Algunos aportes teóricos a la confusión
general vernácula, o tomen los libros que no muerden. No es la primera vez que
escribo sobre la discriminación (Ver: La conquista de América: otras
historias ¿festejando? el día de la raza; Mauricio y los innombrables, mi
pasado me condena, etc).
Sería imposible que un medio responsable como Tribuna de
periodistas trate asuntos tan delicados sin recurrir a los aportes de la
ciencia.
Entiendo que no se puede hablar de lo que se desconoce. Una
palabra, más aún si es técnica, posee significación cuando un intérprete social
puede establecer la relación que existe entre ella y el objeto al cual remite.
El ciudadano medio sabe: ¿Qué es discriminación?, ¿Qué es
raza?; ¿Qué significa xenofobia? Me parece que no se puede partir en asuntos
tan precisos sin un “abc” que trate conceptos tan elementales.
Tal vez, si partimos de la Antropología, ayudamos a perder el
temor a disciplinas que deberían explicarse desde los primeros escalones
cognitivos en pos de un pensamiento crítico y liberador.
Lo mío es mío y lo tuyo, también es mío
La Antropología toma autonomía a fines del siglo XIX y su
objeto se acentúa a partir de que algunas grandes metrópolis europeas dividen el
mundo entre países poderosos (polo hegemónico explotador o colonialista) y
países colonizados (polo periférico, explotado o colonia).
El mundo colonial se consolida definitivamente en 1885 cuando
en el Congreso de Berlín las potencian europeas deciden apropiarse de los
países más débiles.
El ideólogo imperialista Cecil Rhodes sostiene, sin tapujos,
que para evitar una guerra civil en el Reino Unido se deben “adquirir” nuevos
territorios para ubicar a la población sobrante y crear nuevos mercados para los
bienes elaborados en fábricas y minas.
El “disfraz moral” se presenta de forma simple y
estereotipada: “nosotros” los “superiores” y “civilizados” ayudaremos a los
“otros”, “inferiores” y “primitivos”.
Un intelectual como Rudyard Kipling, en 1899, toma como
propio este discurso y lo hace “acto de habla” en un poema:
“Asumid la carga del hombre blanco / enviad los mejores de
vuestros hijos/ condenad vuestros hijos al exilio / para que sirvan a vuestros
cautivos, / para que vigilen, enjaezados / a pueblos agitados y salvajes. /
Pueblos casi indómitos, impacientes, mitad demonios y mitad niños”.
Esta repartición del mundo se patentiza en las ciencias
sociales: la Antropología se ocupa de las colonias, de las sociedades no
occidentales, del “otro”. Mientras que la Sociología, de las metrópolis,
de las sociedades occidentales y de “nosotros”.
Una interesante aplicación de “los otros” se recrea en la
exitosa serie “Lost”.
También, en la magnífica historieta “El eternauta”, de Héctor G. Oesterheld y Solano López, se menciona a los “otros” pero se los llama “ellos”. Hay un enfrentamiento entre el personaje central Juan Salvo y los “ellos”.
En el caso que trato, el diario deportivo
OLE encuentra su otro negativo en el Club Atlético River Plate; incluso podría
llamarlo “otro interno”, ya que crean un “otro externo” que se refleja en países
como: Paraguay, Uruguay y un clásico: Brasil.
Es evidente que los incorpora con sentido estratégico de
venta. Pese a lo expuesto, hay varias tapas en las que no se cae en un “otro
despectivo”, pero en esta investigación selecciono las que considero
paradigmas de discriminación y violencia simbólica.
Para entender bien la función de organismos como el INADI, es
importante definir algunos conceptos que hacen a su accionar; como por ejemplo:
etnocentrismo, xenofobia, relativismo cultural, raza, racismo y prejuicio
racial.
El etnocentrismo consiste en la valoración positiva del
“nosotros” en desmedro de los “otros”. Juzga “normal” todo lo que produce su
cultura y la usa para juzgar a los otros grupos. Si bien es universal, se
profundiza más en algunas sociedades.
Tal vez, suenen familiares los siguientes “discursos
argentinos”: “no hay país como la Argentina”; tenemos: “las mujeres más lindas”,
“los cuatro climas”; “la mejor carne”; inventamos: la birome, el dulce de leche,
el colectivo; “Maradona es el mejor jugador del mundo”; “Gardel canta cada día
mejor”. Además, por buena suerte: “Dios es argentino”. Entonces, ¿Por qué
estamos como estamos? En muchas de sus tapas, OLE apela a Dios, a la Virgen
y a lo místico.
