Un empresario de primera línea del país lamentaba, en un encuentro con la prensa, las dificultades que, hasta el momento, encuentra la oposición para constituirse en una alternativa sólida para el año que viene.
Este hombre de negocios —que hace una década era ultraliberal y ahora defiende el proteccionismo— tiene aceitados lazos con el gobierno Kirchner, pero considera que sólo una oposición amalgamada puede garantizar esa famosa calidad institucional, que muchas veces se reclama con cierta liviandad.
Los ejemplos sobraron (como las críticas que recibió Ricardo Alfonsín por su foto con Cristina Kirchner), en especial de Elisa Carrió quien en pocos días castigó a todos sus potenciales aliados.
Primero disparó contra Alfonsín por esa foto, luego a Mauricio Macri por el pedido de auto-juicio político y después a Hermes Binner, el socialista gobernador santafesino, un supuesto compañero de ruta para una convergencia electoral para 2011.
Binner descartó, por el momento esa alternativa, al decir que Carrió es una persona "muy complicada", mientras que Margarita Stolbizer muestra signos de cansancio por la manera que la líder del ARI coloca piedras en el camino de la unidad.
Por el lado del jefe de Gobierno porteño, las cosas se fueron oscureciendo, ya que ese está cayendo la posibilidad del juicio político que le garantizaba una negativa gracias a su mayoría parlamentaria.
Se sabe que los bloques de la oposición desestimarán el pedido de juicio político y, en cambio, votarán a favor de la creación de una comisión investigadora.
Este sería un proceso más largo y traumático para el titular del PRO, seguramente, con un importante desgaste para su proyecto político.
Por eso, la composición de esa comisión, el tenor del temario y el plazo en que deberá expedirse son los desafíos del oficialismo porteño en el seno de esa comisión investigadora por las supuestas escuchas ilegales.
Otro problema macrista es que nadie sabe cuánto tiempo más se pueden garantizar las lealtades de su propio bloque, puestas en juego por primera vez en una tropa compuesta, en general, por dirigentes jóvenes y que, por ende, tienen por delante una extensa carrera política. Dan cuenta de ello, los silencios y desconciertos de las última horas.
En tanto que el otro aliado, Francisco de Narváez, aclara que aún no decidió —sería la semana que viene— la posición que tomarán sus dos legisladores, Daniel Amoroso y Mónica Lubertino.
El único respaldo, aunque no demasiado enfático, fue el de Eduardo Duhalde, quien abonó la teoría de que la acusación estuvo pergeñada en la Casa Rosada.
Sin embargo, al mismo tiempo, aclaró que nunca en la historia, el Justicialismo tuvo candidatos extrapartidarios a la Presidencia de la Nación.
Así le cortó a Macri la aspiración nunca confesada de liderar una coalición entre el PRO y el Justicialismo disidente para alcanzar un importante alcance nacional.
Al jefe de Gobierno porteño sólo le quedaría así para el año que viene la posibilidad de la reelección en la Capital, objetivo, que a este paso, también se puede ir desdibujando.
La apuesta de Duhalde es lograr el respaldo de todo el justicialismo antikirchnerista y de un amplio sector del empresariado para lograr la nominación presidencial por fuera del PJ.
Trabaja para que la Mesa de Enlace del agro no se dividiera y fogoneó el reflotamiento del denominado G-7, conformado por las grandes cámaras empresarias del agro, la industria, el comercio y las finanzas.
Hasta habló con un aliado incondiconal, el presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, sobre los trazos más políticos que debía pronunciar durante su dicurso en el acto inaugural de la edición de este de la Exposición de Palermo.
Biolcati apuntó más que a cuestionar los niveles de "corrupción" en los estamentos del Estado y el necesario salto en la "calidad institucional".
Claro que para la Sociedad Rural este salto consiste en un acuerdo amplio con todas las corporaciones, algo que el Gobierno no hará, ya que la estrategia es, precisamente, la inversa.
El oficialismo sabe que su cosecha electoral de cara al futuro se basa en las apuestas al todo o nada, al blanco o negro, sin grises.
Además, espera lograr los frutos de las bondades del crecimiento económico y de anuncios como los aumentos de jubilaciones, asignaciones familiares o planes sociales.
Y estos se sucederán a lo largo del próximo año, aunque sea para robarle banderas que la oposición hace flamear en el Congreso.
Así fue que la presidenta Cristina Kirchner formuló el anuncio de aumentos en los haberes jubilatorios justo cuando el Parlamento se apresta a aprobar el 82 por ciento móvil, y así será cuando informe sobre una baja segmentadas en las retenciones a las exportaciones de algunos granos y carnes.
Estas pueden separar aún más las ya visibles diferencias en la Mesa de Enlace, entre los grandes productores de la Rural y CRA, con los más chicos de la Federación Agraria y Coninagro, a pesar de los forzados gestos de unidad.
Como muestra de cómo el Gobierno prepara ya su estrategia electoral para 2011 basta mencionar que se paralizaron obras viales por 13.000 millones de pesos, con vistas a su ejecución a partir de septiembre y su terminación en un año. Justo en el momento de concurrir a las urnas.
La venta de asfalto cayó 8,2 por ciento en el primer semestre, a pesar de las fuertes subas que se dan en el resto de la industria de la construcción y de otros indicadores oficiales.
Hasta la propia encuesta del INDEC da cuenta de ello, ya que siete de cada diez empresarios de compañías encargadas de obras públicas consultados por el organismo considera que comenzarán a reactivarse durante los próximos meses.
No obstante, cualquier marco de especulación política y económica puede estallar si el Gobierno no aplica una ajustada política contra la inflación, ya que la constante suba de precios erosiona el poder adquisitivo de todos y neutraliza de inmediato los efectos de cualquier anuncio.
Daniel Casal
NA