O los periodistas del gran diario argentino necesitan un curso de comprensión y producción de textos o actúan de forma poco ética para con el director de este periódico.

En el día de ayer, Clarín publica lo siguiente: "El diputado Francisco De Narváez se presentó, esta semana, espontáneamente ante el juez federal Octavio Aráoz de la Madrid para ponerse a disposición del magistrado en 'lo que sea necesario' a raíz de unas versiones del polémico periodista Christian Sanz que lo vinculan a un mexicano detenido en la causa por tráfico de efedrina (1)".

Respecto de lo de polémico —entendiendo que polémica es “el arte que enseña los ardides con que se debe ofender y defender cualquier plaza”, según la RAE—, los periodistas de Clarín no pueden saber si Sanz es polémico porque nunca accedieron al debate público y abierto con él.

Pero el eje central de nuestro artículo es la relación entre De Narváez, la efedrina y Christian Sanz. El día 31 de marzo, Tribuna de periodistas anticipaba: “El colombiano candidato no sólo está en los primeros lugares de las preferencias del electorado, sino que crece a diario y muestra una proyección peligrosa para el kirchnerismo en los próximos meses. Un dato: si el crecimiento de De Narváez pudiera sostenerse de manera constante —es lo que se espera—, en junio daría una fuerte paliza al oficialismo.

Conocedor de este panorama, Néstor Kirchner es quien más intranquilo se encuentra en estas horas. (…) Por tal motivo, luego de discutirlo someramente con su esposa, Néstor ha apelado en las últimas horas a uno de sus hombres de mayor confianza, Ricardo Echegaray, a efectos de asestar un elocuente golpe de efecto contra De Narváez.

En el día de ayer, lunes 30 de marzo, a las 17 hs., en dependencias de la Aduana, el titular de la AFIP, junto a la directora General de esa dependencia, Silvina Tirabassi, ha comenzado la redacción de una denuncia judicial por tráfico ilegal de efedrina contra el colombiano candidato”.

Si los periodistas del diario Clarín comprendiesen lo que leen, entenderían que no es Christian Sanz quien lo relaciona al candidato con la efedrina, sino que denuncia (¿se entiende el término, Clarín?) una estrategia del gobierno para sacar al colombiano del camino electoral. Y si los periodistas comprendieron el texto, entonces, nos queda creer que no supieron expresar y armaron un texto confuso y ambiguo. Esta es la causa que nos motiva a decir claramente y con todas las letras que lo publicado en Tribuna no es una versión de Christian Sanz, sino producto de una investigación periodística.

Nos quedamos con la idea del curso de comprensión y producción de textos. No vamos a pensar que tienen otra intención. Igual, gracias Clarín por nombrarnos y ocuparse de una rara especie en el medio: un periodista independiente.