Se podría enunciar que el etnocentrismo se “hereda” en el
proceso de socialización. El niño absorbe, mama las normas y valores que le
entrega la sociedad en la que se educa.
El etnocentrismo sirve ideológicamente para justificar
situaciones de dominio y explotación. Es una especie de “demonio”, “diablo”,
que se hace carne en los genocidios y en la eliminación del diferente.
Se cuenta que al establecerse un convenio de intercambio
cultural entre la República Democrática Popular de Bulgaria y la República de
Ghana, se establece la visita de sus respectivos cuerpos de baile tradicionales.
El ballet africano tiene una escena con bailarinas con los pechos desnudos, por
lo que la diplomacia búlgara les solicita que se cubran para respetar las
costumbres del país. Les responden que no hay inconvenientes, en tanto y en
cuanto las bailarinas búlgaras, al visitar África, desnuden su torso con el
mismo propósito: respetar las costumbres del país anfitrión. 9
La idea misma del “descubrimiento” de América o del “nuevo
mundo” conllevan una carga valorativa etnocéntrica. Perrot y Preiswer dicen
que estos conceptos “en encierra[n] una idea implícita, según la cual el mundo
comienza a vivir, y una idea explícita, según la cual el mundo no deviene en
objeto de historia, sino con la entrada de los europeos”. 10
El etnocentrismo está finamente ligado a la
xenofobia, que es el temor o rechazo hacia lo diferente, lo extraño, lo
extranjero, lo desconocido.
Otra anécdota me permitirá adentrarme al relativismo
cultural. Parafraseo el diálogo que mantiene, en Colombia, la investigadora
Virginia Gutiérrez de Pineda con una “india” de la Península Guajira. La mujer
local le comenta que la costumbre del lugar es comprar a la futura esposa con
dinero y ganado. Le dijo cuánto habían pagado por ella. La estudiosa se muestra
indignada ante tal “manipulación”. Por su lado, le pregunta la colombiana cuánto
ha pagado su marido por ella. Con aires de autosuficiencia responde: “Nada”.
Asombrada la “india” remata:
“¡Oh, qué cosa tan horrible!, ¿Con que su marido no dio
siquiera una simple vaca por usted? ¡No es posible que usted no valga nada”.
Concluye Gutiérrez de Pineda: “Y me perdió el respeto; no quiso volver a tratar
conmigo porque nadie había dado por mí”. 11
Los defensores del relativismo consideran que cada cultura
es única y total, y solo debe ser examinada y juzgada en términos de sí misma.
Creen que el observador no es inocente y puede ser influido por sus preconceptos
culturales. Contrario sensu, los comparativistas sostienen que el
objeto de estudio debe quitarse de su entorno cultural para que pueda ser
comparado con los de otro contexto cultural. A la fecha, no hay una
respuesta concreta. ¿Debemos respetar al nazismo porque tienen una
cosmovisión particular? Y en la Argentina, el llamado Proceso de Reconstrucción
Nacional debe aceptarse porque tiene como cuna nuestra formación cultural?
Es evidente que debe haber algún acuerdo ético desde el cual
partir.
Tomemos un ejemplo: “En una sesión de macumba o candomblé
(cultos afro-brasileños) o de vudú (culto afro-haitiano), al entrar en trance
los participantes, un creyente de esos cultos, por ejemplo, jurará que han sido
poseídos por las divinidades que vienen a comunicarse con los hombres; un
pragmático pensará que ‘son cosas de ignorantes o supersticiosos’; una persona
más sensible probablemente quede muy impactada y se replantee luego lo que
considera ‘su realidad’; un fanático de otro culto religioso quizá vea ‘la cola
del diablo’ detrás de todo, mientras que más de un psicólogo presente dará por
descartado que se trata de histeria colectiva, etc. Un mismo hecho es así
interpretado de distinta manera según el particular cuerpo de conocimientos con
que cada uno lo relaciona. El hecho en sí no desmentirá ninguna de las
interpretaciones. Para el pragmático es ‘cierto’ que esos hombres son
‘ignorantes’ porque no participan de ‘su’ mundo que para él es el ‘serio’ y
‘culto’, y además porque los otros otorgan importancia a cosas que para él no la
tienen.
