Clarín publicó ayer en su sección de opinión llamada “Tribuna” una muy interesante nota del psicoanalista Juan Carlos Volnovich titulada “Clientes del pujante comercio sexual”.
Señaló el especialista que “casi todas las investigaciones acerca de la prostitución eluden detenerse en aquellos que la consumen. Son escritos que, al tiempo que vehiculizan la digna intención de estudiar el fenómeno y denunciarlo, protegen con un manto de inocencia a los usuarios”.
Agregó Volnovich que “la explotación de mujeres, de niños y niñas se hace sólo posible gracias al cliente, aunque su participación en este asunto aparezca como secundaria, como secuela de un flagelo, como subproducto de una oferta”.
En otro párrafo, el psicoanalista sostuvo “ya han comenzado a elevarse voces y a desplegarse campañas que tienden a frenar el avance de la prostitución a partir de poner en evidencia el lugar de los clientes”, y afirmó que “uno de esos frentes basa sus argumentos en recursos jurídicos que intentan limitar el despliegue de la pornografía en los medios y contrarrestar la incitación abierta a la prostitución de alta gama”.
A tan valioso aporte y original mirada, se contrapuso en el mismo diario de ayer la persistencia del “Rubro 59”, con 239 avisos de oferta sexual.
En varias partes del mundo, incluida la Argentina, se está planteando la necesidad de suprimir ese tipo de avisos debido a las fuertes sospechas de que detrás de ellos se escondan redes de trata de personas y la comisión de diversos delitos, como la esclavitud.
Fuente: DsD
Redacción de Tribuna de Periodistas