El kirchnerismo volvió a convertir esta semana al vicepresidente Julio Cobos en la figura de la oposición, a partir de su filosa crítica hacia el mendocino por su desempeño como titular del Senado.
No obstante, a diferencia del postergado viaje a China de Cristina Fernández el verano pasado, en medio de la polémica por la salida de Martín Redrado del Banco Central, esta vez el matrimonio presidencial dejó sin problemas en manos de Cobos el Poder Ejecutivo.
No en vano, el jefe radical consideró a comienzos de año que la presencia de Cobos como titular del Senado sería muy útil para la UCR y el arco opositor. Las pruebas están a la vista en la modificación de la distribución de lo recaudado por el impuesto al Cheque y, en lo que reste del año, de seguro será protagonista en otros temas a tratarse en la Cámara alta.
Está claro que los tropezones que sufre el Gobierno nacional se deben, más que a la acción de la oposición, a errores propios. En esa interpretación podría encuadrarse el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya en el conflicto por las papeleras.
Si bien la Presidenta intentó destacar que la resolución aceptó que Uruguay violó el Estatuto del Río Uruguay, lo cierto es que el reclamo de máxima, el desmantelamiento y relocalización de la pastera Botnia fue rechazado por el tribunal. Puertas adentro en la Casa Rosada admiten que no era lo que realmente pretendían, porque eso profundizaría aún más el deterioro de las relaciones rioplatenses. Admiten, por el contrario, que la relocalización fue algo casi exigido por los asambleístas, a quienes Néstor Kirchner, como presidente, incentivó en su ofensiva de los cortes de los pasos fronterizos.
Ahora, la administración de Fernández de Kirchner deberá conseguir, por la vía del convencimiento o por la vía de la fuerza, que el corte del Puente General San Martín que une Gualeguaychú con Fray Bentos sea finalmente levantado. De otra manera, avalará una protesta en contra de una controversia por ahora resuelta con el fallo de la Corte de La Haya a la que argentinos y uruguayos se sometieron por voluntad propia.
Novela
Lo que llamó la atención fue la aparición, el mismo día del fallo por las papeleras, adverso a la Argentina, de la novela del intruso en el Ministerio de Economía. Pero éste no es el primer escándalo que se suscita en el Palacio de Hacienda de la era Kirchner.
Fue la ex ministra Felisa Micheli quien debió dejar su cargo, y afrontar una causa judicial en su contra, cuando se le encontró una bolsa con dinero en su baño. Otra vez las cámaras y la seguridad del Ministerio involucradas.
En la cartera de Amado Boudou hay quienes sostienen que Jorge Larosa era habitué del lugar y que el video que mostró el ministro fue editado minuciosamente. Otros sostienen que la movida apuntaría a la salida del subsecretario de Presupuesto del Ministerio de Economía, Raúl Rigo. Está claro, que el propio Larosa o quienes salieron a despegarse de él, como el diputado Claudio Lozano, tampoco saben explicar qué hacía en el despacho del funcionario de Economía.
Pero más allá de las motivaciones, lo concreto es que este episodio generó una ruptura difícil de superar entre el oficialismo y la centroizquierda. La acusación de Lozano, Pino Solanas y Victoria Donda, entre otros, en el sentido de que todo se trataba de una “operación” del Gobierno, y la respuesta de Boudou acusando a Lozano de robar información, difícilmente tengan retorno.
Walter Schmidt
DyN
Lo de Cristina con respecto al fallo sobre Botnia, se parece a: "me violaron pero lo disfruté, así que los jodí". Saludos.