Acceder al feed de los comentarios de este artículo
El Diccionario de la Real Academia Española no define la palabra "todos". Pero bien se sabe qué significa. El término viene siendo usado en los últimos días por parte de la dirigencia política. La Presidenta utilizó ocho veces esa palabra en el acto de apertura oficial de la primera parte del Centro Cultural del Bicentenario. Y son continuas las referencias oficiales: "fútbol para todos", "obras para todos", "TV digital para todos" o "Bicentenario para todos". En 1978, al Mundial que festejaron Videla, Massera y Agosti se lo llamó "La fiesta de todos": una paradoja para el Gobierno.
En materia de captación de voluntades, desde el marketing político del populismo se suele pregonar que si son "todos" los que utilizan las ventajas es probable que luego se manifiesten en votos. Pero durante los actos, quienes salieron a la calle masivamente a festejar se ubicaron encima de las banderías y se dedicaron a disfrutar el cumplesiglos de la Patria sin hacer caso a veleidades personales o a ideologías de turno. En las concentraciones masivas de todo el país, casi nadie se preocupó por esos problemas de alcoba ni miró la pertenencia política del de al lado.
Quizá el desteñido desfile del sábado lo hayan compartido militantes de derechos humanos con hijos o nietos de militares. Y también es probable que, en la exteriorización de la fiesta, la hija de un piquetero haya bailado con algún taxista que sufre los cortes de calles. O que un kirchnerista acérrimo se haya emocionado frente al Colón y que un miembro del PRO haya aplaudido a León Gieco. El "todos" quedó mimetizado bajo el celeste y blanco de la escarapela o de la banderita plástica del chico subido en los hombros del papá.
De allí que, cuando se busca sacar réditos políticos con estas situaciones -como si ese "todo" fuese un apéndice de la "parte", y no esta apenas una porción del total-, hay que concluir que, en momentos en que los ciudadanos sienten que están en juego valores profundos que van más allá de la coyuntura, le dejan a los políticos que se la crean.
Hugo E. Grimaldi
DyN