El fanático relacionará este tipo de comportamiento ‘sensual’
y ‘desenfrenado’ con manifestaciones maléficas o diabólicas. El creyente de
alguno de los cultos afro-brasileños ‘sabe’ que en ese lugar, dicho
comportamiento sólo puede indicar la presencia de ‘orixá’. El psicólogo no podrá
diagnosticar sino en base a los síntomas observables que se le presentan. Quizá
la conducta más loable sea la del hombre sensible, que aprovechará ese encuentro
con un mundo distinto para replantearse el suyo cotejando lo propio con lo de
otros hombres como él”. 12
Asimismo, intento demostrar la difícil salida epistemológica
del relativismo como tesis ideológica:
“Los Méxicas o Aztecas, creadores de una de las más
sofisticadas civilizaciones mesoamericanas (…) y generalmente conocidos más por
su ‘sangrienta religión’, creían fervorosamente que con la sangre de los
voluntarios conciudadanos o campesinos que se ofrecían para los sacrificios, de
los amigos vencidos en los ‘juegos florales’ inter-tribales efectuados ex
profeso, o de los enemigos lealmente vencidos en las guerras, mantenían la
presencia del Sol en su diaria reaparición, terrible y dura obligación que ellos
habían asumido en nombre y beneficio de toda la humanidad. ‘Los aztecas peleaban
para hacer prisioneros; los europeos peleaban para matar, bautizando tan sólo a
los supervivientes. La diferencia esencial entre las motivaciones religiosas
para hacer la guerra entre los <primitivos> y los <civilizados>, es que los
primeros hacen la guerra para obtener víctimas para los sacrificios, pero nunca
tratan de imponer sus creencias a los otros mediante las guerras’ (Hoebel,
Adamnson E., 1966, p. 516). Ciertamente, los sacrificios humanos, el cazar
cabezas o el canibalismo ritual no pueden conciliarse con la ética y la
moralidad declarada de nuestras civilizaciones urbano-industriales occidentales
u occidentalizadas, pero el homicidio y la tortura en masa de cualesquiera de
nuestras guerras (…) parece ser aceptado con las debidas racionalizaciones que
lo apoyan o justifican. El cazar cabezas y otras prácticas de este tipo, entre
los llamados ‘primitivos’ reflejaban al menos motivos ‘tan nobles’ como los que
todavía justifican las antiguas Cruzadas de los cristianos, las ‘guerras santas’
del Islam y otras más moderadamente surgidas so pretexto de ‘guerras justas’, de
cualquier lado que se esgrimieran o esgriman estos justificativos” 13
Podría citar uno y otro autor y no se pondrían de acuerdo. En
cierta manera, como dice la escritora francesa Anaïs Nin: “No vemos las cosas
tal como son, sino tal como somos”. A lo que agrego, que también tenemos la
capacidad de cambiar desde nosotros mismos, desde un trabajo interior de
superación.
Con respecto a la raza, es anacrónico pensar que aún
se puede dividir a la humanidad en: australoides, negroides, mongoloides y
europoides. Desde 1981, a través del “Llamamiento de Atenas” se sabe que
la raza es una teoría pseudocientífica. Así lo establece un coloquio de
científicos de diversas disciplinas. Parece imposible, pero hoy por hoy, la
mayoría de nuestros gobernantes, ni que decir de los medios de comunicación,
ignoran la existencia de esta reunión.
Hoy, sólo la mente de algún fanático ignorante puede creer en
la existencia de una raza superior, de una raza aria, de una raza pura, de una
raza judía o simplemente de una raza. La humanidad actual pertenece a la especie
Homo Sapiens-Sapiens.
Pero ¿de dónde sale la teoría racista?
Fundamentalmente, del encuentro entre los colonizadores con
“el otro”. Posteriormente, el evolucionismo de Charles Darwin
sirve como excusa para justificar la ideología dominante de los conquistadores.
El naturalista vuelca sus estudios y descubrimientos a lo biológico, pero lo
malinterpretan y creen que deben sobrevivir los más aptos de la sociedad.
Entonces, los más fuertes se adjudicaron derechos sobre los más débiles. De
paso, se quedaron con sus tierras y riquezas. También, científicos como Thomas
Henry Huxley caen bajos las garras ideológicas del racismo al decir: "Es muy
posible que algunos negros sean mejores que algunos blancos, pero ningún ser
racional conocedor de los hechos cree que el negro medio sea igual y menos aún
superior al blanco medio...".
La teoría de la evolución da para que cualquiera opine. Por
ejemplo, el presidente Ronald Reagan dice: “(…) es una teoría científica
solamente, y en los últimos años ha sido cuestionada en el mundo de la ciencia;
es decir, la comunidad científica ya no cree que sea tan infalible como en otros
tiempos”. 14
Responde el biólogo Ernesto Carmena: “La evolución, entendida
como parentesco y transformación de los seres vivos, es considerada un hecho por
toda la comunidad científica mundial desde hace aproximadamente 125 años. Las
pruebas que presentaron Darwin y otros científicos que le siguieron resultaron
ser abrumadoras”. 15
Este tema es apasionante y da para más de un informe. Por
ahora, basta saber que “evolución es el proceso que da lugar a cambios
hereditarios en las poblaciones de seres vivos a lo largo de las generaciones”.
