“Sobre el tema de los ‘recorridos de
lectura’ se han realizado muchos estudios, sobre todo en publicidad. Uno
de los sistemas utilizados permite fijar en una imagen lo primero que mira la
persona; de esta manera es posible ubicar cuál es, en una página, el lugar
privilegiado por la atención del lector”.
Ricardo Kirchbaum (Editor General de diario Clarín)
en “Jornadas sobre Periodismo y Etica de diario La Nación”.
[la negrita no pertenece al texto original]
El 12 de noviembre, el diario que funda el socialista
independiente Roberto Noble, sorprende con una investigación sobre la reventa de
entradas para la Copa Davis.
En tapa, con una imagen de gran impacto visual, se observa a
una mujer que expone un abono para la final de dicha Copa, en Mar del Plata. El
epígrafe de la foto versa sobre la venta y reventa de entradas.
“Davis: unos compran, otros revenden. Claudia Rojas muestra su abono para la final. Fue la primera en adquirirlo en
Mar del Plata. A diferencia de ella, muchos hicieron la cola por un negocio
redondo: revender a más de 4.000 pesos lo que pagaron $ 960”.
En la página 45, a la gran foto, se suma un gran título que juega con un lector
cómplice: “no Copa”, una situación que no es correcta, que no está bien.
En la bajada, se contextualiza y completa el titulado, y finaliza con el texto:
“Un bochorno”. [la negrita no pertenece al texto original]
A la derecha de la foto, el periodista Miguel Angel Bertolotto da su “punto de
vista”. Con el título “Vergüenza ajena” cuenta la historia de una mujer, que se
sienta ante su PC a las 8:58 —sí, a esa hora exacta— a la espera de las 9:00,
hora en que la empresa que comercializa las entradas por la web, inicie la
venta. Después de 50 intentos —ni uno más ni uno menos— a las 10:50 —ni un
segundo más ni uno menos— logra ingresar al sitio, pero sólo quedan localidades
de 3.840 pesos.
Agrega el autor de la columna: “Se sintió burlada. Y se rindió. Ella, una
argentina como tantas, adoradora del tenis, sintió vergüenza ajena. Ella, una
argentina como tantas, insultará los avisos de la reventa y verá la final por
televisión. Ella, a lo lejos, igual gritará por Argentina”.
En la página siguiente, Clarín continúa la investigación:
“Tenis. El negocio de los inescrupulosos incluyó el pago de
70 pesos a jóvenes para hacer la cola. La reventa, ese papelón que mancha la final de la Davis.
'No le podemos hacer una radiografía a cada persona', dijo Arturo Grimaldi, vice
de la AAT.
Por: Marcelo Maller.
Fuente: Mar del Plata. Enviado especial.
Sentado espero. En el patinódromo del
polideportivo marplatense hubo largas filas desde la noche del lunes. Ocupar un
lugar tuvo su precio.
La primera. Claudia Rojas de La Matanza con el abono tan ansiado.
Custodiados. "No detectamos ninguna
reventa", dijo la Policía Federal.
Escribe el enviado especial: “La final de la Copa Davis fue una buena excusa
para que los revendedores mostraran sus garras afiladas en la única boletería
habilitada en el Patinódromo del Polideportivo Islas Malvinas (…) Y quedó
expuesta una historia de sainete. En la hilera de 150 personas hubo jovenes de
menos de 20 años(…) que cobraron hasta 140 pesos por comprar un abono. Gente que
pagó hasta 500 pesos por lograr un lugar en la cola y también inescrupulosos que
armaban su negocio, vía celular, pegado al vallado que colocó la policía
bonaerense. ¿Cómo fue el sistema utilizado por los ventajeros? Les pagaron desde
70 pesos a jóvenes y mujeres para que estuvieran en la fila durante más de un
día. Luego, al obtener las entradas, las pondrán en venta por Internet o cerca
del estadio el viernes 21 cuando comience la serie. ¿Es un prejuicio
periodístico? No, porque si bien nadie revendió las entradas aquí mismo, hubo
varios detalles que conducen a reconocer a estos estafadores. Clarín divisó
fuera del cercado, a un hombre que también revendió entradas en el Parque Roca
para Argentina-Rusia (…) Manolita, de 73 años, llegó al mediodía con su esposo
Alberto; un hombre a quien no le alcanzaba la plata para comprar un abono,
porque ya se habían vendido los más ‘baratos’ de 960 pesos, les dio su número a
cambio de cien pesos. ‘Esto es una mafia, es una vergüenza y un atropello a las
personas’, decía, mientras soñaba con comprar un abono para su yerno.
A medida que se agotaban los tickets de menor valor, algunos decidieron llevarse
un solo abono en vez de los dos que se asignaba a cada persona. Y otros se
decidían a comprar en conjunto para luego poder negociarlo por más dinero. (…)
‘Tomamos las medidas y todos los recaudos para evitarlo, pero no le podemos
hacer una radiografía a cada persona’, respondió sobre el tema central Arturo
Grimaldi, vicepresidente la Asociación Argentina de Tenis (AAT). Mientras, vía
Ticketek, se vendían por teléfono los 3 mil abonos anunciados por la Asociación.
