“¡Qué gran artista muere conmigo!”,
exclamó Nerón instantes antes de arrojarse sobre su espada, al escuchar los
cascos de los caballos enviados por Galba en su persecución. Quien según las
crónicas históricas incendió Roma para luego echarle el fardo quemado a los
cristianos, con el fin de erigir una demencial Nerópolis, muere convencido de
que era un gran artista, y no un déspota peligroso que había perdido todo apoyo.
Por eso, no es banal que el rabino Sergio Bergman haya
utilizado su pirómana figura como alegaría en su alocución en la marcha del
miércoles 18, al afirmar que “No hay que confundir el legado de Perón con las
locuras de Nerón; hay una Argentina que puede ser República después de Néstor “(Kirchner).
Pues, a la luz de los más recientes acontecimientos nacionales, sin temor a
equivocarse existe un gran temor generalizado causado por las próximas movidas
intempestivas del matrimonio gobernante. Cuando la capacidad de asombro del
grueso de la ciudadanía parecía estar colmada, incautación de los fondos de las
AFJP mediante, en la calurosa tarde de ayer Cristina Fernández decretó la
creación de un confiscatorio Fondo Federal Solidario, que coparticipa a las
retenciones en un porcentaje del 70% al Estado y un 30% a las provincias. Otra
vez, de un plumazo, la concepción totalitaria que impera en la mente de los
Kirchner sale a luz para paliar el marasmo fiscal, y de paso, mantener
domesticados a la caterva de gobernadores e intendentes que ya había mostrados
ánimos soliviantados.
Pero lo que no quieren tener en cuenta es que el descontento
social está aumentado progresivamente hasta constituirse en un peligroso
espiral, mucho peor que el de hace un año atrás. Y no sólo demuestra su ira la
gente común, sino también en las filas uniformadas de la Bonaerense y la Federal
la cosa también está poniéndose bastante álgida. Y no sólo por la falta de
equipamiento adecuado, sino también por la seguidilla de muertos entre sus
filas, unido a la falta de respuestas a sus reclamos por parte de sus
respectivas jefaturas, fuertemente ligadas con el poder político de turno.
Mientras que en La Plata los efectivos de la Bonaerense participan de marchas y
reclamos a viva voz sin el temor reverencial por las seguras sanciones
disciplinarias, en su homóloga Federal varios de sus integrantes se sienten
hastiados y dolidos al comprobar que mientras juegan la vida, sus superiores la
pasan mucho mejor y se llevan la porción más grande siempre.
La peligrosa ilusión de junio
Justo hace una semana, cuando se hizo el anuncio del
adelantamiento eleccionario al 28 de junio, desde estas páginas se advertía que
semejante disparate sólo tenía una razón de peso, que era la imposibilidad de
arribar a la fecha inicial de octubre, debido al empeoramiento de la crisis
antes negada de plano por los K.
Curiosamente, ese viernes 13 muchos escucharon sorprendidos
que el motivo principal de dicho artilugio era precisamente los efectos no
deseados y los coletazos de dicho marasmo.
Y hace un par de días, el piketero Emilio Pérsico propaló
en el éter la temida posibilidad de que si el matrimonio que nos maltrata desde
arriba sale perdedor ese domingo, se alejarán irremisiblemente del poder
dejándoselo a “Cobos y Clarín”. De más está decir que las recurrentes
desmentidas oficiales para nada obturaron la sensación de espanto consiguiente,
sobre todo cuando diversas fuentes pudieron constatar que dicha apocalíptica
alternativa fue resuelta hace 20 días atrás en la intimidad del bunker de
Olivos. Así constata el matutino La Nación en su edición del pasado jueves 19,
trayendo a la memoria aquella ocasión en la cual un Néstor fuera de sí había
ordenado a su esposa que renunciara, luego del voto no positivo del
vicepresidente Julio Cobos.
Unido a esta incertidumbre, se debe aglutinar el descontento
social que sin exagerar es casi tan candente y explosivo como aquel que desató
la ira de diciembre del 2001. Pues sin tocar directamente el bolsillo de los
ciudadanos, ya no es fútil afirmar que a los Kirchner no los detiene nada ni
nadie cuando tienen en la cabeza el monotema, hacer caja cueste lo que cueste y
reviente quien reviente. Estaba más que claro que luego del megacurro de
los fondos de pensión iban por más, pero no se sabía a ciencia cierta dónde
estaba dirigida su codicia. Y ayer por la tarde definitivamente se supo,
arrojando napalm al incendio agropecuario buscando la exterminación total de los
pequeños y medianos productores para el regodeo sempiterno de las grandes
corporaciones agropecuarias multinacionales.
Como evidenció la nutrida concurrencia a las marchas del
miércoles 18 en todo el país, gran parte de la ciudadanía ha caído en la cuenta
de que se moviliza en defensa propia, ahora no detrás de tal o cual figura o
pancarta, y seguramente hará lo mismo cuando deba emitir su sufragio. Pues no se
trata de cumplir sólo con un acto meramente comicial, porque en juego está más
que nada la integridad de la Nación frente al caos multiforme provocado por un
gobierno que a todas luces parece haber perdido la sensatez, embretado en
continuar celebrándose a sí mismo.
Fernando Paolella