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Al filo de la oscuridad

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CRÍTICA CINEMATOGRÁFICA
CRÍTICA CINEMATOGRÁFICA

Ficha técnica

 

Título para Latinoamérica: Al filo de la oscuridad

Título original: Edge of Darkness

Dirección: Martin Campbell - Guión: Andrew Bovell, William Monahan

Género: Drama, Thriller  – Solo apta mayores de 18 años.

Reparto: Mel Gibson, Ray Winstone, Danny Huston, Shawn Roberts, Peter Hermann, Caterina Scorsone, Frank Grillo, Gbenga Akinnagbe, Jay O. Sanders, Bojana Novakovic.

Web: www.allimite-es.com

Fotografía: Phil Meheux – Música: Howard Shore

Producción: Warner Bros. Pictures, BBC Films, Icon Productions, GK Films

País: EE.UU. - Año: 2010 - Duración: 126 mts.- Estreno Argentina: 2010

         Una nueva versión de Mel Gibson se ha presentado ante nosotros. A través de un semblante más adulto, acabado e inteligente, con una estética y narrativa superadora —su pequeño cuerpo— se agiganta con su magnífica composición. 

         Al filo de la oscuridad es un thriller clásico, donde el suspenso de la trama nos hace virar ante resultados inciertos. Hipótesis que se arman y desarman, dando un significado disímil al lenguaje cinematográfico, si bien subyace en la imagen aquello de “caer en lugares comunes o déjà vu”. No obstante, la suficiencia de las representaciones de los protagónicos y elenco, le ponen el cuerpo a dicho demérito.

Thomas Craven (Mel Gibson) es un sesudo y obstinado detective de homicidios de Boston. También un padre viudo. Su única hija, Emma (Bojada Novakovic) de 24 años es ultimada en las escaleras de su vivienda. Se cree erróneamente que él es el objetivo. Pero inicia su raid de sospecha que lo lleva a hurgar en la intimidad y los secretos de su hija. Pronto se ve enfrentado a un oscuro personaje del espionaje: Darius Jedburgh (Ray Winstone), que ha sido enviado (por poderes supragubernamentales) para borrar las pruebas y “ensuciar el caso”. La impetuosa búsqueda de Craven se convierte en un programa de descubrimiento sentimental y redención retrospectiva de su paternidad.

La estructura de la historia es también clásica en el policial americano: un detective y una hija enfrentados en un pasado reciente, la joven, ya profesional, que regresa a la casa a visitar a su padre y componer la relación. Un pasado que asedia, y la tragedia ante los ojos azorados de su padre y la sed del justiciero implacable. El clisé o esa “afectación” está a la carta, pero la solidez de un guión pujante sobrepasa a la historia de base.

Para verificarlo, basta un simple enfoque direccional. Apuntando a cada historia de los personajes. Son minimalistas, que se interrelacionan con suspenso incresciente. Es que el género así lo requiere. El director Martin Campbel bien lo sabe y la ductilidad de Gibson cierra con maestría a dicha expectativa. Un actor que tiene su propio público, y dueño de una mística especial en esta relación simbiótica.

Se podrá argüir de “cierto manierismo” o convencionalismo como expresáramos ya, pero es indudable que esa pereza ideológica ha tratado de salvarse durante la trama con otros accesorios o recursos técnicos: una sólida filmación a lo largo del metraje, donde queda bien claro, todas esas posibilidades de planos que agigantan la semiología del guión. Todo se va dando a un ritmo prefijado que involucra al espectador en esos planos.

Hacemos notar la sabiduría “de qué enfocar y desde dónde”, como parte de una estilización de la imagen y su significado. Por ej.: el plano en picado (toma desde arriba), y en contra picado (desde abajo), que es la distancia y perspectiva, que tendrá el público para comprender lo jugado en la escena. Dichos planos dan agudeza y perspectiva. Y la medida de una atmósfera de tensión manifiesta.

La impronta que tienen los diálogos, es también significativa. Nótese la libertad y la superación en la confrontación padre-hija, donde el querido Mel, nos presenta a una persona comprensiva y no prejuiciosa. Son esas verbalizaciones que aleccionan. Todo un hallazgo a la hora de sentenciar.

Y para esos que prejuzgan y encasillan a los personajes, donde Gibson tiene su estante dilecto a la hora de elegir, se llevarán una sorpresa. Un rol de actor disímil al pasado, nos pone de cara a un presente diferente. Por eso hablamos de una nueva versión del celebrado personaje de marras.

Historia, guión, narración y reparto actoral, no siempre van de la mano. Y esta no es la excepción. Pero sí, una cosa es bien sabida, que lo intentaron. Y en las películas de género convencional, este es el principal escollo a resolver. Muy difícil por cierto, escapar a la radiación que trasciende a dichas estructuras y sus múltiples lenguajes.

Por tanto, bien vale la pena detenerse en esta película. Observarla y disfrutarla no significa claudicar en nuestras exigencias. Todo lo contrario. Es bien sabido el apotegma que reza sobre la pequeña longitud entre el arte y la industria cinematográfica. No nos resignamos y esperamos al tiempo. En la espera, está la creación y también la contemplación.

 

Gustavo Contarelli


Puntaje del film: 3 Tribunas.
Puntaje actor protagónico: Mel Gibson 5 Tribunas – excelente

Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta - buena
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima

 

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