En la Republica Argentina rigen una serie
de normas que restringen la utilización del dinero efectivo en cantidades
superiores a mil pesos. Dichas disposiciones, que aún permanecen vigentes a
pesar del reciente dictado de la Ley de Blanqueo —que al incumplir tratados
internacionales en materia de Lavado de Dinero, convierte a todo en un absurdo
jurídico que nos describe como país de cuerpo entero—, exigen la necesaria
bancarización de ciertas operaciones, y en cierto modo, a los clientes de las
entidades bancarias, a confiar en un sistema vulnerable por donde se lo mire,
más aún para los argentinos que se han visto obligados a afrontar con motivo de
la crisis del año 2001 numerosas vicisitudes desagradables cuyas consecuencias
aún arrastran.
Pues bien, en este orden de ideas, hay gente que ha
reportado a quien suscribe, haber depositado dinero en la Argentina en
instituciones de presumible prestigio, pero que en realidad carecen de seriedad.
En el caso que me toca informar, se trata del entonces Banco Río, hoy
devenido —postcrisis— en Banco Santander Río, aunque debiera ser Me
Río por lo que paso a comentar.
Curiosamente el referido Banco Santander se ha
encargado de publicitar a diestra y siniestra, ser el más grande, e inclusive ha
invertido fuertes sumas de dinero en concepto de publicidad con el afán de
demostrar lo que pregona, aunque engañando al consumidor. Veamos por qué.
¿Te conozco o no te conozco?
Los receptores de los mensajes publicitarios emitidos
conscientemente por la entidad aludida, potenciales o actuales clientes, están
persuadidos que el Banco Santander Río y el Banco Santander son lo
mismo siempre, ya que usan los mismos colores, la misma marca, los mismos
uniformes y la misma identidad corporativa.
Lamento desilusionar a los lectores que todavía no se han
percatado de lo que paso a relatar, que dicho Banco Santander no es el
mismo, por ejemplo, en la Republica Argentina y en el vecino país, Republica
Oriental de Uruguay.
Si bien Banco Santander en Uruguay ha comprado una red
de sucursales de otro banco para hacerlo propio, lo cierto es que las
coincidencias y características señaladas —elocuentes, por cierto— dan la
apariencia ante el cliente que viaja de la Argentina a Uruguay de tratarse de lo
mismo, y en tal sentido, para respetar las normas de lavado, en lugar de viajar
con los bolsillos llenos de dinero, que se encuentra limitado, como dijimos,
hacen depósitos en sucursales argentinas del Banco Santander Río para
extraerlo sin limitación en el Uruguay. Pero resulta que cuando llegan a Uruguay
y concurren a la entidad a extraerlo, no se les permite, ya que el Banco
Santander niega ser parte, conocer o tener algo que ver con el banco
Santander Me Río de la Republica Argentina. Tras la rotunda negativa,
sólo falta escuchar que cante el gallo…
Pero aún hay más: Los cajeros automáticos sólo entregan la
suma de dólares estadounidenses trescientos por día, o pesos uruguayos cinco mil
(que equivalen en la actualidad a los doscientos dólares estadounidenses).
Por tanto, si alguien bancarizó en la Republica Argentina una
suma importante para afrontar un pago también importante en Uruguay, no resulta
justo que no pueda hacerlo ante la confusión dolosa que le impone la entidad,
presumiblemente para incrementar sus encajes y preservarse de la crisis.
Concluyendo
En síntesis; no se sabe a ciencia cierta si esta maniobra
esta pergeñada como un corralito encubierto, ya que el cazabobos es tan
convincente que induce a obrar con inocencia, pensando que el Banco Santander
no se ríe de sus clientes.
Como si esto fuera poco, llamando a los números telefónicos
que el Banco Santander Río pone a disposición de sus clientes
(114345-2400- 115132-1200), atienden sólo maquinas, en lugar de seres humanos,
ya que acceder a un ser mortal importa consignar numerosos listados de datos
—por poco datos genéticos— que nadie tiene a disposición en un lugar de
vacaciones, menos todavía si se dispone a hacer un determinado tramite mientras
va y viene de la playa o deambula en traje de baño.
Por lo expuesto, es evidente que el Banco Santander no
cumple con sus clientes, a quienes confunde con la intención de beneficiarse de
una manera ilegitima con apariencia de lícita, para así sentirse segura ante la
crisis que azota al mundo en estos momentos.
No se deje engañar; prevea lo que esta nota informa para
evitarse dolores de cabeza. El Banco Santander Río de Buenos Aires si
bien es el mismo, pareciera no tener nada que ver con el Banco Santander de
Uruguay. Si le dicen lo contrario le mienten, y es posible que lo hagan
por intereses espurios.
Es aconsejable programar dónde poner el dinero que luego se
quiere disponer, en lugar de depositarlo en un lugar que no lo podrá tocar, a
excepción de los mínimos que le dan los cajeros automáticos. Indudablemente el
Banco Santander Río habría instaurado un nuevo y moderno corralito.
Carlos Forte
Vale destacar que la campaña global que realizó el grupo Santander en 2007, que fue cuando el Banco Rio en Argentina cambio su nombre e identidad corporativa, lo hizo a modo d eunificar "su" Grupo y su imagen. Pero en cuanto a la unidad bancaria es una falacia, se confunde unidad corporativa con unidad bancaria. Ninguno d elos Santander tiene que ver con otro. Responden a normativas instituciones y coloquiales, pero estaría d emás aclarar que cada país con su moneda y su situacion economica tendra sus condiciones sino sería un libre alberdío.