Fue impresionante lo ocurrido el martes 25 de enero en Pinamar, durante el homenaje recordatorio del crimen del fotógrafo José Luis Cabezas. Impresionante y contradictorio a la vez.
Cuando arribaron a la ciudad turística los tres micros que transportaban a fotógrafos, periodistas, familiares, amigos y dirigentes sociales de organizaciones que luchan contra la impunidad judicial por crímenes o muertes violentas (Gladys Cabezas milita en la “Felipe Vallese”, una de esas organizaciones) y bajaron los carteles y pancartas el rostro de muchos turistas se demudó en una expresión que podría expresarse así: “¿A quienes se les ocurre venir a pedir justicia en las arenas de Pinamar cuando estamos en plenas vacaciones..?”
Literalmente, a los veraneantes le producíamos asco estar allí para recordar a Cabezas y demás muertos. Pero a la vez los habitantes de Pinamar hacían sonar sus bocinas y sus voces de aliento adhiriendo a nuestra presencia en la zona.
Lo agradable fue más fuerte que la bestialidad despectiva de quienes solo quieren esconder la basura bajo la alfombra e ignoran cualquier forma de solidaridad que en tiempos estivales le hagan perder el rumbo del anhelo de diversión y esas cosas tan fashion que ocurren en Pinamar y adyacencias.
En el backstage de ese 14 recordatorio, hubo fantasmas que nos vigilaban y otras presencias que vigilaban a los fantasmas.
Un informante anónimo lo relato así: “Sergio Camaratta y algunos de sus amigos se prepararon para espiar a la delegación que vino a recordar a Cabezas… pero por las dudas, el comisario (Edgardo) Lueiro —jefe de la departamental— se ocupo de vigilar a la gente de Camaratta… a quien la mayoría de la poli no quiere para nada. Toda una generación de nuevos policías se sienten salpicados por la basura que desparramo el sequito de policías que formaba parte del grupo mercenario que asesino al fotógrafo de Noticias”.
El detalle más canallesco de esa jornada de recordación, la dio el Intendente Blas Altieri. Cuando se le preguntó si iba a estar en el homenaje a Cabezas en las calles de Pinamar y en la cava de Madariaga, respondió que no andaba bien de salud y por lo tanto no estaría en los homenajes.
Pero la noche del 25 de enero, Altieri estuvo presente con toda su arrogancia en el desfile que a la orilla del mar se organizo para elegir a Miss Pinamar. Algo baboso mirando a las jovencitas desfilar en diminutas mallas, el Intendente demostró que la excusa de su estado de salud para no asistir a los recordatorios era solo una patraña.
La verdad es que a Altieri le molesta sobremanera y lo irrita mal, que se recuerde al fotógrafo asesinado cuando él precisamente era intendente de Pinamar.
También se le preguntó por qué en General Madariaga se consideraba a Sergio Camaratta “persona no grata” y en Pinamar no se tomaba la misma resolución, y la respuesta del Intendente fue que ¡no tenía motivos para no considerar al asesino de Cabezas “persona no grata…”!
Entonces surge un interrogante que puede considerarse algo provocador pero es imposible no formularlo. Si para Blas Altieri, el ex policía Camaratta es persona grata…, y en Pinamar y sus inmediaciones se leen carteles con la consigna de “Altieri con Daniel Scioli”… ¿Puede suponerse por carácter transitivo que también Daniel Scioli piensa que el asesino de Cabezas es una persona honorable y digna del mejor trato en Pinamar?
No lo responderemos nosotros el interrogante. Si lo quiere hacer el propio Scioli, sería ideal.
Jorge Boimvaser