mella al parecer hasta en los “servicios”, falta creatividad para infiltrar a la gente, y la marcha de ayer contó con varios “personajes” tomando fotografías, filmando y pasando información del desarrollo de la marcha.
No hay nada más molesto que un tipo se empeña en tomarte varias fotografías, por eso a los muchachos les voy a realizar una devolución de gentilezas.
Son tan precarios, que ya ni cuidan los detalles que revelan su verdadera condición, otros tienen una habilidad que a veces funciona y otras no, como es el caso del auxiliar de Inteligencia identificado en la marcha que se expuso más de lo debido sin un argumento que sea convincente.
Espero que salga desmentir su verdadera actividad y presencia en el lugar, así comparamos algunos datos, aunque no es la primera vez que una de sus operaciones queda descubierta.
Nunca entendí, la idea de gastar más en investigar a los denunciantes que en hacerlo con los delincuentes.
La mejor frase escuchada en la marcha de ayer fue sin dudas “yo soy un vecino de Chile al 1200, y ojo que para sacar fotos en la vía pública no tengo que pedirle permiso a nadie, te lo digo por si no sabes”, pronunciada por el sorprendido auxiliar F. (ya que no me consta que se llame o no Facciotti) ante la pregunta de gente de prensa de la ONG Alameda respecto a su presencia en el lugar.
Conclusión
La tercera marcha ha dejado una impresión que persistirá en los funcionarios, la presencia de Soledad Silveyra, no es un dato menor y si bien no asegura nada, es una presencia más, comprometida y valiente, desde este medio va nuestro reconocimiento hacia ella, máxime si tenemos en cuenta su vinculación con un medio con fuertes lazos con el gobierno nacional.
La gente se manifestó, y esto es excelente, muchos aún no participan por miedo, por considerar que nada cambia y porque desde las autoridades policiales se intenta demostrar eso, como es el caso del colegio religioso ubicado en Constitución y Solís, donde a pesar de la prohibición a que existan ofertas sexuales en las puertas y alrededores de establecimientos escolares, a diario se ven y a cualquier hora a mujeres y travestis ejerciendo la prostitución, curiosamente a metros de allí se encuentra la Comisaría 18ª, que parece no ver a los trabajadores sexuales cuando sus móviles pasan por allí.
Muy reprochable la actitud policial en este caso, mala organización, malestar en los cuadros inferiores, provocación y violencia innecesaria, hasta pude fotografiar a un policía en moto pateando la baliza de un vehículo descompuesto porque le molestaba en su paso, algo insólito si tenemos en cuenta que no colocar la baliza constituye una infracción de tránsito.
Sin dudas que el Comisario General Valleca no debe sentirse a gusto con ser relacionado con todo lo que ocurre en Constitución, pero le guste o no es su responsabilidad, y con policías como los de ayer, de seguro que su imagen sigue en caída.