La estación Constitución volvió a ser hoy escenario de serios incidentes a raíz de la imposibilidad de viajar en tren, tal como ocurrió en otras ocasiones en los últimos años.
El episodio más grave ocurrió en mayo de 2007, con un resultado de 25 heridos y 16 detenidos.
En esa oportunidad, la furia de los pasajeros que no lograron viajar por el atraso en los trenes derivó en el incendio de distintos sectores de la terminal de Constitución, una de las más importantes de Sudamérica, por la que se estima pasan unas 500 mil personas por día.
Los incidentes se generaron pasadas las 18:00, en una hora pico de tránsito, cuando un tren quedó varado y se suspendieron los servicios a Glew y Ezeiza.
De inmediato, grupos de usuarios de la ex línea Roca destrozaron las boleterías y otras oficinas del lugar.
Luego, atacaron a piedrazos a personal de la Policía Federal que intentaba controlar los desmanes.
El momento de mayor tensión se registró cuando los pasajeros obligaron a los efectivos a meterse en el Destacamento de la Policía Ferroviaria y luego arrojaron a las llamas una moto de un policía, lo que provocó una explosión y llenó de humo la estación.
Tras dos horas de caos, el saldo arrojó 25 heridos y 16 detenidos, además de los destrozos en los teléfonos públicos, máquinas expendedoras de boletos, bancos y carteles de información, aunque no hubo daños o saqueos a los comercios del lugar, algo que sí ocurrió este jueves.
La ex Línea Roca también fue protagonista este año de incidentes durante una manifestación de trabajadores tercerizados, que terminó con la muerte del militante del Partido Obrero, Mariano Ferreyra.
Durante la protesta, los tercerizados fueron atacados a tiros por personal de la Unión Ferroviaria, que también hirieron a otras dos personas.
Ferreyra, de 23 años, recibió un balazo en el tórax, mientras acompañaba el reclamo de los trabajadores ferroviarios que pretendían ser efectivizados.
Horas después del episodio, hubo tensión en Plaza Constitución, que fue rodeada por un fuerte operativo policial, ante un intento de toma de grupos de izquierda que reclamaron por la muerte del joven.
Los militantes del PO acusaron a la Policía Federal de permitir una "emboscada" contra los tercerizados de parte de los miembros de la Unión Ferroviaria, que estuvieron acompañados por barrabravas de distintos clubes.
La furia contra los trenes también tuvo otros episodios, como en septiembre de 2008, cuando los usuarios prendieron fuego nueve vagones de un tren de la ex línea Sarmiento en la estación de Merlo, en tanto que otro grupo de pasajeros cortó las vías en Castelar, donde la policía dispersó a los manifestantes y detuvo a 10 personas.
Ese episodio comenzó en la estación de Castelar, cuando se detuvo una formación por problemas técnicos y los usuarios cortaron las vías.
Esa situación derivó en destrozos en el lugar, pero luego en Merlo otro grupo incendió siete vagones de un tren que estaba detenido en Merlo.
Tiempo antes, el 1 de noviembre de 2005, un grupo de pasajeros apedreó e incendió 15 vagones en la estación bonaerense de Haedo.
En esa oportunidad, los incidentes comenzaron cuando una formación también de la ex línea Sarmiento, que iba desde Moreno rumbo hasta Once, se detuvo en Haedo por problemas técnicos y el servicio fue cancelado.
Los manifestantes atacaron también a los bomberos y a la Policía y la jornada terminó con 21 heridos y 87 detenidos, además de varios comercios saqueados.