16
Curiosamente, Reagan no cree en la evolución porque según él
es cuestionada por científicos. Sin embargo, él y su esposa Nancy, “consultaban
a un astrólogo para temas privados y públicos, sin que los votantes tuvieran
conocimiento de ello”. 17
Debemos quedarnos tranquilos, somos seres pensantes y únicos
—por el momento— en el gran cosmos, pero a no agrandarse demasiado…sólo nos
separa del chimpancé algo menos del 3% de nuestra dotación genética. 18
Lo que sí existe y está a la orden del día es el prejuicio.
Para el antropólogo francés Roger Bastide, es “un conjunto de sentimientos,
de juicios y (…) de actitudes individuales que provocan, o al menos favorecen y
en ocasiones justifican, medidas de discriminación. Existen prejuicios de
sexo que discriminan entre el hombre y la mujer, (…) de clase, que discriminan
entre proletarios y burgueses y también (…) de raza (…) en cada caso se trata
siempre de actitudes, sentimientos y juicios que justifican o provocan fenómenos
de segregación y explotación de un grupo por otro”. 19
Carga ideológica en el diccionario: a ver si me entienden, negros… pero de
mente.
Bien lo dice la campaña del INADI: “Las palabras
discriminan”. Tan es así, que ni se puede confiar en la inocencia y
neutralidad de los diccionarios al ciento por ciento.
Desde niños visitamos el “mata-burros” para saber qué
significa tal o cual palabra. Nuestra ingenuidad es tan grande como la de los
pobres lectores que creen en la libertad de prensa.
Pero el significado denotativo, conceptual, literal o
cognoscitivo puede estar cargado de valores negativos.
Selecciono unos ejemplos sacados de la Biblioteca de Consulta Microsoft®
Encarta® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation.
Negro, gra. (Del lat. niger, nigri). adj. Se dice del
aspecto de un cuerpo cuya superficie no refleja ninguna radiación visible. (…)
6. Oscuro u oscurecido y deslucido, o que ha perdido o mudado el color
que le corresponde. Está negro el cielo. Están negras las nubes. || 7.
Clandestino, ilegal (…) 8. Dicho de ciertos ritos y actividades: Que
invocan la ayuda o la presencia del demonio o del poder maligno. Magia, misa
negra. || 9. Muy sucio. || 10. Dicho de la novela o del cine: Que se
desarrolla en un ambiente criminal y violento. || 11. De tabaco negro.
Cigarrillo negro. U. t. c. s. m. Siempre fuma negro. || 12. Sumamente triste y
melancólico. || 13. Infeliz, infausto y desventurado (…) 15. coloq. Muy
enfadado o irritado (…)19. coloq. Mala suerte. Pobre chico, tiene la negra. ||
20. Mús. Nota cuya duración es la mitad de una blanca. || negro animal. (…)
negro de la uña. m. Lo mínimo de en negro. (…) adv. coloq. Arg. Sin
regularizar, fuera de la ley (…).
Izquierdo, da. (Del eusk. ezkerra, izquierda). adj.
Dicho de una parte del cuerpo humano: Que está situada en el lado del corazón.
Mano izquierda. Ojo izquierdo (…) torcido (? que no es recto) (…) fr. coloq.
Méx. Ser homosexual. (…) por izquierda. loc. adv. Arg. Ilegalmente, sin
rectitud, con dobleces. Proceder, actuar por izquierda.
Izquierdear. (De izquierdo). intr. Apartarse de lo
que dictan la razón y el juicio. derecho, cha. (Del lat. directus, directo).
adj. Recto, igual, seguido, sin torcerse a un lado ni a otro. Esta pared no está
derecha. || 2. Justo, legítimo. || 3. Fundado, cierto, razonable (…) Facultad de
hacer o exigir todo aquello que la ley o la autoridad establece en nuestro favor
(…) derecho de deliberar (…) ~s humanos. m. pl. Especialmente en el ámbito
internacional, derechos fundamentales. || derechos reales. m. pl. derechos de
una persona sobre las cosas. || a derechas. loc. adv. Con acierto, con
destreza, con justicia (…) Hacer justicia, desagraviar (…)
Derechez. f. desus. derechura (? cualidad de derecho).
|| 2. desus. Rectitud, integridad, justificación.
