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Como es sabido, lamentablemente los liberales de la región han estado más con las dictaduras que con las democracias y, en ese sentido, las recientes declaraciones de José “Pepe” Piñera, ex Ministro del dictador chileno Augusto Pinochet, demuestran la falta de renovación política de los sectores de la derecha en América Latina.
Es que así como un sector de la izquierda reivindica a la dictadura cubana, pues para ellos los supuestos logros sociales de la revolución justifican la violación de los derechos humanos; también existe en la derecha su espejo antidemocrático que aún sostiene que Pinochet lideró una “revolución liberal en lo político, económico y social”.
Y si bien la democracia representativa como forma de organización política es un triunfo del liberalismo, la prioridad que algunos le han asignado a las reformas económicas los ha llevado a que el fin justifique los medios. Por eso, muchos liberales no actuaron como tales, apoyando o complaciendo regímenes antidemocráticos en los cuales se violaron las libertades fundamentales y las garantías que hacen al estado de derecho; e inclusive reincidieron años más tarde cuando brindaron su respaldo a presidentes populistas como Carlos Menem que implementaron políticas económicas viciadas por hechos de corrupción y, por ende, incompatibles con la economía de mercado. Y más recientemente, justificaron incluso el golpe en Honduras, como si la respuesta liberal a la erosión del estado de derecho que venía produciendo el ex presidente Zelaya fuera, contradictoriamente, violando el estado de derecho.
Es cierto que hablar de liberalismo democrático suena redundante, pero por expresiones como las de José Piñera a veces es necesario utilizar esos términos para oponerlo al fascismo de mercado. Es que referentes como el ex funcionario de Pinochet, son los que piensan que la libertad económica traerá las demandas de libertades civiles y políticas a China, dejando en claro cuáles son sus prioridades y el hecho de que en cuarenta años de apertura miles de vidas se han perdido por las tremendas violaciones a los derechos humanos que se producen bajo la dictadura fascista en el gigante asiático.
Por eso resulta más apropiado hablar de liberalismo progresista para ubicar allí a los partidarios de las democracias de mercado comprometidas internacionalmente con los derechos humanos y así diferenciarse claramente de los fascistas de mercado y sus líricos socios libertarios.
El liberalismo progresista tiene como característica la defensa prioritaria de la democracia representativa y los derechos humanos, la vigencia del estado de derecho, y la gradualidad y los consensos en la implementación de reformas económicas que favorezcan al desarrollo. Y a diferencia de la vieja y costosa relación del liberalismo con los sectores autoritarios de la derecha, la expresión liberal progresista se ubica en el centro político y está más identificada con los modernos socialdemócratas.
En la práctica, pueden definirse a varios líderes latinoamericanos como liberal progresistas, fundamentalmente a Ricardo Lagos, ex presidente de Chile, Fernando H. Cardoso, ex presidente del Brasil, y Oscar Arias, ex presidente de Costa Rica. Y a la luz de sus políticas y discursos, podrían sumarse a este espacio Alan García, presidente del Perú, y José Mujica, presidente del Uruguay.
Gabriel Salvia
Presidente del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina
Sr Salvia: Ignoro el porque, pero es una constante que el Liberalismo sea promocionado mucho más por sus detractores o críticos que por sus partidarios. El primer error es tomarlo solo como una ideología política partidista, cuando es mucho mas que ello, es una forma de entender la relación humana, la sociedad y el progreso de la misma. Otro error comun es confundirlo con "la derecha". El liberalismo puro para gobernar es nada más que un modelo a perseguir pero una utopía total. Por lo tanto los liberales prácticos pretendemos que los gobiernos defiendan : los límites constitucionales del poder, las libertades individuales, el estado de derecho y la igualdad ante la ley. Poniendo en práctica esas cosas se puede decir que el gobierno es 90% liberal. Sea este de derecha o de izquierda. Eso no lo hizo Pinochet ni Menem ni los otros que Ud nombra. El error es creer que porque se utiliza una herramienta típica de una ideología, se convierte en ese partido. ¿Sabe las veces que usé una hoja de bisturí? Muchas, pero jamás pretendí que me llamaran cirujano. Tengo entendido que Suiza está gobernada por dos partidos fundamentales, uno liberal y otro socialista. Tan mal no les va. El problema está por sobre las ideologias políticas, son los principios éticos o morales. No hay partido que justifique el poner bombas, secuestrar gente, no hay patotas que impongan su voluntad, todo el mundo respeta los derechos ajenos. Y lo hacen los liberales y los socialistas. La gran diferencia es la educación. Atentamente
Confieso que me confunden un poco las distintas interpretaciones que hacen los adherentes al liberalismo del significado del término "liberal" o "liberalismo". Por lo general, los que hablan del liberalismo no aclaran si se refieren al liberalismo clásico (político) o al liberalismo económico o al liberalismo social. Para colmo, los liberales argentinos dicen que nada tienen que ver con la UCD ni con los Alsogaray ni con los que apoyaron al Proceso y a las políticas de Martínez de Hoz, ni con los que apoyaron a las políticas de Menem. Aun mas: esos no eran liberales. Entonces, ¿quien es liberal en la República Argentina? El autor del artículo, sin embargo, sostiene otra cosa. Dice que "...lamentablemente los liberales de la región han estado más con las dictaduras que con las democracias...". De donde debo deducir, o bien que los liberales que dicen que los liberales que apoyaron al Proceso y a Menem no eran liberales están equivocados, o que esos liberales no son liberales, o que el autor del artículo está equivocado, o que no es liberal, o que yo ya estoy totalmente mareado y no entiendo nada de nada. Para mayor abundamiento, el autor sostiene que las recientes declaraciones de Piñera demuestran "la falta de renovación política de los sectores de la derecha en América Latina." Con lo que introduce un nuevo elemento de incertidumbre, porque ¿qué es la derecha en América Latina? Y recién vamos por el primer párrafo. Mas adelante nos informa que "Es cierto que hablar de liberalismo democrático suena redundante..." y ante esta afirmación me confunde todavía mas, porque se contradice con lo que dice en el primer párrafo. ¿Se puede ser liberal democrático y apoyar a las dictaduras? Acto seguido nos informa que adhiere al liberalismo progresista, una especie todavía desconocida (al menos para mí) en la zoología política, y explica qué entiende por liberal progre. Esto es un poco confuso, por lo menos para mí porque un liberal progre sería políticamente algo así como una quimera, un grifo o cualquier otro animal político mitológico. ¿Podría alguien aclararme qué es todo esto, por favor? Desde ya, muchas gracias. Saludos a los señores periodistas y a mis amig@s del foro. Jorge A. Rodriguez jorge@trashmail.net
El Liberalismo Progre, el Neoliberalismo, son clasificaciones más idiomáticas que ideológicas o políticas.Solo existen en la creencia del autor de la nota y comparto lo que explica Jorge acerca de que el uso de ciertas herramientas no implica que la denominación completa de término le sea aplicable. Por otra parte, y para información del autor, el Partido Comunista con Fernando Nadra a la cabeza participó de la marcha de Corpus Christi de Gobierno de Perón y aplaudió la llegada de Videla al poder (ver crónicas). Con esto quiero significar ¿solamente la derecha spoyó propuestas antidemocráticas en el mundo? Huelga la respuesta.