La dirigencia política, con la complicidad del sistema político que reglamenta la actividad, por ejemplo en el Congreso nacional, dio ayer un paso mas hacia el abismo que lo separa de la sociedad.
Desde hace varios años, las prácticas lícitas pero ausentes de ética que se vienen observando tanto en
En ese contexto, puede no haber llamado la atención -lamentablemente- la discusión y entredicho que se generó ayer en el Senado. Allí, oficialismo y oposición se pelearon por las comisiones que funcionan en
En primer lugar, pudo observarse cómo el kirchnerismo se negaba a admitir que el 28 de junio fue derrotado y ya carece de la hegemonía que ostentó en los últimos tiempos. Los legisladores del Frente para
En segundo término la oposición, que se unió para ejercer un antikirchnerismo sistemático y reclamó la mayoría en todas las comisiones. Oposición que reúne a algunos referentes políticos que sólo tienen en común el deseo de vencer al matrimonio presidencial. Nada más.
Las profundas diferencias, incluso morales, que hay entre algunos, las ocultan debajo de sus ambiciones.
Un fiel reflejo de ese estado es el enojo de muchos legisladores antikirchneristas con Carlos Menem, no por el pasado o por su gobierno en los '90 al que muchos de ellos denostaron, sino por no haber asistido al recinto.
¿Menem pasaba a ser bueno si concurría al Senado? Probablemente. Como decía un viejo dirigente peronista: “Es lo que hay”.
Walter Schmidt
DyN
Respecto a Menem, no es descabellado suponer que su ausencia, nada difícil de prever, obdeció a un apriete del gobierno por el teme de los procesos judiciales en su contra. Entonces debe haber negociado su ausencia a cambio de que lo dejen tranquilo. Saludos.