El simple análisis del anuncio del paquete de medidas
lanzado por Cristina Kirchner para seguir con el “Proyecto Nacional”, dirigidas supuestamente a “mantener el nivel de producción”, por un
lado; y el nivel de consumo del mercado interno, por el otro, demuestra que este
no tiene ni pies ni cabeza.
Además de los incentivos a la producción y consumo,
Cristina ha aclarado dos puntos que son lo más importante que se ha hecho o
dicho políticamente desde el 2001 en adelante:
1- La rentabilidad de las empresas no podrá ser la misma que
hasta el comienzo de la crisis. O sea, no podrán sostener rentabilidad bajando
"costos" con despidos, por ejemplo.
2- Para acceder a cualquier beneficio del
plan, las empresas, aún PYMES, deberán acreditar que no han despedido ni
despedirán gente.
Políticamente
hablando, estos dos puntos representan, ni más ni menos, la demagogia
característica de los Kirchner, y habría que avisarles que lo primero que hay
que tratar de bajar en nuestro país es la "rentabilidad" del Estado que se da a través del
perverso sistema impositivo.
No se puede obligar a
una empresa, ya sea pequeña, median o grande, a mantener personal sin ingreso de
trabajo genuino. No existe empresario que quiera echar personal, y de la única
manera que se pueda mantener es teniendo trabajo.
Siguiendo con el
paquete de anuncios, el gobierno destinará 13.200 millones de pesos para llevar
adelante un plan de incentivo a la producción, la inversión, el trabajo, el
empleo y el consumo, para paliar los efectos de la crisis internacional. En los
13.200 millones que ofrecerá como incentivo el gobierno nacional "no están
incluidos los préstamos ya otorgados por el Banco Nación, que suman 4.500
millones de pesos, ni los 1.600 millones de pesos que lleva otorgados esa
entidad a las PYMES".
Esta medida, no escapa
a la misma corriente de incoherencia que la anterior, puesto que ningún
empresario va a tomar un crédito si no tiene ingresos; entonces, nos encontramos
frente al mismo dilema, primero hay que crear las condiciones apropiadas para
generar trabajo genuino.
Luego, para la
obtención de líneas de crédito por parte de cualquier empresa "será
imprescindible que aseguren mantener su planta de personal", ya que "nadie que
constituya en variable de ajuste a los trabajadores va a poder acceder a este
tipo de financiación". Esto es más de lo mismo.
La línea de créditos
será "con tasa testigo del 11 por ciento" para empresas, que se otorgarán con la
condición de que "se sometan al monitoreo de la marcha del plan" por parte del
Estado. Dicho esto en otras palabras, sería como venderle el alma al
diablo, puesto que no es ni más ni menos que obedecer lisa y llanamente a las
órdenes de Guillermo Moreno.
El gobierno nacional
destinará 1.250 millones de pesos a la industria, que se va a destinar a "prefinanciación
de exportaciones y capital de trabajo". Una línea de "préstamos para el consumo"
por un total de "3.500 millones de pesos, con un máximo de 5 mil pesos" por cada
beneficiario, destinado centralmente a la denominada línea blanca. Se destinarán
3.100 millones de pesos para el sector automotriz con el propósito de mantener
el nivel de actividad. Se orientarán 1.700 millones de pesos para la
prefinanciación de exportaciones y para capital de trabajo en el rubro del agro.
Se destinarán 3.000 millones de pesos para las pequeñas y medianas empresas (pymes),
dentro del plan de 13.200 millones. Se orientará un monto de "650 millones de
pesos" para la adquisición de camiones y vehículos utilitarios, para que las
medidas de promoción del crédito "alcance al sector productivo".
Todas estas medidas y
planes, que siguen el mismo criterio antes mencionado, se podrían evitar con una
sola medida, que es, sencillamente, bajar impuestos.
De esta manera, se
bajarían los costos, se reactivaría la economía y no se perderían fuentes de
trabajo.
Esto, es tan simple
que cualquier estudiante de segundo o tercer año de Economía lo sabe, pero
significaría, para el gobierno, tener que resignar puntos de la recaudación
fiscal.
Quedaría entonces
demostrado cómo se toman medidas inversas a lo que en realidad se debería hacer.
Y por último, la
frutilla del postre, tiene que ver con el sector agropecuario, donde se anunció para los
productores de cereales la reducción de las retenciones a las exportaciones de
trigo y maíz, que "llevaría la alícuota del trigo de los 28 puntos porcentuales
actuales a 23, y del maíz de los actuales 25 puntos a 20". Asimismo, se ponen en marcha
los programas "Trigo Plus" y "Maíz Plus", por los cuales se reducirá en un punto
el nivel de retenciones a las exportaciones de ambos cereales por cada millón de
toneladas de incremento de la producción, por sobre el promedio de los últimos
años.
Esta medida, de bajar
5 puntos la alícuota, no cambia en nada la situación actual en la que se
encuentra el sector agropecuario.
En cuanto a la
ganadería, se buscará alcanzar un acuerdo para que la industria frigorífica se
comprometa a comprar y engordar los terneros de los productores tamberos, para
impulsar el desarrollo del sector, o sea, nada.
Ya hemos sido testigos
de decenas de anuncios de los Kirchner, como la construcción de viviendas,
hospitales, escuelas, los créditos para compra el primer departamento, etc. y
este paquete de medidas, no es ni más ni menos que más de lo mismo, pero con un
agravante, que de querer llevarlo a cabo, es impracticable por donde se lo mire,
y por una sencilla razón, pretenden empezar de atrás para adelante, y en
economía, eso es imposible.
Esto puede ser
denominado de muchas formas, más o menos académicas. Para mí, tiene un solo
nombre: Peronismo.
Pablo Dócimo