¡Sí, algunas palabras discriminan! Agrego que una “mujer
pública” es una “prostituta”, mientras que un “hombre público” es un “político”.
Una “zorra” es una “prostituta” en tanto que un “zorro” es un “hombre muy
taimado y astuto”.
En tanto que en el universo musical, una nota negra dura la
mitad de una blanca.
La discriminación es tan común que hasta el presidente de de
Estados Unidos puede escapársele algún agravio, y conste que está rodeado de
asesores. El 19 de marzo de 2009, Barack Obama asiste al “Tonight Show” de Jay
Leno y hace un chiste de pésimo gusto. Describe su habilidad para jugar a los
bolos como similar a las de los participantes en las Olimpíadas Especiales.
Ya en el avión presidencial, el portavoz Bill Burton minimiza
la chanza y la considera como “una declaración fuera de lugar sobre la habilidad
del presidente para jugar a los bolos que de ningún manera busca ridiculizar a
nadie”.
Asimismo, el Presidente llama a Timothy Shriver, responsable
en Estados Unidos del “Special Olympics”, para disculparse. Shriver destaca que
“las palabras hacen daño y las palabras importan”.
¿Habrán observado Obama, Leno, Burton y Shriver en Youtube a
un querido conductor argentino?
Los invito a
www.youtube.com/watch?v=xvXxe8QyGaw
Néstor Genta
Citas bibliográficas y reconocimiento de fuentes
1.
http://www.inadi.gov.ar/inadiweb/index.php?option=com_content&view=article&id=790:el-inadi-presento-una-campana-contra-la-discriminacion-en-el-lenguaje&catid=5:gacetillas&Itemid=130
2.
http://www.inadi.gov.ar/inadiweb/index.php?option=com_content&view=article&id=790:el-inadi-presento-una-campana-contra-la-discriminacion-en-el-lenguaje&catid=5:gacetillas&Itemid=130
3.
http://www.inadi.gov.ar/inadiweb/index.php?option=com_content&view=article&id=801:el-inadi-presento-el-observatorio-de-la-discriminacion-en-el-futbol&catid=5:gacetillas&Itemid=130
4.
http://www.inadi.gov.ar/inadiweb/index.php?option=com_content&view=article&id=801:el-inadi-presento-el-observatorio-de-la-discriminacion-en-el-futbol&catid=5:gacetillas&Itemid=130
5.
http://www.inadi.gov.ar/inadiweb/index.php?option=com_content&view=article&id=801:el-inadi-presento-el-observatorio-de-la-discriminacion-en-el-futbol&catid=5:gacetillas&Itemid=130
6.
http://www.inadi.gov.ar/inadiweb/index.php?option=com_content&view=article&id=801:el-inadi-presento-el-observatorio-de-la-discriminacion-en-el-futbol&catid=5:gacetillas&Itemid=130
7.
http://www.inadi.gov.ar/inadiweb/index.php?option=com_content&view=article&id=801:el-inadi-presento-el-observatorio-de-la-discriminacion-en-el-futbol&catid=5:gacetillas&Itemid=130
8.
http://www.inadi.gov.ar/inadiweb/index.php?option=com_content&view=article&id=801:el-inadi-presento-el-observatorio-de-la-discriminacion-en-el-futbol&catid=5:gacetillas&Itemid=130
9. Magrassi Guillermo, Frigerio Alejandro y Maya maría. Cultura y civilización
desde Sudamérica. Ediciones Búsqueda. Buenos Aires. 1982. pp.73/74.
10. Perrot D. y Preiswerk. Etnocentrismo e historia. Nueva Imagen. México. 1979.
p.100.
11. Magrassi Guillermo, Frigerio Alejandro y Maya maría. Op. Cit. pp.73/74.
12. Ibid. p.152.
13. Ibid. p.193/4.
14. Carmena Ernesto. El creacionismo. ¡Vaya timo! Editorial Laetoli. Pamplona.
2006. p.47.
15. Ibid. p.44.
16. Ibid. p.44.
17. Sagan Carl. El mundo y sus demonios. La ciencia como una luz en la
oscuridad. Editorial Planeta. Argentina. Buenos Aires. 1997. p.36.
18. Daja Federico. Mente y cerebro: Las bases neurales de la acción de las
terapias en psiquiatría vistas desde la neurociencia. Revista de Psiquiatría del
Uruguay. Volumen 69. Nro. 1. 2005, p.12.
19. Bastide, Roger: El prójimo y el extraño. El encuentro de las civilizaciones.
Amorrortu Ed., Buenos Aires, 1973.