Hace poco tiempo asumía el ex periodista Héctor Timerman como flamante canciller luego del dudoso pedido de renuncia a Jorge Taiana, una dimisión que mucho parece haber tenido que ver con el conflicto Gobierno – Clarín/La Nación. Rompiendo el molde de ese ultra oficialismo abnegado de Aníbal Fernández, Timerman apareció para enseñarnos a todos que siempre se puede ir más allá si te trata de defender lo indefendible, ¡y hasta por Twitter!
Pero lamentablemente el canciller no sólo no supo rendir bien la primera prueba de su gestión, sino que cometió severos errores en su intento por solucionarlo y perpetró otros tantos traspiés en su red social preferida que quedaron lejos de la diplomacia de un dignatario y mucho más cerca de un panelista de 6, 7, 8.
Botnia fue su primera prueba de fuego. El mal desempeño fue tal que los Presidentes de ambos países en conflicto por la papelera tuvieron que pasar por encima de sus respectivos cancilleres y finalmente reunirse en persona. Pero eso no fue todo, Timerman es un hombre de "twit" fácil, tanto que el funcionario se encargó de postear decenas de veces -en no más de 140 caracteres por supuesto- las últimas actualizaciones del acuerdo por la resolución del conflicto diplomático. (Por supuesto también utilizó el microblogging para pelearse a diestra y siniestra con colegas de Clarín, La Nación y Perfil). Esto lo llevó a asegurarse una pésima relación tanto con asambleístas como con el Ministerio de Relaciones Exteriores uruguayo completo. Es que se puede quitar a Timerman del periodismo, pero no se puede sacar el periodismo de Timerman.
Así y todo, optimista, el canciller se aventuró y afirmó a comienzos de este mismo mes que a partir del "éxito" alcanzado por el acuerdo ambiental por la pastera "no hay más conflicto" con Uruguay. También destacó que se trató de un "muy buen acuerdo" el que firmaron hace varios días la presidenta Cristina Kirchner con su par uruguayo.
Pero los 60 días de tregua avanzan firmes y hasta ayer Timerman no había ni siquiera designado los científicos que controlarían a la Planta, pese a que la interrupción de corte acordada con los asambleístas concluye este sábado.
"Se terminó la tregua y nosotros sí tenemos palabra: dijimos que retomábamos la lucha si el conflicto seguía tras los 60 días", dijo el representante de los asambleístas. Y así anoche se resolvió volver a la ruta nacional y bloquear el paso internacional a Uruguay, aunque solamente los domingos de septiembre, en forma sorpresiva y por dos horas.
"Son injustos, pues ya tenemos un acuerdo con el Uruguay por medio del cual los científicos argentinos van a entrar a Botnia y habrá un monitoreo total y absoluto, no sólo de la pastera sino de todo el río", explicó el canciller argentino. "Yo me ocupé de resolver el tema Botnia. El corte no es responsabilidad mía", agregó en declaraciones a la prensa al retirarse de un evento en el hotel Alvear.
Lo cierto es que además de una pésima gestión, esta ha sido una semana aún peor para Timerman. La opinión pública dejó pasar los reproches que merecía el funcionario por la cantidad de "twits" que elevó al cyber espacio aseverando y prometiendo los resultados (para el oficialismo favorables) del estudio genético a los hijos de Ernestina Herrera de Noble, supuestamente jóvenes apropiados por la empresaria e hijos de desaparecidos en la última dictadura. Pero el resultado de los cotejos de ADN no dio las derivaciones esperadas por el oficialismo tan insistentemente promocionadas por Timerman. Peor aún fueron las “pruebas irrefutables” que se encargó de postear el canciller en su red social preferida -alrededor de 30 por día- sobre “Papel Prensa, toda la verdad”. El discurso fue vacío, equívoco y un cúmulo de fotocopias de recortes de diarios de hace 40 años, para los que ni siquiera se aseguraron de telefonear a la familia en discordia, los Graiver, para corroborar la información, ya que 24 horas después la familia se encargó de desmentir la totalidad de las “súper pruebas” presentada por Cristina Kirchner en cadena nacional.
Recordemos que la Presidenta, había sostenido en ese acto, que los miembros del Grupo Graiver vivían en "libertad ambulatoria", en un marco de "presiones" y "amenazas" y con sólo una "apariencia de legalidad". Lidia Papaleo, viuda de David Graiver, testificó ante el fiscal Marcelo Molina que durante su detención en Puesto Vasco y Pozo de Banfield nunca fue trasladada para realizar el traspaso del paquete accionario de la empresa y que fue secuestrada y torturada cinco meses más tarde, en 1977, y nunca denunció haber sido coaccionada para realizar la transacción. Tal refutación, no sólo coincide con lo que el hermano de David, Isidoro Graiver, ya venía sosteniendo sino que el Gobierno le dio pan a la prensa y a la oposición para alimentarse durante semanas luego de semejante gaffe no corroborado. Consecuentemente, Timerman mermó los "twits" anti clarinistas significativamente y pasó de acusaciones de torturas a amenazas, y de amenazas a “presiones” a la familia Graiver para vender Papel Prensa.
Por estas horas rumores de estrategias luego del papelón de hace dos días perpetrado por el Gobierno sobrevuelan la política nacional, así como la posibilidad de que a alguien le cueste el cargo la errada maniobra. Timerman por sus desatinos y Guillermo Moreno a cargo de la “investigación” que llevó adelante sobre Papel Prensa, están a la cabeza de las apuestas, con el plus que Moreno ya acumula en su prontuario una denuncia de Clarín y La Nación presentada semanas atrás en su contra, a quien acusan de ser parte de una ofensiva del Ejecutivo para involucrarlos en delitos de lesa humanidad. ¿Por dónde encauzará el escándalo?
Equipo de Política
Tribuna de Periodistas