Cualquier persona que se desenvuelve en
los medios de información sabe que, cuando alguien encarga una encuesta, la
consultora confecciona, sobre lo relevado, tres resultados distintos, a saber:
el real, el que se le dará a quien la encargó y el que se difundirá.
No es ninguna novedad que los sondeos no le son favorables al
kirchnerismo, por ello crearon las candidaturas virtuales y/o eventuales, donde
algunos de los que se postulan, en el caso de salir electos, no asumirán los
cargos para los cuales fueron elegidos, cediéndole el puesto a figuras poco
conocidas pero manejables a los intereses de Néstor Kirchner.
Lo cierto es que NK es consciente de que el 28 de junio
recibirá un duro golpe electoral, más allá de que en el conurbano bonaerense,
donde mejor mide, logre alrededor de un 30% y esto lo tomen como una “victoria”.
La realidad es que perderán una gran cantidad de bancas y ya no podrán usar
el Congreso Nacional como escribanía.
¿Cuál es, entonces, el plan de Kirchner para el día después?
Según fuentes confiables, el mismo día de las elecciones
habrá ciertas anomalías. De hecho, el radicalismo ya ve “graves irregularidades”
en la entrega de DNI "truchos" y pide intervenir el Registro Nacional de las
Personas.
Según trascendió hace unos días, el organismo dependiente del
ministerio del Interior imprime por día cerca de 15 mil documentos, cuando lo
regular es 6 mil ejemplares, y lo hace sin verificar la identidad de los
solicitantes ni chequear si los titulares de los documentos están vivos o
muertos.
A esto, debemos agregarle otras posibles irregularidades
de las que hemos tenido conocimiento y publicaremos oportunamente.
De todos modos, y siguiendo con la hipótesis de que
ocurran irregularidades en el día de las elecciones, para el día después hay dos
escenarios posibles.
El primero es que estas irregularidades, sea como sea, pasen,
y todo quede en meras denuncias, reclamos y protestas por parte de los
damnificados, tal como ocurrió en las elecciones de octubre de 2007.
La segunda posibilidad es que, con irregularidades o sin
irregularidades, ocurra lo que sabemos es más factible, que el kirchnerismo
pierda.
Es aquí, entonces, donde se pondrá en marcha el plan que
estaría gestando el mismísimo Néstor Kirchner, y sería el mismo día 28 de junio,
contando con la información a “boca de urna” puesto que para llevarlo a cabo
necesita de información sobre el avance de las elecciones.
El primer paso se desarrollaría en aquellos distritos
electorales donde el resultado les sea desfavorable. Es allí donde los
intendentes y punteros políticos saldrían un par de horas antes de finalizado el
comicio en los medios denunciando “fraude electoral”.
La denuncia haría que los grupos de choque piqueteros afines
al gobierno central comiencen a reagruparse en distintos lugares del país, en
particular en la Provincia de Buenos Aires.
El segundo paso lo darían los funcionarios más cercanos a
Kirchner, como Florencio Randazzo, Sergio Massa, Jorge Capitanich y algunos
otros, especialmente Aníbal Fernández, quienes confirmarían que han recibido
denuncias de fraude electoral.
Esto haría que las fuerzas de choque kirchneristas
comiencen a desplazarse, tal como ocurrió la noche del cacerolazo a Cristina, a
los lugares de concentración ya establecidos para marchar posteriormente, entre
otros lugares, a la Plaza de Mayo reclamando “Nuevas Elecciones”.
El tercer paso lo daría el propio Néstor, quién saldría
hablando —¡oh casualidad!—, esta vez sí, por cualquier medio que le ponga una
cámara o un micrófono a su alcance, denunciando él mismo el fraude electoral,
que dicho sea de paso hará lo que siempre hace, invertir la carga de la prueba y
acusar a los demás de lo que él mismo hace, y presentaría, al día siguiente la
denuncia formal ante un Juzgado Federal que sería, posiblemente, el mismo del
juez que habilitó a Cristina para presentarse como senadora por la Provincia de
Buenos Aires, a Daniel Scioli como gobernador de la misma Provincia y ahora a
Néstor Kirchner como diputado de la Provincia de Buenos Aires.
Simultáneamente se harían otras presentaciones en otras
provincias, reclamando, también, “Nuevas Elecciones”
En tanto, y como es lógico, los partidos políticos
intervinientes en la contienda electoral saldrán a desmentir el fraude, acusando
al kirchnerismo de haber realizado irregularidades, lo que en cierta manera
favorecerá al oficialismo ya que se estaría creando lo que pretenden, un clima
“enrarecido y de caos”, generando una inmensa confusión en la ciudadanía.
En tanto, los jueces declararían nula la elección fijando
una nueva fecha, que sería la original, el 28 de octubre.
De esta manera, Néstor ganaría tiempo —algo fundamental—
para reorganizarse hacia las nuevas elecciones, ya con una idea más clara del
pensamiento de la ciudadanía
Otro detalle importante es que harían presentaciones penales
contra sus principales adversarios para evitar que se vuelvan a presentar en
octubre, y ahí mismo iniciarían una campaña de desprestigio en contra de
aquellos medios que no los han apoyado.
Tal es así que ya comenzaron con Susana Giménez, no sólo
presionando a Telefé para que su programa comience luego del 28 de junio.
En Uruguay hay un equipo de la AFIP que la está investigando, mientras hay
otro en el país que investiga a Marcelo Tinelli.
Por último, mantendrán activos a los distintos piqueteros,
tanto en la Capital Federal como en la Provincia de Buenos Aires con
movilizaciones, tomas de barrios en construcción y otras actividades de
distracción hasta las elecciones.
Ya es un secreto a voces que si el oficialismo pierde el 28
de junio, difícilmente siga en el poder. A lo sumo, y si no se logran realizar
las nuevas elecciones para octubre, aguantarían hasta el recambio de Diputados,
aprovechando al máximo la mayoría en el Congreso e irse acusando a “distintos
grupos económicos que responden a intereses multinacionales y los medios de
comunicación” de un golpe institucional, como ya lo haya deslizado Luís D`elía.
Ya lo dijo Néstor: después del 28 de junio, es él o el caos…
Pablo Dócimo