A pesar de las millonarias cifras del presupuesto municipal que se destinan a barrido y limpieza del distrito y la terciarización de los servicios de Urbaser, Morón está cubierta de mugre y basura en cada lugar.
Esto ya excede la falta de cultura de su población a la que se le atribuye desde el gobierno local la responsabilidad de la situación. Claramente hay un abandono del servicio de limpieza en las calles por parte de la administración Martín Sabbatella-Lucas Ghi.
No sólo no se recogen las montañas de basura diariamente, sino que tampoco se sanciona a los comercios que cada tarde, abiertamente, vuelcan desperdicios en las veredas. De paso, digo que tampoco existe ningún control bromatológico sobre las decenas de carritos vendedores de panchos y verduras de dudosa procedencia.
La realidad indica que nuestro distrito hoy se encuentra entre los más sucios de todo Buenos Aires.
Cabarets, menores y explotación de género
A pesar del funcionamiento abierto de más de 100 prostíbulos, donde son explotadas también menores de edad; no sólo el gobierno local ignora nuestras denuncias públicas, sino que al omitir su responsabilidad de cerrarlos, se hace cómplice y socio necesario de cada uno de ellos.
Sin ningún empacho, las “casas de citas” o cabarets encubiertos, publicitan con tarjetas a todo color los servicios sexuales de las chicas; jamás ningún inspector llega hasta sus puertas, a pesar de que en las tarjetas figuran claramente las direcciones o teléfonos.
La explotación sexual y reducción a la servidumbre logran su máxima expresión en los saunas; y la degradación de género su expresión más acabada en Morón. estas aberraciones parecen encontrar cobertura y protección entre el sabbatellismo que declama día y noche combatirlas.
Una cosa es el discurso hacia afuera y, otra, la realidad puertas adentro.
Desarmaderos legales y desguaces de ambulancias
Cuando se habla de desguace de vehículos, se lo relaciona inmediatamente con piratas del asfalto y ladrones de autos, ¿qué pensar entonces de las decenas de vehículos apilados, desarmados y abandonados que se encuentran en el Corralón Municipal de la calle Mazza entre Santa María y Rio Gallardo?
No sólo yacen los esqueletos de lo que alguna vez fueron vehículos municipales, incluso vemos ambulancias desguazadas que podrían haberse reciclado y puesto en uso.
Una señal más de que, al gobierno de “piloto automático” que dejó el actual diputado Sabbatella y su empleado Ghi, no les interesa cuidar ni esos detalles de imagen, ya que a la vista de todo el barrio, la delegación parece un “desarmadero”.
Fabricantes de pobreza: cúpula enriquecida e indigentes en la vereda
Crecen día a día la cantidad de excluidos, marginados e indigentes que viven en las calles del distrito; un crecimiento exponencial en los últimos 12 años.
Se trata de un fenómeno no ligado a la pobreza estructural del país, sino a la desidia y desatención de las políticas y laborales en Morón: gobierno y oposición naturalizan la pobreza local para no hacerse cargo, mientras ellos crecen en su status y posición. Tanto progresistas (o pseudo) como conservadores, se reparten responsabilidades pero lo cierto que nadie denuncia los privilegios del súper nepotismo actual.
En las esquinas y en los recovecos, decenas de indigentes languidecen mientras la opípara casta política negocia por más privilegios. Nadie se hace cargo de ellos.
Las mantas que reparte el municipio y el techo nocturno que les brindan no dignifica ni soluciona definitivamente a los “sin techo”; para el ojo avezado esos pobres son el testimonio crudo de la frialdad de muchos funcionarios y políticos oficialistas y también de la así llamada “oposición” (una mitad cómplice y la otra mitad timorata).
Ahora con la versión ultra light de Lucas Ghi, sin dudas Morón es el emblema de la hipocresía política en grado superlativo.
Y, por lo visto, esta pobreza local vino para quedarse.
Pedro Alejandro Ivanoff