Mañana, según le comentó el mismo Grimaldi a este medio ‘es posible que pongamos
en venta 500 entradas que no compraron los jugadores y socios de la AAT. Y Mar
del Plata tendrá prioridad’. Luego de una fuerte lluvia vespertina, se
liquidaron los últimos abonos de 3.840 pesos. Todavía había claridad en la
ciudad. La que faltó en todos los aspectos, desde el comienzo en la venta de
entradas”.
En la página 47, continúa la trama detectivesca:
Realmente, el informe es correcto, cuasi impecable.
Los colegas hacen lo que pueden: informan cuando los dejan. Es decir, cuando no
perjudique los intereses de la multi-empresa.
Remarco esto porque desde hace un rato largo que solicito —desde Tribuna de
Periodistas— que realicen una buena investigación que trate sobre la directora
del “gran diario argentino”: Ernestina Laura Herrera de Noble. En defensa de los
Derechos Humanos recuerdo que es acusada de “uso de documento público falso,
sustracción, retención, ocultamiento y cambio de identidad de menores”. La causa
refiere a sus hijos adoptivos Felipe y Marcela Noble Herrera. (1)
(el lector interesado puede leer mi informe “El Poder oculto de Clarín.
Pareidolias periodísticas de un país sin memoria, publicado 13 de noviembre de
2007)
Todos sabemos que no hay libertad de prensa, sino de empresa, sólo que algunos
lo decimos y otros no.
Cuestión de estilo
El lector se preguntará ¿y la anécdota? Espéreme, ya llego.
Cito varias páginas, titulares, imágenes y escritos varios en los que se critica
la reventa de entradas. Sin embargo, en la página 47, aparece este avisito:
Con la inocencia de un estudiante de periodismo me pregunto si será un error de
“Clarín”. ¿Pero si desde la tapa acusan y critican a los revendedores?, ¿Se
olvidaron los periodistas-investigadores de llamar a este número para
denunciarlo?
Entonces, me juego la vida –dirían los relatores deportivos- y llamo al numerito
que figura en el noble avisito. Pregunto por las entradas y me responde el
vendedor que la ubicación es excelente, que lo visite, que el negocio está
ubicado en Congreso y que le quedan entradas de $ 4.000.
Luego, tomo el “Manual de estilo” de Clarín y me topo con unas palabras
emotivas de Héctor Horacio Magnetto, vicepresidente ejecutivo y director general
del medio:
“Este Manual de Estilo resume lo que es el ‘periodismo de Clarín’. Actualiza y
detalla nuestro compromiso editorial con los argentinos. Explicita de qué manera
asumimos cotidianamente la ética, el rigor profesional y la calidad
periodística”. (2)
Me asombro más al pasar a otra página, en la que Roberto Guareschi, secretario
general de redacción, dice: “Reflexionamos sobre nuestra función en la sociedad
en este momento histórico en que la libertad de prensa aún necesita ser
defendida y fortalecida. En un contexto de gran presencia social de los medios,
el objetivo era que Clarín siguiera siendo un espacio plural y eficaz donde se
manifiestan y debaten los acontecimientos y las ideas centrales de nuestra
época. El proceso incluyó un rediseño de los contenidos y, naturalmente, un
rediseño formal de todo el diario. Buscábamos el más alto rigor profesional,
ética, claridad, amenidad, utilidad y belleza”. (3)
Más adelante, en las “Bases de política editorial”, expone el “Manual”: “la
independencia económica de la empresa periodística es condición esencial para la
independencia ideológica de la información que ella publica”. (4)
El noble “Manual de Estilo” nada manifiesta sobre la publicidad. Pero, por lo
expuesto, se desprende que para el Grupo la ética no tiene nada que ver con la
publicidad.
Vergüenza ajena
Parafraseando a la lectora que figura en el informe de “Clarín”, la que intenta
comprar por Internet:
“Me siento burlado. Y no me rindo. Yo, un argentino como tantos, adorador del
buen tenis, siento vergüenza ajena. Yo, un argentino como tantos, insultaré los
avisos de la reventa y veré la final por televisión. Yo, a lo lejos, igual
gritaré por la Argentina”.
Y confiaré en la ética del “gran diario argentino”.
Pero no desespero. Recuerdo a Armando Lena, uno de los primeros administradores
de don Roberto Noble, cuando menciona por los ’50 “con los avisos clasificados
de un fin de semana pagamos los sueldos del mes”. (5)
Ahora me cierra. Independencia económica…
Néstor Genta
Citas bibliográfias y reconocimiento de fuentes:
1. Llonto Pablo. La Noble Ernestina. Astralib. 2003. Buenos Aires. p.29.
2. S/A. Manual de estilo. Clarín/Aguilar. Arte Gráfico Editorial Argentino.
1997. Buenos Aires. p.14.
3. Ibid.p.17.
4. Ibid. p.19.
5. Ramos Julio A. Los cerrojos de la prensa. Editorial Amfin. Capital
Federal.1993.p11.